Estamos hartos de leer en recetas (y vosotros también porque nosotros lo repetimos hasta la saciedad en las nuestras) eso de usar ingredientes -principalmente los huevos y la mantequilla- a temperatura ambiente, pero el otro día caí en la cuenta de que nunca os hemos contado con detalle cómo poner los ingredientes a temperatura ambiente y mucho menos cómo hacerlo más rápido.

Pero antes de ver cómo poner los ingredientes a temperatura ambiente vamos a aclarar una cosa importante.

¿A qué temperatura nos referimos cuando hablamos de temperatura ambiente en recetas de cocina?

Pues ahí está la clave, porque si le damos tanta importancia a poner los ingredientes a temperatura ambiente pero luego la temperatura de nuestro ambiente es algo que puede variar mucho dependiendo principalmente de nuestro código postal y de la época del año (pensad en Sevilla en pleno verano y en la sierra madrileña en pleno invierno), va a resultar que para tener algo a temperatura ambiente no basta con sacarlo de la nevera y dejarlo en la encimera y esperar a que pase el tiempo, al menos, no siempre.

Y es que, la temperatura mágica a la que tienen que estar los huevos y la mantequilla del bizcocho para que suba como la espuma y no nos quede apelmazado ni grasiento, esa temperatura ambiente de la que hablamos en las recetas, es una temperatura en torno a los 20ºC. Ni mucho frío, ni mucho calor.

Como ya os estáis imaginando, en Sevilla en pleno verano, los ingredientes que tengamos en la nevera se pondrán a temperatura ambiente en muy poco tiempo una vez los saquemos de ella. Pero los ingredientes que tengamos en la nevera de la sierra madrileña en pleno invierno seguirán igual de fresquitos que estaban dentro de la nevera o incluso más (asumimos calefacción apagada, claro está). Finalmente, si la temperatura en nuestra cocina es próxima a los 20ºC, con el tiempo podemos poner los ingredientes a temperatura ambiente, pero claro, la mayoría de las veces el tiempo no sobra y poder ahorrarnos la espera se agradece.

Así que vamos a ver unos cuantos trucos.

Cómo poner los ingredientes a temperatura ambiente más rápido

En el caso de líquidos, la mejor opción es el microondas. Ir calentando a potencia máxima en períodos de 5 o 10 segundos hasta que notemos que ha perdido el frío de la nevera. Es decir, no debemos dejar que se caliente el líquido.

En el caso de los huevos, bastará con sumergirlos de 5 a 10 minutos en agua caliente (pero que no queme, que no queremos que se cuajen los huevos). Por haceros una idea, sería más o menos la temperatura del agua caliente de la ducha.

En el caso de cremas de queso o yogures, si están cerrados y el envase es estanco (no deja entrar ni salir líquidos), se pueden sumergir también en agua caliente. Si el envase está abierto, entonces en el microondas.

Finalmente, la mantequilla. Este ingrediente cuando está a temperatura ambiente debe notarse blando al tacto, lo justo para que se hunda un poco el dedo al tocar, pero no debe hundirse del todo, ni estar líquida. Existen varias formas de acelerar el proceso de poner la mantequilla a temperatura ambiente:

  • Si la temperatura exterior es alta, bastará con cortar la mantequilla en trozos pequeños o rallarla como si fuera queso. Así aumentamos la superficie de contacto con el aire y la temperatura que buscamos se alcanzará rápidamente.
  • Si la temperatura exterior es muy baja, la mejor forma de conseguirlo es cortar la mantequilla en dados de tamaño uniforme y calentarla en el microondas en tandas de 10 segundos con la función descongelar.

Y hasta aquí nuestros truquitos para poner los ingredientes a temperatura ambiente más rápido 🙂 ¿Conocéis alguno más?

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