El casco antiguo de Toledo. Foto: Toledo Ciudad Cultural 2031

El casco antiguo de Toledo. Foto: Toledo Ciudad Cultural 2031

El Cultural

Toledo, luz de Europa: la ciudad que quiere ser capital cultural en 2031

La ciudad de las tres culturas presenta una candidatura ambiciosa y coral para liderar, desde su historia y diversidad, el proyecto europeo de la cultura.

Más información: Daniele Gatti y el humanismo lacerante de Schumann aterrizan en España

Publicada
Actualizada

Toledo no solo es historia. Es un símbolo vivo de convivencia, integración y legado. La ciudad de las tres culturas —cristiana, judía y musulmana— se postula oficialmente para ser Capital Europea de la Cultura en 2031. Y lo hace con un lema que resume toda su ambición: “Luz de Europa”. No se trata de un gesto simbólico, sino de un proyecto transformador que quiere poner a Toledo en el epicentro de la cultura europea del siglo XXI.

La candidatura ha sido presentada en Madrid, con la puesta de largo del Consejo Rector, formado por personalidades clave del ámbito intelectual, artístico, empresarial y de la gestión cultural. Forman parte del mismo el alcalde de Toledo, Carlos Velázquez, el pintor Rafael Canogar, el filósofo José Antonio Marina, el presidente del Teatro Real Gregorio Marañón, la escritora Isabel San Sebastián, la periodista toledana y presidenta ejecutiva de El Español-El Digital CLM Esther Esteban y el presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri. El arquitecto y diseñador Tomás Alía lidera la dirección artística del proyecto.

“Queremos volver a ser Europa”, ha declarado el alcalde Carlos Velázquez durante la presentación. “No es un título del que presumir, no es una chapa que ponerse. Es un compromiso de toda una ciudad que trasciende sus límites y quiere dejar un legado positivo para España y para Europa”.

“La candidatura de Toledo es un compromiso con el pasado, con el presente y, lógicamente, con el futuro. Es una invitación a Europa para descubrir una ciudad que en su esencia es única. Absolutamente”, señala Esther Esteban, que ha inaugurado la presentación. La idea central es que Toledo no compite únicamente con su patrimonio, sino con una visión integradora y contemporánea de la cultura.

A diferencia de candidaturas más centradas en su oferta turística o institucional, la propuesta toledana está diseñada como una hoja de ruta transformadora. Lo dejó claro el diseñador Tomás Alía: “Toledo es absolutamente inspirador. Esta candidatura va a hablar de contemporaneidad, conectando con el público joven, con las artes, la estética, la artesanía y nuestra identidad rica y plural”.

Toledo contra la polarización

No se trata de un simple reconocimiento: el título de Capital Europea de la Cultura exige una programación cultural innovadora, sostenible y con impacto europeo. En este sentido, Toledo apuesta por una participación activa de la ciudadanía, la proyección del talento local, el diálogo intergeneracional y el uso de nuevas tecnologías.

Uno de los discursos más aplaudidos de la presentación ha sido el del catedrático y escrito José Antonio Marina, que conectó la candidatura con los desafíos actuales de Europa. “En estos momentos de polarización y fragmentación, no solo en España, sino en el mundo, hablar de Toledo es hablar de confluencia de culturas, de la cultura como elemento de unión y del humanismo en su esencia”, afirmó.

Esther Esteban abriendo la presentación, junto al Consejo Rector. Foto: Javier Longobardo

Esther Esteban abriendo la presentación, junto al Consejo Rector. Foto: Javier Longobardo

Para Marina, Toledo puede lanzar tres grandes mensajes desde su ejemplo: el de la traducción y entendimiento mutuo, el de la ciudad como núcleo de cultura, y el de la reconciliación entre urbanismo y tecnología. “Tenemos que decir no a las smart cities vacías de alma, y sí a ciudades que sepan integrar lo mejor de la tecnología con la grandeza de la vida comunitaria”, concluyó.

El alcalde insistió también en el carácter nacional y europeo del proyecto: “Es difícil entender España sin Toledo y es imposible entender la provincia de Toledo sin su capital. Pero también es difícil entender la ciudad sin su entorno. Esta candidatura es provincial, autonómica, nacional y europea”.

Gregorio Marañón toma la palabra en un momento del acto entre el alcalde de Toledo Carlos Velázquez y el pintor Rafael Canogar. A la izquierda, José Ignacio Goirigolzarri. Foto: Javier Longobardo

Gregorio Marañón toma la palabra en un momento del acto entre el alcalde de Toledo Carlos Velázquez y el pintor Rafael Canogar. A la izquierda, José Ignacio Goirigolzarri. Foto: Javier Longobardo

La implicación institucional es total: el Ayuntamiento, la Diputación de Toledo, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y la Universidad de Castilla-La Mancha respaldan la iniciativa. El órgano gestor es la Real Fundación de Toledo, asociada en los últimos años con proyectos de excelencia y sostenibilidad cultural.

El corazón de España

Una de las voces más emotivas fue la de la periodista Isabel San Sebastián, que subrayó el peso simbólico de la ciudad: “Si hay una ciudad en España que se merece esa capitalidad, es Toledo por derecho propio. Cargada de historia, de belleza, de legado. Toledo es el corazón de España, sin duda alguna”.

La candidatura también pone en valor esa centralidad geográfica y simbólica. Como explicó uno de los ponentes: “Toledo es capital porque ha sido centro. Centro de cultura, de traducción, de pensamiento. En ningún otro lugar se ha dado una convivencia real como en Toledo”.

Toledo compite con otras once ciudades españolas, como Granada, Oviedo, Jerez o Cáceres, por representar a España en la selección europea. El proyecto definitivo se entregará antes de final de año. La resolución se espera en 2026.

Hasta entonces, la ciudad desplegará un ambicioso programa cultural y participativo que servirá no solo para convencer al jurado europeo, sino también para fortalecer su tejido creativo. “Sabemos que seremos Capital Cultural, con o sin título, porque ya estamos haciendo lo que hace falta: cultura con sentido y con comunidad”, resumió el alcalde.

Porque si algo distingue a Toledo, es que aquí la cultura no fue un ornamento, sino una herramienta de convivencia. Y eso, en los tiempos que corren, es más urgente que nunca.