En estos días en los que cada vez tenemos tiempo de cocinar, uno no piensa más que en recetas sencillas, que sean muy rápidas o, si no lo son tanto, que al menos se hagan prácticamente solas mientras nosotros seguimos con otras tareas, como sucede con esta receta de pollo a la cerveza que además se puede cocinar de víspera y al día siguiente está aún más rica. Una gran candidata a convertirse en la envidia de tus compañeros de oficina en cuanto empieces a calentar el táper.

Ingredientes

  • Pollo, 1.5 kg
  • Cebolla, 1
  • Cerveza, 1 lata
  • Harina, para enharinar
  • Aceite de oliva virgen extra, 3 o 4 cucharadas
  • Caldo de pollo, solo si es necesario
  • Sal, al gusto
  • Pimienta molida, al gusto
  • Salsa de chile dulce o similar, 1 o 2 cucharadas (opcional)

Preparación del pollo a la cerveza

Se trata de una receta que da mucho juego a la hora de prepararla. Lo más económico siempre es comprar el pollo entero y pedirle al pollero que nos lo corte para guisar o cortarlo nosotros mismos en casa, pero si en casa tenéis otra preferencia, la receta quedará también riquísima si la hacéis usando solo los muslitos o jamoncitos, o los contramuslos o con alitas, que muchos prefieren antes que las pechugas.

Paso 1

Secamos los trozos de pollo con papel absorbente, los salpimentamos al gusto y los rociamos con harina lo justo para enharinar ligeramente su superficie.

Paso 2

Ponemos a calentar el aceite de oliva virgen extra en una cacerola a fuego medio-alto y doramos el pollo dándole vueltas de vez en cuando para que se doren todos los trozos de manera uniforme.

Paso 3

Hacemos un pequeño hueco en la cazuela apartando los trozos de pollo hacia los bordes y añadimos la cebolla finamente cortada en el hueco que hemos hecho, pues lo que nos interesa es que la cebolla se cocine y suelte sus aromas en el aceite en el que se ha dorado el pollo, no que se queden los trocitos de cebolla cruda pegados a los trozos de pollo.

Paso 4

Una vez que la cebolla empieza a estar transparente añadimos la cerveza y una pizca de sal, subimos un poco el fuego para que se evapore el alcohol y, pasados unos minutos, cuando este se haya evaporado -sabremos que lo ha hecho porque el guiso dejará de oler a alcohol- bajamos el fuego y cocemos a fuego lento hasta que el pollo está tierno. Es conveniente ir echando un vistazo de vez en cuando y si vemos que se queda sin líquido, añadimos medio vaso de caldo de pollo, para que mantenga el chup chup. Ten especial cuidado si decides hacer la receta con un pollo de corral, pues necesitan de una cocción un poco más larga y, por lo tanto, con más líquido.

Los que disfrutéis de la comida picante, en el momento de echar la cerveza podéis añadir también un par de cucharadas de salsa de chile dulce o alguna otra salsa picante de vuestro agrado.

Cuando el pollo esté tierno, probamos y rectificamos de sal si es necesario.

Paso 5

Este pollo a la cerveza está muy bueno si lo dejamos reposar unas horas, la salsa se asienta y se mezclan los sabores. Por eso es perfecto para dejarlo hecho por la noche y llevárselo al día siguiente en el táper o para solo tener que calentarlo cuando lleguemos a casa hambrientos.

Se puede acompañar con arroz blanco, patatas cocidas o en puré, patatas fritas, pero si vas a servir el pollo a la cerveza en el momento y quieres lucirte, corta las patatas en dados de menos de dos centímetros, confítalas en aceite a fuego lento hasta que estén tiernas, sube el fuego hasta que se doren y, cuando el pollo esté listo, échalas en la cazuela junto al pollo para que impregnen de la salsa.

Por supuesto, también le irá genial cualquier guarnición a base de verduras, como una menestra, unos tirabeques salteados, una parrillada de verduras variadas, tu verdura favorita cocinada al vapor o simplemente una modesta ensalada de lechuga.