Image: Juan Goytisolo: Antes había censura política, hoy es comercial y más terrible

Image: Juan Goytisolo: "Antes había censura política, hoy es comercial y más terrible"

El Cultural

Juan Goytisolo: "Antes había censura política, hoy es comercial y más terrible"

El escritor ha recibido el premio Formentor por su independencia y su papel entre las culturas europea y árabe

9 septiembre, 2012 02:00

Juan Goytisolo. Foto: El Mundo

Rodeado de amigos y cómplices como Julián Ríos, Silvia Lemus (viuda de Carlos Fuentes), Camilo José Cela Conde, Florence Malraux, Jean Daniel, José María Ridao, Juan Luis Cebrián, Basilio Baltasar, José Carlos Llop o Barbara Jacobs, el sábado por la noche Juan Goytisolo (Barcelona, 1931) recibió el premio Formentor como reconocimiento a"su fortaleza, ejemplo e independencia", por su obra  y su papel de interlocutor entre la cultura europea y árabe". Dotado con 125.000 euros y patrocinado por la familia Buadas y la familia Barceló, dueña del mítico hotel que reunió a finales de los 50 a lo mejor de la intelectualidad europea con los escritores españoles, posiblemente el año que viene el premio recaerá en un autor no hispanoaméricano. Cordial y altivo a un tiempo, el escritor, muy delgado, casi traslúcido,  reconoce poco antes de recibir el galardón que le agrada mucho no sólo porque asistió en 1959 a los primeros Encuentros en Formentor, sino, por su carácter literario, y sobre todo, "por la personalidad de Carlos Fuentes", que presidió el jurado que se lo concedió: "Estaba muy vinculado con él personal y literariamente, compartíamos la fe en la obra de verdad y no en el producto. Esta entrega es la evocación de su ausencia, que se trueca en presencia porque,  en palabras de Ibn Arabi, "no calla quien calla, solamente calla el que no calla' Y Fuentes no callará jamás".  Quizá por eso, el autor de "Señas de identidad" reconoce recibirlo "con alegría" y no "con la resignación e incluso la molestia que otros me han causado, como el Nacional de las Letras, con lo que me horroriza esa palabra y el nacionalismo de todo tipo". Otros, incluso, los ha rechazado, como el premio Gadaffi, dotado supuestamente con 150.000 euros, que le concedía una supuesta Fundación Independiente de Libia, "como si yo no supiera, gracias a amigos como H. Matar  que eso no existía allí. Gadaffi era un monstruo, con un ego mayor que los anillos de Saturno, y un asesino".

Censura política y censura comercial

"Es un privilegio triste conocer una dictadura, pero cuando se conoce una, se conocen todas. Lo supe cuando viajé a mediados de los 60 a la Unión Soviética, y en 1967 a Cuba. Descubrí la misma censura, los mismos engaños, el mismo miedo". La de hoy, sin embargo, le parece más terrible: "Antes era política, pero la de hoy, la comercial, es más terrible, porque cuando  los editores piensan que una obra no va a vender más de 2000 ejemplares, no vale la pena editarla. Y, con ese criterio perderíamos la mitad de la mejor literatura". Contundente, se retrata gozosamente como "raro", como un heterodoxo que reivindica la modernidad de nuestros clásicos y al que le gusta más preguntar que responder. Lector furibundo de crítica literaria, huye de la basada en los sentimientos del reseñista  y no en el análisis y la razón. De hecho, confiesa que tiene varios textos inéditos y críticos sobre la novela rusa, Diderot, Fuentes o Lezama,  También que ha descubierto excelentes autores españoles jóvenes, y destaca, por ejemplo, a José María Pérez Alvarez y su Soledad de las vocales ("qué título más bonito")", a Diego Doncel ("Mujeres que dicen adiós con las manos"), a Juan Francisco Ferrer y a Javier Pastor: "Son autores con novelas bien escritas, con verdadera construcción literaria, no productos de rápido consumo, fácil digestión y una aún más rápida defecación".  ¿Que por qué no escribe ya novela? "Porque no tengo nada que decir", aunque al tiempo adelanta que pronto va a publicar un libro de poemas, nueve en total. No cree que la literatura pueda cambiar la sociedad, sino sólo al individuo, y que "el esfuerzo de la obra pertenece al escritor "pero el resultado, sólo al lector" Y dice más: que teme que la crisis de Siria haga estallar todo Oriente, sobre todo si Israel decide intervenir.  Que la primavera árabe, con sus excesos "ha sido positiva" y que hay que tener paciencia con ella -"piensen en el siglo XX español y en todo lo que pasamos hasta llegar a la constitución de 1978, cuántas dictaduras, una guerra civil...".  O que le espanta nuestra clase política, que con sus recortes en educación, cultura e investigación está hipotecando el futuro de varias generaciones y de todo el país. En vez de obsesionarse en crear parques temáticos, deberían invertir en ayudar a la gente a vivir con dignidad, y a los jóvenes a mejorar su educación y su porvenir. Necesitamos menos parques y más cultura. O encerrar a todos los políticos en uno, contemplarlos y olvidarlos".

Memoria del ausente

Mientras Silvia Lemus recibía emocionada esta noche también un homenaje a su marido, Carlos Fuentes, que fue quien recuperó el premio Formentor hace unos años, ganó su primera edición y presidió el jurado del segundo, el concedido precisamente a Goytisolo, otro miembro del jurado, Julián Ríos, heterodoxo y trasterrado el mismo, raro "por vocación y por destino", evocaba así al ausente: "Tengo la impresión de que conozco a Carlos Fuentes desde siempre, desde que leí a los 18 o 19 años  La region más transparente. A principios de los setenta nos carteamos de vez en cuando y alguna vez recibí una llamada telefónica suya desde Nueva York. Pero no lo conocí personalmente hasta que me lo presentó Octavio Paz en Madrid, a mediados de los ochenta. A partir de entonces nos encontramos en muchos lugares, Madrid, Londres, Bruselas, Guadalajara, México, París, sobre todo París, Formentor… Lo vi por última vez a mediados de octubre del año pasado en Aix-en-Provence, en un encuentro internacional sobre su obra. Fuentes era diversas Fuentes de energía, pero la central era la literatura. Esa pasión por la literatura me une siempre a él. Lo digo en presente porque sigo dialogando con él. No sólo con sus libros sino también con el querido y admirado amigo. Entre las muchas cosas que unen a Fuentes y Goytisolo está la generosidad con los escritores jóvenes. Ambos saben que en literatura nada se empieza ni nada se acaba, todo se continúa. Por eso hay una lógica o justicia poética en que el Premio Formentor renazca con estos maestros optimistas para los que la literatura nunca tiene fin. Cuando Juan Goytisolo reciba el Premio lo estará recibiendo de nuevo Carlos Fuentes, así como los lectores de ambos".