Un hotel entre arrozales, un restaurante en una caballeriza y otros sitios para vivir Comporta, la meca playera al sur de Lisboa

Se ha repetido que Portugal es 'el gran desconocido' y, a día de hoy, lo cierto es que aún sigue resultando una incógnita en algunos aspectos. Hagamos la prueba: ¿sabíais que nuestro país vecino es el más antiguo de Europa y uno de los siete más seguros del mundo? ¿Que está permitido pernoctar en coche o autocaravana libremente durante 48 horas dentro de un mismo municipio? ¿Y que fueron los portugueses quienes inventaron la tempura?

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Descubrí estos y otros datos en un reciente viaje a Comporta, una pequeña localidad a poco más de una hora en coche de Lisboa, al sur, en la región de Alcácel do Sal, en el distrito de Setúbal. El territorio está rodeado de arrozales, bosques de pino, mar y dunas. A continuación, algunos lugares recomendados para disfrutar Comporta:

Un oasis de lujo y bucolismo entre arrozales

El Hotel Quinta do Comporta es un exclusivo hotel boutique ubicado en la región de Comporta, en el municipio de Alcáçova, cerca de la costa occidental de Portugal. Este hotel está situado en un entorno natural impresionante, en el corazón de la Reserva Natural del Estuario del Río Sado, lo que lo convierte en un refugio perfecto para los amantes de la naturaleza, la tranquilidad y el lujo.

La piscina al aire libre del hotel frente a los arrozales. Quinta Da Comporta

La Quinta do Comporta está diseñada para ofrecer una experiencia de lujo en medio de la naturaleza, con un enfoque en la sostenibilidad y el respeto por el entorno. El diseño del hotel está inspirado en la arquitectura tradicional portuguesa, con un toque moderno y minimalista. Las instalaciones están construidas utilizando materiales naturales como la madera y la piedra, lo que se integra perfectamente con el paisaje circundante.

Una de las habitaciones del hotel. Quinta Da Comporta

El hotel cuenta con varias opciones de alojamiento, incluyendo villas privadas, habitaciones de lujo y suites, todas ellas diseñadas con un estilo elegante y cómodo, y muchas ofrecen vistas espectaculares del paisaje natural de la región.

Cavalariça, el rincón ecuestre donde resguardarse del hambre

"Tras un tiempo trabajando en Inglaterra, el chef Bruno Caseiro se asoció con Filipa Gonçalves (él es el chef ejecutivo; ella, la pastelera) para crear este restaurante único, donde la cocina contemporánea con influencia internacional y el uso de ingredientes regionales se centran en platos pensados ​​para compartir", dice la Guía Michelin al respecto de este establecimiento ubicado en el corazón de la aldea de Comporta.

Recomendado por la guía roja, el espacio es un antiguo establo de caballos que se ha reconvertido en un restaurante moderno y elegante, aunque aún conserva algunos detalles de su pasado ecuestre. Sus platos más señalados son las croquetas de cecina con mayonesa de almejas y mostaza, y el brioche a la parrilla con parfait de hígado de pollo y chutney de naranja. 

Un horizonte inmenso de playas paradisíacas

Comporta es sinónimo de playas, algunas de ellas salvajes y poco turísticas, lo que se traduce en un destino perfecto para los amantes del surf (o para cualquiera que busque escapar del mundanal ruido).

Vista aérea de la playa de Comporta. iStock

Entre las más famosas se encuentra Praia da Comporta (conocida por su accesibilidad y tranquilidad, ideal para aquellos que buscan relajación); Praia da Torre (ofrece un entorno natural y sereno, ideal para escapar del bullicio); Praia da Malha da Costa (de impresionante arena blanca y agua turquesa la convierten en un destino popular); Praia dos Brejos (una playa tranquila y popular entre los naturistas); o  Playa de Carvalhal (conocida por su mar tranquilo y arena fina, perfecta para familias).

Viaje rústico en el tiempo 

No deberías pasar por Comporta y no acercarte a Cais Palafítico da Carrasqueira, un muelle de pescadores construido entre los años 1950 y 1960 sobre pilotes de madera. Esta construcción única se adapta al terreno y fue diseñado para facilitar el acceso de los pescadores a las aguas poco profundas. Su estructura rústica, con pasarelas y plataformas, le da un carácter pintoresco que atrae tanto a turistas como a fotógrafos. Aunque sigue siendo utilizado para la pesca, su importancia histórica y cultural lo ha convertido en un lugar protegido desde 2011. Es un ejemplo destacado de la arquitectura popular portuguesa y un destino turístico de gran belleza.