Llegar a una bodega riojana en helicóptero puede sonar a capricho de magnate, pero en Marqués de Murrieta se ha convertido en la puerta de entrada a una de las vivencias enoturísticas más exclusivas de España.
La histórica casa, considerada el origen del Rioja y referente de calidad a nivel mundial, ha diseñado un recorrido que combina patrimonio, paisaje, vino y alta gastronomía con un nivel de sofisticación pocas veces visto en el sector.
La experiencia arranca en el aire. Sobrevolar las 300 hectáreas de viñedos de la Finca Ygay —a las afueras de Logroño— permite al visitante intuir el peso de la historia y la fuerza de un paisaje que ha dado forma al vino español más universal.
Desde el helicóptero o el avión privado, el mosaico de cepas centenarias se convierte en el prólogo perfecto de un relato que trasciende lo enológico.
Un banquete en un castillo
Una vez en tierra, el itinerario privado conduce a los viñedos históricos y a las instalaciones donde nacen referencias legendarias como Castillo Ygay, reconocido como mejor vino del mundo y premiado con los codiciados 100 puntos Parker en hasta ocho ocasiones.
Una de las cavas de Marqués de Murrieta.
La visita se adentra después en el museo de la bodega, un espacio que custodia documentos esenciales para entender la historia del Rioja y una de las colecciones de botellas históricas más extensas del planeta.
El recorrido culmina en el Castillo de Ygay, joya arquitectónica del siglo XIX. En un comedor privado, el chef Miguel Narro despliega un menú de diez pases que dialoga con la memoria del lugar y la modernidad de la técnica.
Su cocina, formada bajo la tutela de Francis Paniego y consolidada en la propia bodega, celebra la nobleza del producto con platos como el Carabinero aromatizado en vino y coral a la brasa o el Corte de solomillo de raza Sayaguesa al horno de cepas de Mazuelo.
La experiencia gastronómica en la bodega corre a cargo de Francis Paniego.
El viaje gastronómico se inicia con un brindis de Champagne Gosset Grande Réserve, de la maison más antigua de la región francesa, y se acompaña con una cuidada selección de vinos de la casa, desde el blanco Capellanía hasta el prestigioso Castillo Ygay, pasando por el Gran Vino Pazo Barrantes.
La armonía corre a cargo del nuevo Head Sommelier, Roberto Ruiz de la Cuesta, fichaje que aporta el refinamiento adquirido en su etapa junto a Martín Berasategui.
“Hemos creado algo que va mucho más allá del vino: una experiencia transformadora que representa todo lo que somos y todo lo que queremos ofrecer al mundo: excelencia, búsqueda de la perfección, alta gastronomía y equilibrio con el vino”, explica Vicente Dalmau Cebrián-Sagarriga, presidente de Marqués de Murrieta.
Una vivencia reservada para quienes entienden que el viaje hacia un vino comienza mucho antes de descorchar la botella… y en este caso, empieza en las alturas.
