Sergio Llull y Pau Gasol con la selección española.

Sergio Llull y Pau Gasol con la selección española. FEB

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Por qué Gasol o Llull no jugarán con España la clasificación del Mundial

Analizamos los distintos quebraderos de cabeza que provocarán unos encuentros de selecciones por los que la NBA y la Euroliga no detendrán su competición. Los jóvenes tendrán que tirar del carro sí o sí.

9 julio, 2017 03:17

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Da igual que la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) se empeñe en ensalzar las bondades del nuevo formato de partidos de selecciones en medio de la temporada de clubes (calendario y estructura para reducir la carga de trabajo, un verano sin competición cada cuatro años y un mes de descanso antes del Mundial o torneo continental de turno, menos partidos y lesiones…).

También que algunas leyendas, como Vlade Divac, llamen a apoyar la iniciativa abiertamente (“Representar a tu país es el honor más grande y sé que muchos de vosotros [los jugadores] sentís lo mismo”). Al igual que entrenadores como Pepu Hernández (“Indudablemente y para una gran mayoría de países, las selecciones nacionales actúan de locomotora de 'todos los baloncestos' […] Tanto jugadores como técnicos y responsables deportivos deben trabajar para el medio y largo plazo y no sólo para el corto, que parece ser el único tenido en cuenta”).

Sin remedio, la polémica y el escepticismo acompañan al nuevo escenario que se plantea en la canasta mundial con la llegada de las, por qué no decirlo, temibles ventanas. ¿Cómo surge la visión generalizada de que ver competir a las selecciones de baloncesto más allá de los veranos, como ocurre en el fútbol, no va a traer alegrías precisamente? Aquí van algunas razones.

Los NBA no estarán

Ninguno de los integrantes de la mejor liga del mundo, sea cual sea su relevancia, participará en los encuentros internacionales a disputar en noviembre de 2017 y febrero de 2018 (dos en cada caso), clasificatorios para el Mundial de 2019. El porqué es muy sencillo: la competición estadounidense no se va a detener (tampoco, por si alguien tenía alguna esperanza en cuanto al talento joven, la NCAA universitaria).

De hecho, Estados Unidos presentará un equipo formado sobre todo por jugadores de la Liga de Desarrollo o que compiten más allá de las fronteras de su país. Ni siquiera el seleccionador será el mismo que irá a los torneos de enjundia (Jeff Van Gundy en lugar de Gregg Popovich).

Esto significa que el respetable puede irse despidiendo de ver a las estrellas de turno. Europa será el continente con más bajas de peso en las ventanas casi por descontado. Aquí una pequeña muestra de todos los hombres que quedan borrados automáticamente de los encuentros de selecciones durante la temporada: Pau y Marc Gasol, Tony Parker, Kristaps Porzingis, Dirk Nowitzki, Danilo Gallinari, Milos Teodosic, Jonas Valanciunas, Nikola Vucevic, Dario Saric, Giannis Antetokounmpo…

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La guerra Euroliga-FIBA se reaviva

La máxima competición europea de clubes ya ha presentado su calendario para la temporada 2017-2018, sin tener en cuenta los dos partidos de selecciones de noviembre (del 20 al 28) y febrero (del 19 al 27). La novena jornada de su liga regular se disputará el 23 de noviembre y la vigesimotercera el 22 de febrero, ambas en pleno parón de selecciones. Por lo tanto, tampoco esperen ver con sus respectivos equipos nacionales a Sergio Llull, Nando De Colo, Nikola Kalinic, Ante Tomic, Adam Hanga, Luka Doncic y un largo etcétera.

Atención, por ejemplo, a los partidos de los cinco equipos españoles de Euroliga en las dos jornadas comentadas: Brose-Valencia Basket, Estrella Roja de Belgrado-Baskonia, Barça-Maccabi, Panathinaikos-Real Madrid y Unicaja-CSKA de Moscú en noviembre; CSKA-Baskonia, Olympiacos-Valencia Basket, Unicaja-Maccabi y, ojo, un Clásico Barça-Real Madrid en febrero. Si juntamos las convocatorias A y B de la selección absoluta de cara al próximo Eurobasket, sólo hay siete jugadores ajenos a la problemática NBA/NCAA y Euroliga: Xavi Rabaseda, Víctor Arteaga, Quino Colom, Jaime Fernández, Nacho Llovet, Oriol Paulí y Sebas Sáiz.

