Lo primero que te puede asombrar de este restaurante son sus cifras. ¿Cómo que 45.500 tortillas en cinco años? Sí, Taberna Pedraza ha servido esta friolera desde que en 2014 abriera sus puertas. Y ahora, cinco años después, se muda de local para seguir haciendo lo que mejor saben hacer, ser un referente del buen comer madrileño. 

Calidad, exquisitez y honestidad. Son las máximas de este restaurante que nacía en la calle Ibiza allá por 2014. Desde entonces no han fallado un solo día a sus premisas. Taberna Pedraza, con Santiago Pedraza y Carmen Carro al frente, ha apostado por volver al origen, algo que en aquel año ya era novedoso, porque es la tendencia que muchos restaurantes están siguiendo en la actualidad. ¿Cómo lo consiguieron? Con una técnica depurada y utilizando materia prima excepcional. Aquí el sabor es la máxima prioridad. Eso y que sus clientes salgan de allí más que contentos. Y lo consiguen. 

Cuando de las viscisitudes de la vida surgen nuevas oportunidades

Así pues, el año en que cumplen su primer lustro, Santiago Pedraza y Carmen Carro, ideólogos de este espacio, han querido deleitarnos con un vídeo que recuerda sus inicios. Su historia se basa en el valor y en la intuición a la hora de tomar buenas decisiones. En 2001 Carmen perdió su empleo de toda la vida, pero en lugar de buscar sin cesar, decidió sentarse a pensar qué era lo que realmente quería hacer con su vida, contando siempre con el apoyo de Santiago. ¿La respuesta? Su pasión era dedicarse íntegramente a la cocina. 

Pero aquello no fue fácil, porque hasta dar con lo que querían conseguir, pasaron dos años de probar, conocer, errar y volver a salir victoriosos. Así nacía Taberna Pedraza un 10 de abril de 2014, un lugar que llegaba para quedarse en nuestros corazones y para hacer nuestros estómagos más felices. La acogida fue más que notable, todos andábamos ávidos de restaurantes donde el producto fuese la máxima. Al poco tiempo, en el local que hoy ocupa La Cocina de Frente, nacía Carmen Casa de Cocidos, un espacio dedicado íntegramente al cocido madrileño. 

Cinco años y una mudanza

Quizás la forma de cerrar un ciclo y abrir uno nuevo, era mudándose a un local donde unificaran sus dos propuestas bajo un mismo techo. Y así ha sido como en febrero estrenaban nueva ubicación en la calle Recoletos. 

Para dar lugar al nuevo local, confiaron la labor al estudio Arquitectura Invisible, expertos en dar a luz espacios en los que mandase la naturaleza. Así el nuevo Taberna Pedraza nos recibe con esa sensación de sentirse como en casa, gracias a la calidez del espacio y los elementos de inspiración natural. Una forma de sorprender a los viandantes, ha sido colocando la cámara de maduración de las carnes en una vitrina que da a la calle. En Taberna Pedraza el producto se exhibe, nada se esconde, es el caso de su barra con los jamones a la vista y una cava de quesos. 

Y ahora bien, ¿qué se come en Taberna Pedraza?

Porque si por algo se caracteriza esta casa, es por satisfacer las demandas de sus comensales. Y lo hacen trabajando con la mejor materia prima que pueden encontrar y una filosofía: un alimento, un productor. Así, todo en el restaurante procede de una estrecha relación directa con el productor que les sirve el género. 

Indudablemente, en estos cinco años ha habido un plato que les ha dado fama y esa ha sido su tortilla de Betanzos, presente siempre en los ranking de las mejores de la ciudad. Y, ¿cómo sabemos cuántas han preparado? Porque tanto en el local antiguo, como en este, la sala presenta un contador que va sumando las tortillas que pasan por las manos de Carmen Carro. El resultado lo consiguieron a través de mucha prueba y error, hasta dar con la patata, los huevos y por ende, con la tortilla perfecta, casi líquida en su interior. 

Otros platos como sus croquetas de jamón, cremosas por dentro y con un rebozado crujiente y fino por fuera o sus patatas bravas, mejillones tigre y ortiguillas fritas con romesco, son otros de los imperdibles en este restaurante dedicado al producto. 

Pero todavía hay más. Y es que, precisamente la primavera, es uno de los mejores momentos para degustar las verduras que brinda la huerta. Por ejemplo, no puedes dejar de probar, si ese día los tienen en carta, los guisantes lágrima de Llavaneras que preparan a la brasa, un manjar que explota como pequeñas dosis de felicidad en boca. Sus alcachofas también merecen un capítulo propio, ya que las confitan en AOVE, las pasan por la brasa y las presentan en flor. También en estos meses se da la temporada de las anchoas, que aquí elaboran a la bilbaína con un sofrito de ajos, perejil y guindilla, terminadas con un chorrito de vinagre.

Taberna Pedraza trabaja de la mano con el prestigioso proveedor Cárnicas Lyo. De hecho, en esta nueva andadura, además de sus chuletas de vaca vieja, la estrella de la casa, el restaurante contará con auténtico buey gallego a disposición de sus clientes. Hay más carnes en su carta, como una fantástica presa de ibérico en escabeche, chistorra de Lasarte, hamburguesa de buey madurado, chuletitas de cordero...

En cuanto al cocido, preparan un número limitado todos los días en el servicio de comidas, por lo que conviene indicar si se va a tomar en el momento de realizar la reserva. El menú se sirve a mesa completa e incluye una croqueta de cocido y los tradicionales vuelcos con la sopa como primer plato, los garbanzos pedrosillanos y las verduras en el segundo vuelco y las carnes en el tercero, con un precio de 33 euros por persona.