El otro día me regalaron unas pochas. Sí, las pochas son un tipo de alubias blancas originarias de Navarra que se consumen antes de su madurez.  Como quería hacer algo realmente delicioso con ellas y quería prescindir de los guisos cargados de grasa (tocino, chorizo, morcilla) opté por estas pochas con sepia y mejillones. Una propuesta mucho más saludable y liviana. Me parecen ideales para cocinar un día que queramos comer de guiso, sin consumir demasiadas grasas ni renunciar a un plato sabroso.

Ingredientes para las pochas con sepia y mejillones

  • Puerro, 1 ud
  • Cebolla grande, 1 ud
  • Ajo, 3 dientes
  • Aceite de oliva virgen extra, 5 cucharadas
  • Vino blanco, 250 ml
  • Alubias pochas frescas, 250 g
  • Tomates maduros, 3 uds
  • Sal
  • Pimentón dulce de la Vera, 1 cucharadita
  • Pimiento choricero, 1 ud
  • Laurel, 1 hoja
  • Sepia limpia, 500 g
  • Mejillones cocidos, 250 g (*)

(*) Ahora que es temporada de marisco, lo mejor es hacernos con unos buenos mejillones frescos que además nos van a salir mucho más baratos que si los compramos en conserva o congelados. Para obtener los 250 g de mejillones ya cocidos necesitaremos aproximadamente 1 kg de mejillones con concha y para cocerlos no hay más que seguir las instrucciones que os dejo a continuación.

Los mejillones cocidos se conservan en un táper en la nevera un par de días, por lo que se pueden comprar y cocer con antelación.

Elaboración de las pochas con sepia y mejillones

01: Preparar ingredientes

A mí no me gusta encontrar tropezones en los guisos. Por ello he triturado muy bien el tomate, la cebolla, el puerro y el ajo. Mientras tanto ponemos a cocer las pochas en una cazuela con 1 litro y ½ de agua fría y 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra. Las coceremos durante unos 40 – 45 minutos.

02: Preparar el sofrito

En otra cazuela echamos 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra y a fuego medio empezamos a sofreír bien el triturado que hemos realizado anteriormente. Dejaremos rehogando bien sin dejar de remover hasta que haya perdido toda el agua que desprende el tomate y la cebolla al rehogar. Aproximadamente 10 o 15 minutos.

03: Cocinado de la sepia

Empezamos cortando la sepia en trocitos no muy grandes.

A continuación cuando el sofrito esté en su punto echamos la sepia y rehogamos junto con el pimentón dulce y la carne del pimiento choricero (previamente hidratado). Rehogamos dos minutos a fuego fuerte y añadimos el vino blanco.

04: Cocción

Dejamos reducir el vino a la mitad y añadimos 500 ml del agua de cocer las pochas o de agua mineral. Añadimos la hoja de laurel y una pizca de sal. Dejamos cocer unos 40 minutos a fuego medio – bajo para que la sepia quede bien cocinada. Entonces añadimos los mejillones y las pochas que tenemos ya cocinadas y dejamos cocer otros 10 minutos más a fuego medio – alto. En este punto comprobaremos el punto de sal y en caso de ser necesario rectificaremos.

05: Servir

Una vez pasados los 10 minutos, retiramos del fuego y dejamos reposar  5 minutos antes de servir ya que así queda mucho más sabroso y espesito. Será difícil resistir la tentación de probar el guiso antes de que pasen los 5 minutos de reposo porque su olorcito enamora. No obstante, hacedme caso, no os quemaréis la lengua y el sabor será mucho mejor al haber reposado.

Resultado

Como podéis ver este es un guiso de diez. Completo, sabroso y con bajo contenido graso. Con la sepia y los mejillones obtenemos un plato increíblemente sabroso y bajo en grasa. Os recomiendo usar alubias pochas frescas ya que tienen una textura y sabor distinto de las tradicionales.

Creedme que el tiempo de cocinado merece muchísimo la pena porque la magia del fuego lento hace maravillas. Os aviso que si sois panarras os encantará tener a mano un buen trozo de pan para acompañar por que el caldito espeso ¡está para rebañar el plato a fondo! Lo dicho, no quedará nada en el plato ni en la cazuela y es ideal para un día lluvioso y frío.

A título de curiosidad, el nombre de las pochas se debe del tono parcialmente pálido de su vaina; un color pocho. Resultan perfectas para ser cocinadas en un visto y no visto, sin necesidad de hidratarlas en agua la noche anterior. Obviamente si no disponéis de esta variedad podéis hacer el guiso con cualquier variedad de alubia blanca que encontréis en el mercado.