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Los cafés de toda la vida han dado paso a las cafeterías de especialidad. Cada vez más ciudades se llenan de estos nuevos establecimientos donde la preocupación por la calidad del producto en todas sus etapas es fundamental.

Estos locales también acostumbran a ofrecer una pequeña carta de comida con opciones saladas y dulces, normalmente tostadas con ingredientes de moda como aguacate y salmón y bowls saludables de frutas.

La fama de estos negocios es innegable, pero, ¿son rentables? Javier Omar Comba, copropietario de la cafetería de especialidad Docta de Valencia, ha revelado en el canal @FelixProTV las claves de su empresa y cómo fue el proceso de apertura.

Javier es de la ciudad argentina de Córdoba y llegó a Valencia en febrero de 2023. En junio de ese año abrió junto a su pareja las puertas de su pequeña cafetería take away en una de las calles más concurridas de la ciudad. "No es sólo ofrecer un buen café, es ofrecer trazabilidad y sostenibilidad", cuenta.

Para emprender este proyecto trabajaron un par de meses con una consultoría de negocios de Madrid que les ayudó a ver y entender cómo estaba el mercado español en ese momento, "sobre todo para entender dónde podíamos invertir".

En esa investigación surgió la posibilidad de la cafetería de especialidad y decidieron apostar por ello: "En octubre o noviembre empezamos a estudiar, a hacer cursos de barista, y contratamos un curso online con el experto Kim Ossenblok".

Los costes de emprender

"Cuando empezamos a elaborar el plan de negocio, sabíamos que tenía que ser algo en una muy buena ubicación, con costes muy bajos (porque veníamos con una inversión acotada), y que necesitábamos que empezase a funcionar rápido", explica Javier.

Finalmente, el sueño se hizo realidad, pero no a cualquier precio: "Desde el pago del traspaso hasta que abrimos fue en total unos 50.000 euros, incluyendo licencia y maquinaria". Esa cantidad también incluye los gastos de la reforma del espacio: "Unos 35.000 o 37.000 de traspaso y 15.000 entre el lavado de cara y los insumos".

Hecho esto, el llamado "punto de equilibrio" no tardó en llegar: al final del quinto mes ya habían logrado que los ingresos totales fuesen igual a los costos totales. No obstante, desde el primer mes consiguieron pagar todos los gastos operativos y el 50% de uno de los dos sueldos. "Cada mes fuimos creciendo un 20 % de media", afirma.

Aun así, Javier reconoce que no todo ha sido fácil. "Retrasamos una semana la apertura porque no me salían los corazones del café con leche", admite entre risas. Por otra parte, indica que si al llegar desconoces cómo funciona la burocracia y no te rodeas de algún profesional que tenga conocimiento sobre el tema, todo el papeleo puede llegar a resultar abrumador.