El pecado inconfesable de Martin Berasategui: una receta fácil y rápida para triunfar en cualquier aperitivo

El pecado inconfesable de Martin Berasategui: una receta fácil y rápida para triunfar en cualquier aperitivo

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El pecado inconfesable de Martin Berasategui: una receta fácil y rápida para triunfar en cualquier aperitivo

Se trata de una receta rápida y barata que te soluciona cualquier aperitivo e incluso una cena. 

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Lo han vuelto a hacer. La Picaeta ha vuelto más fuerte que nunca y ha comenzado el año con una entrevista a uno de los personajes más queridos de la gastronomía española y, sin duda, el que más estrellas Michelin tiene. 

Para conocer al completo su contenido, tendrás que escuchar el podcast largo y tendido -son algo extensas, pero siempre entretenidas-, pero por aquí va un aperitivo del que se ha convertido en uno de los momentos que más espectativas levanta: ese pecado inconfesable. 

Así como Broncano lanza cuando quiere 'la pregunta del dinero', estos chicos no pierden ocasión en acorralar al invitado y preguntarle cuál es su pecado inconfesable. A lo largo de sus cuatro temporadas ha habido de todo. Desde el que confesó Ángel León, que "cuando me dan bajada hipoglucémicas" le da por comerse un croissant con nocilla y doritos, hasta el bote de sala de tomate -tras un cigarro- que Juanjo Mesa se toma a veces a las tres de la mañana. 

Esta vez ha sido Martin Berasategui el que se ha sometido a la pregunta y reparo ha habido bien poco al responderla, pero lo cierto es que su pecado inconfesable no es tan pecado como el que han confesado otros. El donostiarra, con casi medio siglo de cocina a sus espaldas, siempre se saca un as de la manga y este no deja de ser una receta socorrida y, seguro, recurrente. 

"Muy de vez en cuando me suele gustar meter en un vaso de triturador una lata de conserva de sardinas en aceite. Le quito la espina central, añado unos quesitos de los de toda la vida, una cucharada sopera de mostaza, unas gotitas de limón, perejil lavado y seco picado y, mientras trituro, añado en hilo unos 100 gramos de aceite de oliva virgen extra" explica Berasategui paso a paso lo que podría ser ese clásico 'paté' de sardinas que alguna vez hemos improvisado en casa. 

En menos de cinco minutos, "tienes una crema de sardinas que puede ser para que desayunen tus nietos, para acompañamiento de una ensalada, o tostada, o hasta de acompañamiento a un filete de pollo, que le pones la crema de sardinas y alucinas en colores" sugiere el cocinero. 

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