Las angulas de surimi, ese sucedáneo de pescado tan sencillo y sabroso, se han hecho un hueco inamovible en los hogares españoles desde su aparición a principios de los años noventa.

Ingredientes

  • Angulas de surimi o falsas angulas, 250 g
  • Gambas peladas, 125 g
  • Champiñones, 125 g
  • Cebolla, 1
  • Dientes de ajo, 6
  • Huevos, 2
  • Cayenas, 2
  • Pimentón, 20-30 g
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Unas buenas patatas fritas para acompañar

Aunque la preparación más popular de las angulas de surimi es a la vez la más sencilla, al ajillo, también se pueden preparar acompañadas de gambas, usándolas como ingrediente de revueltos o ensaladas, acompañando a pescados en salsa, utilizándolas como base para diversos aperitivos o pinchos, o formando de por sí un plato combinado, al servirlas acompañadas de unos huevos rotos con patatas.

Hoy las vamos a elaborar de una manera poco común pero muy rica, angulas de surimi salteadas al pimentón, un ingrediente al que habitualmente no están asociadas, pero que le va muy bien a este sucedáneo tan popular.

Cómo hacer angulas de surimi salteadas con huevo estrellado

01: Picamos y sofreímos la verdura

Picamos muy finamente los ajos y la cebolla.

Rehogamos el ajo y añadimos la cebolla. Las cayenas las podemos añadir enteras, partirlas o echar más o menos cantidad, dependiendo de cómo nos gusten de picantes las angulas de surimi.

Pochamos la verdura a fuego lento, hasta que la cebolla quede bien traslúcida.

02: Añadimos los champiñones y las gambas

Una vez cocinada la cebolla, añadimos los champiñones, que hemos troceado previamente en cuartos o en sextos.

Rehogamos unos minutos para que se cocinen un poco y, cuando casi los tengamos a punto, añadimos las gambas.

03: Agregamos las angulas de surimi

Subimos el fuego.

Cocinamos un poco las gambas y añadimos las angulas de surimi, que no necesitan más cocción que la necesaria para que se calienten y se rehoguen brevemente con el resto de los ingredientes.

Mientras preparamos los huevos, apagaremos o pondremos al mínimo el fuego.

04: Hacemos los huevos a la plancha o fritos

Si queremos hacer los huevos más rápidamente y de forma más sana, cascamos los huevos en una sartén antiadherente con una gota de aceite.

Salamos y cubrimos con una tapa 1-2 minutos. Al tapar la sartén, la clara y la yema de los huevos de cuajará poco a poco con el vapor, sin necesidad de rociar el huevo con una gran cantidad de aceite.

Pasados un par de minutos, tendremos los huevos a la plancha en el punto perfecto. No hay que dejarlos mucho tapados para que la yema se cocine lo justo, ya que si no se nos cuajaría por completo la yema y no quedaría líquida.

Si no, podemos hacer los huevos fritos como toda la vida. Los cascamos en un dedo de aceite bien caliente, vamos echando el aceite sobre la clara para que esta se cuaje y forme puntilla y, en el último momento, rociamos la yema con el aceite caliente para que nuestro huevo quede perfectamente frito pero de modo que la yema permanezca bien líquida, cosa esencial para este tipo de platos.

05: Añadimos el pimentón y servimos

Una vez rehogadas las angulas de surimi con el sofrito, añadimos una cantidad generosa de pimentón dulce. Mezclamos bien unos segundos y apagamos el fuego.

Si queremos, podemos añadir al pimentón unas gotas de agua previamente para formar así una pequeña pasta espesa, que hará que el pimentón se integre mejor y tengamos más seguridad en que no se nos queme. De todas maneras, si dejamos que el pimentón se cocine con el calor residual, podéis añadirlo perfectamente sin diluir.

Servimos las angulas de surimi coronándolas con el huevo (o huevos) a la plancha o fritos, que romperemos para que bañen nuestro plato. Si las acompañamos de unas patatas fritas, tendremos un plato todavía más completo, que nos puede servir de plato único perfectamente o de plato combinado.

Resultado final

La invención de las angulas de surimi surge en la búsqueda de una alternativa accesible a las angulas, una especie que debido a su sobreexplotación estaba amenazada y se había encarecido exponencialmente.

Aunque existen diversas dudas sobre la calidad del pescado usado para su elaboración (hay que recordar que las angulas de surimi se componen de los desechos y desperdicios de la industria del pescado), este surimi en sí está libre de grasas y constituido por pura proteína de pescado (de abadejo de Alaska), además de aceites vegetales (que no se especifican), extracto de almejas, féculas, clara de huevo o tinta de sepia.

Los diferentes precios que presenta este sucedáneo supongo que, además de por la calidad de la materia prima utilizada, viene dada por la consistencia e integridad del producto, más conseguida en las marcas más caras. Y no es para menos, ya que el precio de la marca más popular (la que creó el producto) de este sucedáneo ronda los 25 €/Kg.

Lo que está claro es que si las angulas de surimi se han ganado un hueco en nuestra gastronomía es por lo rápido que resulta prepararlas, la sencillez de su elaboración y las posibilidades que nos da, más allá de su preparación clásica con ajo y guindilla.

De esta manera, condimentadas con pimentón, añadiéndolas algún ingrediente más, y junto con la yema chorreante, nuestras angulas de surimi adquirirán otro cariz y se convertirán en un plato completo al que podrás recurrir en más de una ocasión. Y todo sin abandonar ese toque picante de la cayena y del ajo que tan bien sienta a las angulas de surimi.