Image: Eulàlia Valldosera

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El Cultural

Eulàlia Valldosera

"Seguir la trayectoria de un artista desde el inicio, en España se hace poco y muy mal"

28 octubre, 2010 02:00

Eulàlia Valldosera. Fotografía de Manolo Ylera

La artista inaugura hoy la exposición 'Dependencia mutua' en la galería La Fábrica de Madrid.

Eulàlia Valldosera (Vilafranca del Penedès, Barcelona, 1963) aterriza en Madrid con la cabeza puesta en Israel (Tel Aviv y su Centro de Arte Contemporáneo es su próximo destino) para presentar un trabajo realizado en Nápoles y expuesto, antes, en Roma y Barcelona. En Italia lo tituló Limpieza, en España lo hace como Dependencia mutua, sin esconder ninguno de los dobles sentidos que la asociación despierta. Como en todas sus obras anteriores, también ésta tiene un sentido cifrado, es un texto a interpretar...

Pregunta: ¿Cuál es la primera lectura que propone esta exposición?
Respuesta: Las fotografías, la instalación y el vídeo-documental de Dependencia mutua tratan sobre lo subalterno, sobre el cuidado y la reparación en manos de las personas inmigrantes, sobre el ego como un gesto nimio, olvidado.

P: En la acción de ordenar a una limpiadora ucraniana que limpie la escultura de un museo (el Arqueológico de Nápoles), habla de la capa social de las trabajadoras no italianas que realizan trabajos en un museo. ¿Es la limpiadora alter-ego del artista?
R: Sí, estoy analizando el rol del artista en el mundo artístico. Por un lado, hago un retrato sobre la limpiadora que va contando su situación (inmigrante, casada, etc) pero hay dos frases en que, en vez de poner su cara hablando, salgo yo escuchando su voz y dice: "Creo que para las mujeres es más fácil encontrar trabajo" y "A mí nadie me ha hecho un contrato". Hago un comentario al tema laboral y al de género. En mi ultimo trabajo que se vió en el Museo Reina Sofía ya estuve trabajando con mi portera. Ahora trabajo con una limpiadora. Parte de la necesidad de retratar al otro, porque es diferente, aunque "el otro" siempre alude a cada uno de nosotros. Yo también soy esa limpiadora, esa portera. Además en mi caso, el artista autogestionado nacido en los años noventa lo hace todo...

P: Tercer mensaje cifrado, ya que habla de autogestión y de dependencias... ¿Puede un artista vivir sin galería?
R: Puede. Yo misma, si hago recuento, llevo más años trabajando sin galerías que con ellas. Es más, te diré que hice la exposición en la Fundació Antoni Tàpies, en 2001, sin ni siquiera estudio, con sólo un ordenador. Si hablamos de artistas que trabajan en España se puede vivir sin galería, pero es imprescindible salir fuera.

P: ¿Se siente valorada en su país?
R: Después de diez años de bienales vienen individuales en instituciones. Tu nacionalidad cuenta muchísimo, por más que uno haya estado en contextos de bienales internacionales, la producción y apoyo deben venir siempre de tu propio país. Me encontré representando a mi país pero sin apoyo. Llega un momento que, para dar el siguiente paso, para exponer de manera individual fuera, no tenía infraestructura para hacerlo sola. Me di cuenta que en España el tipo de galería que me podía ayudar no lo hizo porque pensaron que la cosa iba sola, que mi carrera estaba muy encaminada. La mayoría de galerías fuertes están muy acostumbradas a trabajar con artistas extranjeros porque el trabajo de promoción les viene hecho. Seguir la trayectoria de un artista desde el inicio, en España se hace poco y muy mal.

P: Entonces, el arte español lo verá fatal, no?
R: Los políticos necesita encontrar a las figuras simbólicas y representativas del país que den continuadad al linaje Tàpies, Barceló... Para cuando desaparezcean, pero no las encuentran. Eso me alegra puesto que les obliga a que entender que el arte se desarrolla en términos de comunidad y no de figiuras aisladas y geniales aplaudidas por el poder. Son conceptos nostágicos, valores de cambio de una cultura que no aceptan que cambie.

P: ¿Cómo valoras tu presencia en el Museo Reina Sofía?
R: La experiencia retrospectiva ya tuvo lugar 10 años antes en Barcelona en la Fundació Antoni Tàpies, y supuso un paso decisivo para integrarme en el panorama español. Madrid era asignatura pendiente, y aún con la sensación de llegar tarde tuve la ventaja de proponer mis últimas producciones y revisar mis orígenes, mostrando una parte de mi obra prácticamente inédita. De todas formas hay plataformas que te hacen crecer como artista, y otras que te dan visibilidad y reconocimiento, que es el caso que comento. No tengo la certeza que los dos ámbitos esten realmente conectados en mi trayectoria y ello se debe a que el Museo en general propicia la presentación de una firma por encima del mensaje que subyace los propios contenidos expuestos.



P: ¿Qué museo sería pues, el ideal para exponer sus futuras piezas?
R: Alternativas al Museo existen muchas, donde realizar proyectos pequeños, abarcables, con pocas piezas. Me da igual si luego mueren porque son específicas.

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