Publicada

Las gambas al ajillo son uno de los grandes clásicos de la cocina española. Esta tapa, adorada tanto por locales como por visitantes, se encuentra fácilmente en bares y restaurantes de todo el país. Su preparación es sencilla: gambas frescas, cocinadas rápidamente en aceite de oliva con generosas láminas de ajo, y en muchos casos, un toque picante gracias a una guindilla o pimiento rojo seco.

Aunque el proceso parece simple, requiere precisión. Se comienza calentando el aceite a fuego medio-alto y dorando el ajo con cuidado: el punto justo es clave, ya que si se quema, arruina el sabor del plato con su amargor. Luego se incorporan las gambas peladas y limpias, que solo necesitan un par de minutos de cocción, hasta que adquieren un tono rosado y una textura tierna.

Este manjar se sirve tradicionalmente en cazuelas de barro, que conservan el calor y permiten disfrutar plenamente del aceite aromatizado. Y como dicta la costumbre, no puede faltar el pan crujiente para mojar: un placer tan adictivo como las propias gambas.

El toque de la abuela Juana: el secreto de Alejandro Serrano

Alejandro Serrano, chef nacido en Miranda de Ebro (Burgos), se convirtió en 2021 en el cocinero más joven de España en conseguir una estrella Michelin, con sólo 24 años. Un récord que fue igualado en 2023 por Carlos Casillas, del restaurante Barro de Ávila.

Desde 2019, Serrano lidera su propio restaurante en la calle Alfonso VI de su ciudad natal. Bajo su nombre, el local ofrece actualmente un menú degustación llamado Bosque Marino, centrado en pescados y mariscos tratados con elegancia en el corazón del norte burgalés. El menú cuenta con una versión corta (110€) y otra más extensa (150€).

Uno de los platos estrella de esta propuesta es la gamba blanca de Huelva en dos tiempos, una creación que rinde homenaje a su abuela Juana, conocida por sus tortillas en Miranda. Su secreto familiar para mejorar unas simples gambas al ajillo era añadir dos ingredientes tan accesibles como inesperados: vino oloroso y limón.

Como explicó el propio chef a la revista Origen, basta con saltear las gambas a fuego fuerte y, justo al final, añadir medio limón exprimido y un chorrito de vino oloroso. El resultado es un plato intensamente aromático y fresco, con una salsa "llena de matices y superpotente", en palabras de Serrano.

La destreza del chef con las gambas ya quedó patente en 2019, cuando ganó el VIII Concurso Internacional de Cocina Creativa con la Gamba Roja de Dénia. Así que, si quieres darle un giro memorable a tus gambas al ajillo, prueba el truco de la abuela Juana. Seguro que no te decepcionará.