Tres madrileños han decidido dejar atrás su vida en la capital, con 62, 50 y 42 años respectivamente, para hacerse cargo del bar-restaurante y la casa rural de Monleón (Salamanca), un municipio con menos de 100 habitantes cuyo atractivo ha despertado el interés de más de 400 personas. Todo ello por un alquiler mensual de apenas 92 €.
"El tema arquitectónico del pueblo nos llamó mucho la atención, no es un pueblo pequeño como tantos, tiene el castillo, la muralla, el verraco, y eso sumado a la casa rural; si no se dieran estos factores seguramente no nos hubiéramos lanzado", comenta a EFE Roberto Guillén, quien descubrió la convocatoria del Ayuntamiento en redes y convenció a sus amigos José Luis López y Yenni Rodríguez para presentarse.
En 2024 solo hubo siete aspirantes y la elegida fue una familia que terminó abandonando el proyecto en septiembre. En esta ocasión, sin embargo, la difusión en redes superó cualquier expectativa, hasta el punto de que la alcaldesa, Susana Moya, envió información detallada a 437 personas interesadas.
"Al final pudimos elegir entre 41 proyectos y tuvo mucho peso que fueran tres personas y el horario amplio que han propuesto, porque en la zona todos los hosteleros nos dicen que no encuentran gente para trabajar", explica Moya, que también valoró que los candidatos se desplazaran al pueblo para conocerlo.
López renunció a su empleo de electromecánico, Guillén al suyo en seguridad privada y Rodríguez dejó su puesto de auxiliar de cocina.
Ya viven en Monleón, donde ocupan una zona independiente dentro de la casa rural, y están a punto de reabrir el local, pendiente únicamente de las últimas obras impulsadas por el Ayuntamiento.
Por los mismos 92 euros al mes disponen del bar, del restaurante, de una antigua oficina de turismo que planean convertir en una pequeña tienda, de su propio espacio de vivienda y de la casa rural, que puede alojar hasta a seis personas.
Los tres amigos dentro del local de Monleón.
Una pequeña joya turística
Preguntada por el motivo del éxito de la oferta en un momento en que muchos pueblos lanzan iniciativas parecidas para salvar sus bares, la alcaldesa lo tiene claro: el atractivo del conjunto y el potencial turístico del lugar.
"Somos 95 empadronados, y 70 residentes continuos en invierno, pero todos los días hay turistas, sobre todo el fin de semana; tenemos un patrimonio cultural y natural envidiable, con los dos orígenes romano y medieval, el castillo del siglo XV: una pequeña joya por descubrir", señala Moya.
Uno de los puntos fuertes del proyecto de los tres madrileños fue el horario: descansarán los martes para cubrir el cierre del resto de locales los lunes, y en general abrirán desde las 8:30 hasta las 22:30, ofreciendo servicio continuado a vecinos y viajeros.
El tardeo llega a Monleón
Entre sus ideas está incorporar la tendencia del tardeo los viernes y sábados, para que quienes tienen hijos o no pueden salir de noche puedan reunirse con amigos a tomar algo entre las seis y las ocho.
Los tres convivirán y se repartirán todas las tareas: administración, limpieza, cocina y gestión del negocio. Aseguran que no temen el cambio, porque ya disfrutan de librarse del tráfico y la prisa: "y por lo demás, todos vivimos igual, vamos a los mismos supermercados, comemos lo mismo", comenta Rodríguez.
Guillén (62) y López (50) se hicieron amigos hace ocho años gracias a su afición por la montaña, y Rodríguez (42), pareja de López, completa el grupo. Ninguno teme echar de menos Madrid: si lo necesitan, pueden llegar en pocas horas, pero en su día a día ya disfrutan de la tranquilidad de Monleón.
