Aunque se trate de una preparación prácticamente internacional -recuérdense las French Toast de los anglosajones o el Pain perdù de los franceses- y aunque sea uno de esos platos que en cada casa se preparan de una manera, si hay una receta arraigada en Madrid hasta el punto de parecer que formase parte del ADN madrileño esa es sin duda alguna la de las torrijas de Semana Santa.

La primera vez que me tocó pasar estas fechas en Madrid me sorprendió que el despliegue "torrijil" que se produce en la capital durante estos días solo es comparable al de los turrones y demás dulces navideños.

Panes especiales para torrijas, siropes, aceite para freírlas ocupan zonas especialmente habilitadas para ese fin en  los supermercados y no hay más que salir a la calle para ver que tanto escaparates de pastelerías y como cartas de restaurantes presumen orgullosos de torrijas.

Las torrijas en Madrid

Puede que cada uno las haga a su manera y puede que fuera de Madrid no tengan claro cómo es esa torrija perfecta, con la miga bien empapada en la leche o el almíbar de manera que esta se convierte en una especie de crema que se deshace en la boca a cada mordisco, pero en Madrid se viven las torrijas y en estos días es de lo que más se habla. La torrija en Semana Santa es el trending topic del barrio, de la calle. Hay intercambios de torrijas caseras entre vecinos, torrijas que viajan en táper y se comparten en la oficina.

Si las quieres comprar hechas hay sitios emblemáticos, algunos que llevan décadas abiertos y haciendo torrijas año tras año con las recetas de toda la vida. Quién no ha probado alguna vez las torrijas de El Riojano, o las de las pastelerías Mallorca o las del Horno San Onofre. Tal vez estos años también os habéis animado a probar cosas más atrevidas como las que propone la pastelería Nuno's o las nacidas de la creatividad sin límites del chef del último restaurante para modernos.

Pero este año, si tenemos que elegir, nos quedamos con las que te enseñamos a continuación.

Y hay de todo un poco, tradicionales, caramelizadas, con frutos secos, con pan de hogaza o de brioche, torrijas que no se parecen en nada pero que están deliciosas o al menos a nosotros así nos lo parece.

¿Tú qué opinas? Coincides con nosotros, o ¿no hay quién te saque de las torrijas de tu madre?