Resulta curioso que la Eurocup, segunda competición continental, sí pare en noviembre, coincidiendo con la entrada en escena de las selecciones. Todavía no se sabe cuándo arrancarían sus playoffs, pero este año lo hicieron el 28 de febrero (justo un día después de que acabe la segunda ventana de selecciones del próximo curso). La Champions de la FIBA, lógicamente, descansará siempre en las fechas designadas para los partidos internacionales.

La decisión de la Euroliga ha servido para reavivar la guerra con la FIBA, que parecía más calmada después de la tensión del verano de 2016 (amenazas de sanciones si ciertas selecciones disputaban el Eurobasket incluidas). El organismo internacional ha comunicado que se siente defraudado por el continental (que aseguró que no entorpecería la medida): pasar por alto las ventanas “crea innecesariamente un potencial conflicto entre clubes por un lado y jugadores y federaciones nacionales por otro”.

También se afirma que el cambio de modelo se anunció en agosto de 2015 y que la Euroliga pasó a contar con más partidos en 2016. Además de rechazar la idea de iniciar su temporada una semana antes este año y de introducir sólo una doble jornada más en su calendario. La respuesta de la liga europea es que siempre se ha apoyado a los equipos nacionales, sin límites ni prohibiciones de ningún tipo para los jugadores. También se habla de no tolerar cualquier tipo de “discriminación” con respecto a “otras ligas continentales” (la Champions de la FIBA) y “por estar asociado a la Euroliga”, junto con cualquier presión o amenaza de sanciones.

Se aclara que el calendario no va a cambiar: es “sólo responsabilidad de la FIBA” instaurar los partidos de selecciones en plena temporada cuando la competición continental “nunca ha parado en noviembre o a finales de febrero”. La vulneración de acuerdos y la presentación de calendarios alternativos sin respuesta son otros componentes polémicos de su postura oficial. En comparación con esta batalla, la de elegir entre Euroliga y FIBA a la hora de jugar en Europa parece una tontería.

Reunión de la Euroliga.

Reunión de la Euroliga. Euroleague

Copas, finales de liga y jóvenes

En febrero se disputan las copas a nivel doméstico. Sobre todo, a mediados de mes, precisamente el emplazamiento de la segunda ventana clasificatoria. La Euroliga deja hueco para los torneos del KO tras el 8-9 de febrero (no vuelve a haber competición hasta el 22-23), pero hay parón de selecciones entre el 19 y el 27. Lo normal es que las copas pasasen a celebrarse en marzo (o eso se ha dicho en el caso español)… ¿pero cuándo? La Euroliga no deja ni una semana libre entonces, así que el lío está asegurado.

No menos engorrosas son las fechas de la tercera ventana: del 25 de junio al 3 de julio, nada más terminar la mayoría de ligas. Las bajas, en este caso, también serían cuantiosas. La ventana de septiembre (del 17 al 25), justo antes de iniciarse la temporada de clubes, tampoco invita al optimismo en cuanto a las presencias de relumbrón.

De ahí que se esté hablando tanto de las ventanas como una oportunidad para los jóvenes. Aunque también puede ser un hándicap: casi todo el peso de lo que hagan o dejen de hacer sus países va a recaer sobre sus hombros. Y no estamos hablando de ninguna tontería, sino de clasificarse para un Mundial, unos Juegos Olímpicos (Tokio 2020) y el correspondiente torneo continental de 2021. Habrá muchas caras nuevas, pero también mucha mayor responsabilidad.

El ejemplo de las chicas

Las chicas levantando el tercer Eurobasket de su historia.

Las chicas levantando el tercer Eurobasket de su historia. MARTIN DIVISEK EFE

Ellas llevan años con el modelo clasificatorio que estrenan ahora las selecciones masculinas y no ha habido ningún drama al respecto. Eso sí, las mejores también suelen faltar a estos compromisos, a pesar de que la Euroliga femenina depende de la FIBA.

Sólo hay que ver la convocatoria de España para el último partido del pasado PreEuropeo, a la que fueron tres jugadoras (Silvia Domínguez, Leonor Rodríguez y Laura Gil) de las 12 que conquistaron el pasado Eurobasket. Es probable que los nombres propios de las próximas listas de los chicos sean incluso menos.

Como hemos visto, hay motivos para pensar que las selecciones de postín se seguirán reservando para los grandes torneos del verano, ahora más espaciados. Y la opinión generalizada se acerca mucho a la siguiente: éramos pocos (cada vez más partidos, cada vez más calendario y exigencia física) y apareció la FIBA.