Lo primero que debes tener en cuenta antes de comprar vino en el supermercado es que en las estanterías vas a encontrarte de todo y de nada, es decir, mucho donde elegir pero todo enfocado en los precios. Con lo que tendrás que poner los cinco sentidos si no quieres dejarte tentar por las ofertas vacías.

La gran ventaja de comprar botellas en una gran superficie es precisamente la del precio. Los supermercados negocian precios de compra muy atractivos con el objetivo de vender más barato que sus competidores y que el cliente, en este caso tú, se sienta atraído no tanto por la cantidad de vinos propuestos (en realidad más de la mitad carecen de todo interés habitualmente) como por su precio. El gran inconveniente: que no suele haber nadie para aconsejarte cómo elegir el mejor vino.

Botellas destacadas y promociones

El mayor inconveniente es que no habrá nadie para orientarte

Si llevas mucha prisa, lo primero en lo que has de fijarte es en las recomendaciones. Esas botellas destacadas con un collar de cartón o un cartel llamativo que indican que el vino ha sido seleccionado por alguna razón, ya sea un premio, una buena puntuación por parte de una guía de vinos, o similar. Esta indicación no asegura que el vino sea magnífico pero sí garantiza, al fin y al cabo, que la calidad es más que aceptable. Puedes fiarte.

Otra cosa muy distinta es un vino promocionado. Una marca que el supermercado se empeña en destacar en un frontal o un corner como si se tratase del pan de molde de oferta. Cuidado con esto porque en realidad nada ni nadie te dice que ese vino sea mejor que el de al lado, sino que es más económico porque, efectivamente, está en promoción. Seguramente te salga incluso más barato si llevas más de una unidad. Razón de más para seguir buscando en otro lado.

Cómo interpretar los premios

No todas las medallas significan buen vino

No te dejes engañar tampoco por las medallas. Un sol de bronce en la etiqueta, obtenido en no sé qué concurso, tampoco te garantiza que sea un gran vino. Cada vez se decoran más las botellas con estos motivos, y no todos los concursos tienen el mismo valor. Así que ponte las gafas y busca sellos con reconocimiento internacional como la del Concours Mundial de Bruselas, el Général Agricole de París o el Bacchus de la Unión Española de Catadores.

Otra cosa a tener en cuenta con respecto a las medallas es que un vino galardonado no es el mejor en su categoría durante toda su existencia (al igual que sucede con las estrellas Michelin), sino que ese premio corresponde a una determinada añada, a un momento preciso y ha sido dado por un jurado determinado. En España muchas etiquetas muestran galardones conseguidos hace más de un siglo. Valóralo, pero intenta que no sea la razón suprema de tu elección.

Los vinos de grandes marcas

Los vinos de marca son seguros pero no orginales

En cuanto a los vinos de marca, los de las grandes bodegas o grupos bodegueros, siempre van a ser los más fáciles de encontrar en el súper. En general, son elecciones seguras, aunque menos originales. No suelen ser vinos con una personalidad arrolladora, pero te harán quedar bien en cualquier situación pues, enológicamente hablando, son más que correctos y carecen de defectos.

Es muy habitual que los supermercados compren añadas enteras a determinadas bodegas de manera que sólo se pueda adquirir ese vino en esa gran superficie. Una especie de acuerdo exclusivo de distribución que puede serte útil si buscas una marca en concreto. Recuerda también que existen guías especializadas en vinos de supermercado que pueden facilitarte aún más la tarea.

Afortunadamente para los amantes del vino, cada vez son más las grandes superficies que apuestan por un mayor protagonismo del vino en sus lineales y que, además de contar con las principales bodegas, también dedican un espacio a los pequeños productores y a las rarezas. Si tienes la suerte de tener uno de estos supermercados cerca de casa, aprovecha para buscar vinos atípicos, vinos de autor, de poca producción o que te llamen la atención por alguna razón más allá de la etiqueta. Aprovecha porque encontrar algo no convencional en un súper es casi un milagro.

Usa el móvil para buscar más información

Si necesitas ayuda, tira de aplicación

Y si aún así echas en falta algo de ayuda para decidirte, tira de smartphone. Hay aplicaciones que te ofrecen al instante toda la información que necesitas sobre ese vino que no te atreves a comprar. Ya sean valoraciones de otros clientes, críticas de profesionales o fichas de cata de la propia bodega. Algunas como ViVino o WS Vino y Bodega permiten fotografiar la etiqueta para recibir en el momento todos los detalles, como una especie de ‘Shazam’ del vino. Busca igualmente los códigos QR en las botellas, cada vez más frecuentes en el etiquetado, cuyo objetivo es ofrecer al cliente datos extra sobre el vino.

Tres recomendaciones prácticas 

1. Tanto en el súper como en el pequeño colmado del barrio, los vinos van a estar colocados de pie y a temperatura ambiente. Unas condiciones no demasiado buenas para la conservación del vino, ya que hacen que se recaliente y que el corcho se reseque. Si es posible, elige una botella sellada con lacre o cerrada con rosca. Preservan mejor la impermeabilidad.

2. Olvídate de las grandes denominaciones porque, en el caso de que las vendan en esa gran superficie, seguramente sean más caras y requieran años de envejecimiento para equilibrar taninos y aromas de madera. Si la cena es esa noche, no podrás permitirte el lujo de esperar tanto tiempo.

En el súper, opta por vinos jóvenes y afrutados

3. Opta por tintos jóvenes y con buena carga de fruta si quieres es acertar seguro. Si te dan pereza los manidos Rioja y Ribera, prueba con la D.O. de Navarra. Suelen ser vinos suaves, frescos, afrutados, con una buena concentración y una madera bien integrada. Y normalmente están muy bien de precio. Y si prefieres un blanco, olvídate de los secos con acidez marcada y ve directamente a por algo redondo y con mucha fruta. Penedés o Alicante pueden ser buenas opciones para salirte de los tradicionales verdejos y albariños.