
Lewis Hamilton, Fred Vasseur y Charles Leclerc
Ferrari salta por los aires: Leclerc se quiere ir, a Vasseur le quieren echar y nadie confía en la continuidad de Hamilton
La tensión interna en la escudería desborda los límites: el fracaso deportivo y la falta de liderazgo anticipan una revolución inminente en Maranello.
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En la antesala del Gran Premio de Canadá, Ferrari vive uno de sus momentos más convulsos de la última década.
La icónica escudería italiana, lejos de ser candidata al título, se tambalea tanto en lo deportivo como en lo institucional.
La decepción con el rendimiento del SF-25, la incertidumbre sobre el futuro de sus pilotos y los rumores de cambio en la dirección del equipo han convertido el garaje de Maranello en un auténtico campo de minas.
Leclerc se aleja
Charles Leclerc, pese a haber renovado hasta 2029, tiene una cláusula que permite revisar su vinculación a finales de esta temporada. Su frustración es evidente.
Después de cerrar 2024 con una versión competitiva del monoplaza y aspirar en 2025 a luchar por el Mundial, el monegasco se ha topado con una realidad descorazonadora: ni victorias ni opciones reales de podio.
Actualmente es quinto del campeonato con 94 puntos, a una distancia abismal del líder, Oscar Piastri, que ya suma 186.
Aunque ha subido al podio en tres ocasiones este año, su rendimiento se percibe como un esfuerzo aislado dentro de una estructura que no le acompaña.
Desde Alemania y Reino Unido empiezan a ver en Leclerc un posible fichaje si decide activar su cláusula de salida, y Toto Wolff, que aún no ha renovado a George Russell, sigue muy atento a los movimientos del monegasco.
Hamilton, abatido
El fichaje de Lewis Hamilton fue anunciado como una apuesta ganadora. Sin embargo, el siete veces campeón del mundo atraviesa su momento más bajo desde que debutó en la Fórmula 1.
Sexto en la clasificación con 71 puntos y sin haber subido al podio en ninguna carrera, el británico proyecta la imagen de un piloto sin ilusión, resignado ante el fracaso del proyecto.

Lewis Hamilton esquiando en sus vacaciones
"Necesitamos dejar atrás 2025 y concentrarnos en el coche de 2026", habría sugerido internamente Hamilton, reflejando la falta de fe en el monoplaza actual.
La opción de la retirada anticipada ya no es un tabú en su entorno. Pese a la magnitud de su nombre, en este estado de forma y ánimo, pocos equipos parecen dispuestos a ficharle si decide abandonar Ferrari.
Vasseur, contra las cuerdas
En el epicentro del terremoto está Frédéric Vasseur. Su gestión está siendo duramente cuestionada tanto por los resultados como por su capacidad de liderazgo.
Llegó a Ferrari a principios de 2023 con la promesa de devolver a la escudería a la gloria, y aunque el curso pasado rozó el título de constructores, el SF-25 ha sido un desastre desde su nacimiento y no puede seguir el ritmo de evolución de rivales como McLaren o Red Bull.
La dirección de Ferrari, encabezada por John Elkann y Benedetto Vigna, empieza a perder la paciencia, y ya suenan sustitutos.
El nombre que más fuerza ha cobrado es el de Antonello Coletta, actual jefe del equipo de resistencia de Ferrari, que compite en el WEC.
Si Coletta consigue revalidar este fin de semana la victoria en las 24 Horas de Le Mans y conquistar el título mundial, su salto al equipo de Fórmula 1 podría ser inmediato.
El fantasma de Binotto
El caso de Vasseur recuerda, y mucho, al de Mattia Binotto. Ambos fueron elegidos como salvadores del proyecto y ambos se han visto superados por la complejidad estructural de Ferrari.
Las grietas no son solo técnicas, sino también organizativas: el equipo técnico es frágil, las incorporaciones de talento han fracasado y muchos ingenieros se niegan a fichar por la escudería.
Loic Serra, llegado desde Mercedes, ocupa ahora el cargo de director técnico, pero nunca antes había dirigido un departamento completo, y su falta de carisma también ha sido objeto de críticas internas.
Vasseur, por su parte, insiste en buscar un potencial en el coche que simplemente no existe, mientras las actualizaciones se retrasan y la normativa sobre la flexibilidad de las alas no ha beneficiado a Maranello, como se esperaba.

Mattia Binotto se lamenta tras un mal resultado de Ferrari
Verdades incómodas
Tanto Leclerc como Hamilton han salido al paso de las especulaciones. El monegasco aseguró que está comprometido con el equipo.
"Sigo diciendo cuánto deseo devolver a Ferrari a lo más alto. Tenemos una visión compartida: Fred, Lewis y yo", asegura Leclerc. Sin embargo, su tono ha sonado más institucional que convincente.
Hamilton, por su parte, defendió públicamente a Vasseur ante la prensa en Montreal, calificando de "nonsense" (disparates) los rumores sobre su destitución.
Pero en el paddock pocos creen ya en la estabilidad del proyecto, y el silencio de los directivos es cada vez más elocuente.
Las posibles salidas de sus dos pilotos estrellas pondrían a Ferrari en una situación crítica.
Una estructura obsoleta
En el horizonte se asoma una nueva era reglamentaria, con un coche -el llamado "678"- completamente distinto: 50% eléctrico, 50% motor tradicional, nuevo chasis, nuevos neumáticos, nueva aerodinámica.
Y Ferrari, lejos de liderar este cambio, parece encallada en una estructura que no está a la altura del desafío.
Las previsiones ya sitúan a Mercedes como favorita para dominar la nueva era, como sucedió en 2014. Ferrari, de nuevo, parte con desventaja.
El fracaso del SF-25 y la falta de dirección en el desarrollo del nuevo coche podrían condenar los próximos años de la escudería si no se toman decisiones drásticas ya.
Antonello Coletta, conocedor de las dinámicas de Ferrari, con experiencia en reorganizar estructuras deportivas y con dos victorias en Le Mans al frente del equipo de resistencia, el romano es el favorito para relevar a Vasseur.
Ya rechazó el puesto en 2022, pero las circunstancias han cambiado. Ferrari necesita liderazgo, cohesión y resultados.
Coletta representa una figura capaz de generar confianza interna y poner orden en una estructura cada vez más dividida.
El problema es que su salto a la F1 depende de que se cumplan dos condiciones: éxito en Le Mans y confirmación del título del WEC.
Lo que ocurra en las próximas semanas será determinante. El parón estival podría ser el momento del cambio, o el punto de no retorno.
Ferrari se arriesga a quedarse sin jefe de equipo, sin pilotos y sin rumbo, justo cuando más necesita tenerlo todo bajo control.
La historia de Ferrari está marcada por grandes revoluciones. Quizá la que se avecina sea la más profunda en décadas.
Porque ahora no se trata solo de volver a ganar: se trata de no seguir perdiendo el alma de la escudería más legendaria de la Fórmula 1.