El Cultural

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Las heroínas de Chechu Álava

El Museo Thyssen-Bornemisza reúne 16 retratos de mujeres como Frida Kahlo, Anne Sexton o Marga Gil Röesset en 'Rebeldes'

28 enero, 2020 09:30

La suya es una pintura de veladuras, de detalles desenfocados donde vemos imágenes de mujeres solitarias. El uso que hace de los colores pastel es una característica y una opción tomada a conciencia. “Lo sorprendente de la obra de Chechu Álava es ver cómo atenuando los detalles consigue intensificar la sensación que transmite”, considera Guillermo Solana, director del Museo Thyssen-Bornemisza, donde se reúnen 16 trabajos de la pintora bajo el título de Rebeldes.

La dedicada a Álava (Piedras Blancas, Asturias, 1973) es la tercera exposición del programa Kora, que a partir del mito de la primera retratista de la historia del arte relatado por Plinio el Viejo plantea dar visibilidad a artistas vivas. La primera edición la protagonizó Paloma Navares y la segunda corrió a cargo de Cristina Lucas y Eulàlia Valldosera. En esta ocasión, el protagonismo se lo lleva una pintura que guarda una visión “ginocrítica”, sostiene Rocío de la Villa, comisaria de la propuesta. Por eso “recurre a todo aquello que la historia del arte, desde el siglo XIX, achacaba como defecto a las mujeres artistas”. Es decir, escenas “delicadas protagonizadas por  mujeres o niños, el uso de colores apastelados y la falta de proporción en las figuras”.

Lee Miller con dolor de cabeza, 2013

Cuando uno entra en la sala dedicada a Rebeldes se encuentra, de frente, con un retrato de Freud tratando a una joven que aparece tumbada en un diván. Se trata de la única presencia masculina en la sala ya que las obras de Chechu Álava retratan a Frida Kahlo de niña, a Eva Hesse tumbada en un sofá, a Sylvia Plath con cara de angustia, a Anne Sexton fumando y tapándose la cara con la otra mano, a Marga Gil Röesset de frente o a Simone de Beauvoir leyendo sobre el césped.

El objetivo principal es reflexionar sobre el género del retrato a través de una selección de personalidades complejas, de singular talento y a contracorriente, a menudo juzgadas en el mundo de hombres en el que intentaron hacerse un hueco. En este sentido, todas son “heroínas para las jóvenes generaciones que aprenden de sus experiencias y resiliencia”. Para Álava sus musas, a las que “agradece” que hayan “abierto las puertas para que las mujeres hoy en día estemos donde estamos”, desafiaron a la sociedad patriarcal.

Dr Freud, 2013

Para esta serie de retratos, que arrancó hace ya una década y ha reunido también a Eva y a Venus, Álava parte de fotografías de estas mujeres. En ocasiones aparece una pareja, como la que forman la pintora Frida Kahlo y la fotógrafa Tina Modotti, o mujeres en solitario como Camille Claudel, Hannah Arendt o Colette. Para ello, en ocasiones recurre a imágenes muy conocidas de estas mujeres mientras que en otros casos, selecciona alguna que rara vez se ha visto. En cualquier caso, sus retratos evocan recogimiento y vulnerabilidad en situaciones íntimas y solitarias. Pero también, como dice Rocío de la Villa, son presencias inspiradoras.

Inspiradoras porque estas mujeres “nos han abierto las puertas”, afirma Chechu Álava. Por eso, que Frida Kahlo “esté viva o muerta no importa”. En su totalidad, estas mujeres le han servido “de faro y de guía para seguir”. Además, la muestra desborda la sala en la que se reúnen estos retratos para dialogar con las piezas de la colección permanente del museo. Así, Soy rebelde se encuentra entre Franzi ante una silla tallada y Desnudo de rodillas ante un biombo de Kirchner, Day Dreaming Girl junto a Atardecer de Munch, Frida fumando en rosa junto a Quappi con suéter rosa de Beckmann y Virgin Girl al lado de La virgen de la aldea de Chagall.

@scamarzana