Si nunca has preparado tus propias conservas caseras… ¡no sabes lo que te estás perdiendo! ¿Por qué te animamos a preparar conservas? Pues verás:

– Porque duran hasta un año.

– Porque es una manera perfecta de aprovechar esos cinco kilos de fresas que te ha traído tu madre y que se van a poner malas si no las usas pronto (o de uvas, melocotones, naranjas…).

– Porque cuando hacemos una receta como por ejemplo nuestra mermelada de tomate, normalmente nos cuesta muy poco doblar la cantidad de ingredientes y así tener de sobra para conservar. Así nos ahorramos tener que cocinar lo mismo dos veces.

– Porque  no hay mejor manera de reciclar tarros de cristal.

– Porque con una etiqueta y un envoltorio bonitos son un regalo perfecto y baratísimo para familiares y amigos.

– Porque está chupao.

¿Convencidos? Pues venga, ¡manos a la obra con nuestras conservas caseras!

 

¿Con qué alimentos se pueden preparar conservas?

Se pueden preparar conservas de casi cualquier cosa. Entre las conservas más populares están las mermeladas, productos en vinagre o en aceite, salsas como tomate frito casero

Simplemente prepara una gran cantidad de tu receta favorita y una vez lista consérvala en tarros esterilizados siguiendo los siguientes pasos.

Cómo esterilizar tarros de conserva

Lo más importante para que las conservas nos duren durante mucho tiempo sin ponerse malas es mantener en todo momento nuestras manos y utensilios limpios y esterilizados. El proceso para esterilizar y rellenar los tarros es muy sencillo. Aquí os dejamos todos los pasos bien explicados:

– Elige tarros que cierren bien y en los que la tapa no tenga abolladuras ni la goma esté desgastada. Comprueba que el cristal no tenga grietas ni golpes.

– Lava bien los tarros, las tapas y los utensilios. Lo más fácil es meterlos en el lavaplatos a una temperatura muy alta. Si no a mano hasta que queden impecables. Una vez limpios evita tocarlos por la parte de dentro para que no entren bacterias.

– Mete los tarros de cristal sobre una bandeja (bien limpia) en el horno frío (las tapas no). Una vez los tarros están dentro enciende el horno a 160º. De esta manera se calentarán poco a poco y evitaremos que se rompa el cristal.

– Pon agua en una olla a hervir y echa las tapas durante 10 minutos. Cuando estén listas sácalas con unas pinzas limpias evitando tocar la parte de dentro.

– Una vez nuestros tarros hayan estado en el horno como mínimo media hora ya podemos sacarlos con ayuda de unas pinzas especiales o un trapo de cocina limpio, siempre sin tocar la parte de dentro.

– Añadimos la comida dentro, dejando dos centímetros desde el borde pero recuerda: nunca añadas comida fría a tarros calientes ni comida caliente a tarros fríos o podrías hacer que el cristal se rompa con el cambio de temperatura. Para mermeladas, salsas, etc. siempre echaremos la comida cuando está aún muy caliente. Si se mancha el borde, deberemos limpiarlo con un paño limpio húmedo hasta que quede perfectamente limpio.

– Cerramos enseguida para evitar que entren bacterias y apretamos bien las tapas. Ponemos los recipientes boca abajo para que al enfriarse creen un vacío.

– Si en vez de comida caliente estuvieramos usando fría, por ejemplo verduras en vinagre, ponemos los tarros rellenos en agua hasta que hiervan cuidando que el agua nunca llegue a tocar las tapas. Y hervimos durante 30 minutos. Después los dejaremos enfriar en la olla. En este caso es preferible usar tarros de los que tienen una pinza y hervirlos con la tapa ligeramente abierta, para después tapar y dejar enfriar.

Si lo hemos hecho bien, cuando estén copletamente fríos al apretar la tapa ésta no debería hacer un “click”. Si hubiera alguna tapa que hace click este tarro lo guardaríamos en la nevera y lo consumiríamos en un plazo de 1 a 3 semanas (depende del producto). Si no hace click, significa que nuestro tarro de conserva está listo y nos durará un año en la despensa.

Trucos y utensilios

Esteriliza los tarros al mismo tiempo que cocinas tu receta. Así ahorrarás tiempo y la comida y tarros estarán calientes a la hora de envasar.

Etiqueta cada tarro con el nombre de la receta y la fecha de caducidad. Superimportante.

Siempre esteriliza más tarros de los que crees que vas a necesitar. Así no te llevarás sorpresas si al rellenarlos te faltan recipientes.

Existen pinzas especiales para manejar los tarros cuando aún están calientes, y embudos con la boquilla muy ancha para evitar manchar los bordes del tarro al rellenarlo. Echa un vistazo a los de la marca Kilner.

Para decorarlos, prueba a cortar un círculo de tela de diámetro 8cm más grande que la tapa de tu tarro y átalo con un cordel alrededor de la tapa. Puedes rellenar una cesta de productos y envolverla en papel transparente para convertirlo en un regalo hecho a mano perfecto.

Ten cuidado porque preparar conservas ¡es adictivo! Avisados estáis.