Este lunes, Fernando Simón anunció que en unas semanas las UCI van a estar saturadas, pero que la variante del virus, en caso de tener algún impacto, será marginal en nuestro país. Bien, id precalentando el horno y pensando de qué vamos a hacer el pan. Se viene drama.

Pensando en esto, en la posibilidad de un nuevo confinamiento, me preguntaba si en un segundo encierro nos volverá a dar por hacer pan. Como ya hemos pasado por esto antes, digo yo que los galones se tienen que notar. Así que ahora tocaría hacer panes de sabores. Me imagino que empezaremos a hornear hogazas de tomate seco, aceitunas, cúrcuma, queso o pepitas de chocolate.

No me las voy a dar aquí de lista, todo lo contrario, estoy hablando por vosotros. En mi caso, si tuviese que hacer pan, me conformaría con hacerlo blando. Más que nada porque no hice pan en el confinamiento y no porque yo sea súper especial, un alma libre, una rebelde contra la corriente. Lo que soy es nula en el tema masas.

Javier Marca, de Panic, me intentó meter en esto del panarreo y me dio instrucciones para hacer masa madre. “Sólo necesitas harina, sal y agua del grifo. Un bote, una cucharilla, una báscula y un horno normal —me decía—. Y una silla, coge una buena silla porque esperar es la clave”.

Durante unos días seguí la receta de Javier, pero aquello era un poco como tener un Furby exigente. Se me aguachó, la mitad de los días se me olvidaba alimentar a mi mejunje y tenía un aspecto raro. Así que ante el temor de que el Furby mutase a Gremlin malo, acabé tirando por el fregadero mi ilusión de ser la panadera de España. En favor de Javier diré que me insistió para volver a intentarlo porque “¡cómo se te va a aguachar, Garrido, pues échale más harina!”. No tengo perdón ni paciencia, Javier.

Si quieres la receta para hacer tu propia masa madre como la hacen en Panic, sin necesidad de levadura, puedes encontrarla en el Blog de Celeste. Y si prefieres partir de una masa madre, Danny Salas tiene esta otra propuesta para hacer tu propia masa de pan a partir de la de El Molino de Alcuneza. O esta fórmula de Mer Bonilla, donde comienza a formar su masa madre además de con harina y agua, con azúcar, miel o sirope de ágave.

Volviendo al pan de sabores, me acordé del Pan de Aída, en el Mercado de Cádiz, y del pan de Dani Ramos, de La Cremita, en Chiclana. Aída y Jill hacen panes de diferentes tipos de harina en un obrador minúsculo del mercado, y cada día ponen a la venta un pan especial, salado, como el de cheddar y especias, o el de pimiento asado, o dulce, como el de chocolate y naranja.

Dani Ramos, por su parte, es actualmente uno de los panaderos de referencia de Andalucía, junto con el Horno Artesa, de Arcos de la Frontera. No hay restaurante de renombre en la provincia de Cádiz que no tenga el pan de alguno de estos dos hornos. A mí me encanta el pan de cúrcuma que hacen en La Cremita, pero vamos, por tener, también tienen pan de chorizo y tortilla de patata. Un bocadillo en una rebanada de pan.

Para esto de comer un pan-bocadillo a pellizcos, Clara Villalón nos dejó la receta del pull-apart de queso y mostaza. Un pan relleno que, aunque no es exactamente como los que cité antes, puedes comer tal cual a rebanadas o acompañar con la salsa que más te guste. Y si ya te has animado a darle saborío a las masas, en esta receta de Cocinillas encontrarás un pan venezolano relleno de jamón, huevo cocido y pasas.

Puestos a variar, Javier me dijo que necesitaba un bote, una báscula, una cucharilla y un horno normal. Eso para hacer el pan como el suyo, pero si no tienes horno, también puedes hacer pan. Y no de un tipo, sino de varios. En este enlace tienes cinco recetas de pan sin encender el horno.