En un paraíso remoto como Maldivas, cultivar frutas y hortalizas, se vuelve misión imposible. La escasez de suelos fértiles y agua dulce hacen que la agricultura sea limitada y lo que se obtiene —principalmente verduras como la berenjena o la calabaza y frutas como la papaya o la sandía— sea para el consumo local.
De entre las 1.190 islas que componen el archipiélago, la que ocupa el resort Raaya by Atmosphere se ha propuesto marcar la diferencia apostando por la sostenibilidad y la protección de la biodiversidad que se integra en la experiencia gastronómica y turística.
Es la filosofía bajo la que abrió uno de los nueve resorts como los que opera el grupo Atmosphere Core y materializa con la experiencia en Seb’s Farm, una granja orgánica donde los huéspedes no solo degustan, sino que también cosechan los ingredientes de su propia cena.
El huerto tiene varias personas a su cargo que se encargan de su cuidado.
La filosofía de Seb’s Farm es clara: respeto absoluto por el entorno y celebración de la frescura. Cada mañana, los visitantes pueden participar en la recolección de frutas, verduras y hierbas cultivadas de forma orgánica en el propio huerto del resort.
El pescado del día, capturado por pescadores locales, completa un menú que honra los ciclos de la naturaleza y la biodiversidad local. Se completa con un maridaje con algunos vinos -hasta allí viaja el godello de Martin Codax- que figuran en el porfolio del resort.
Unas brochetas de atún a la robata con hierba limón.
Del huerto a la mesa, desde el paraíso
La experiencia comienza por la mañana con un tour por la granja donde, de la mano de los responsables del huerto, se hace la recolecta y se conoce más sobre la agricultura sostenible y los cultivos de temporada que se dan en la isla. Por la noche, se cena.
Una de las mesas donde se cena por la noche en Seb's Farm.
También ofrecen un almuerzo familiar “del huerto a la mesa”, con un menú fresco y estacional, ideal para familias. Además de talleres de mixología para aprender a preparar cócteles con ingredientes recién cosechados, acompañados de canapés de temporada.
Una de las personas detrás de esta propuesta está el chef Shyamal Mukherjee, quien aporta años de experiencia internacional y una visión integral de la cocina y la gestión hotelera.
Mukherjee, además de diseñar los menús, se encarga de la repostería de todos los restaurantes del resort, elaborando desde croissants caseros hasta baklava y pan de pita.
"La variedad de cultivos crece poco a poco" explica Mukherjee, enfrentando retos como el cultivo de mango, pero siempre con el objetivo de ampliar la oferta y mantener la frescura.
La berenjena es una de las verduras que más se cultivan en las islas.
Cada día, "la cosecha puede alcanzar entre tres y diez kilos de productos, suficientes para abastecer el menú", que se complementa con proteínas como pollo o pescado.
Sostenibilidad de costa a costa
Seb's Farm, uno de los cuatro 'restaurantes' especializados con los que cuenta el resort es un ejemplo de cómo la sostenibilidad y la protección de la biodiversidad pueden integrarse en la experiencia gastronómica y turística.
Su huerto ecológico no solo abastece la cocina del resort, sino que también actúa como un refugio para la flora y fauna local, gracias a una serie de prácticas agrícolas responsables y regenerativas. Evitan el uso de pesticidas y fertilizantes químicos, protegiendo la microbiota del suelo y los restos vegetales y orgánicos del resort se transforman en compost utilizado para enriquecerlo.
La puerta de entrada a Seb's Farm.
Su apuesta por la rotación y asociación de diferentes especies vegetales, dificulta la propagación de plagas y enfermedades, y favorece la presencia de polinizadores como abejas y mariposas, esenciales para la producción agrícola y la salud del ecosistema.
Para todo esto la autosuficiencia es clave: el resort cuenta con una planta desalinizadora que provee agua potable a las 167 villas y a la cocina, sin rastro de sabor a cloro. La gestión de residuos y el aprovechamiento de los ingredientes son pilares fundamentales.
El riego es con agua reciclada y desalinizada. La misma que beben sus gallinas y sirve para la hidroponia que practican.
En Seb's Farm apuestan por la hidroponia para acelerar los cultivos y ahorrar agua.
La "comida sobrante del buffet se destina al personal", minimizando el desperdicio. Además, el resort dispone de plantas de reciclaje y sistemas de separación en cada edificio. La planificación precisa, basada en la ocupación diaria, permite ajustar la cantidad de alimentos necesarios y evitar excesos.
Los proveedores llegan varias veces por semana, y la logística se planifica con meses de antelación, incluso para detalles como las decoraciones de fiestas temáticas, que pueden tardar hasta tres meses en llegar por barco.
Las water villas de Raaya by Atmosphere vistas desde el aire.
Maldivas depende de puertos marítimos y transporte por contenedores y muchas de las importaciones tienen que pasar por su capital, Malé. Su lejanía y fragmentación geográfica encarece los precios y dificulta la disponibilidad de ciertos productos.
Este refugio entre cultivos orgánicos, recibe al huésped tras su recolecta cada la noche con tres mesas rústicas de madera y un ambiente sereno que invita a desconectar del mundo y reconectar con lo esencial. Una invitación a redescubrir el placer de lo simple, en uno de los rincones más bellos del planeta.