Imaginaos ese mismo Whopper que estáis viendo, pero hecho en un laboratorio. Se han cortado las ganas de salivar de repente, ¿no? Y si os digo que no debería ser así necesariamente, ¿qué? Bueno, pues quien dice Whopper, dice Cuarto de Libra, Big Mac o Doble Bacon Cheeseburguer, eso es lo de menos…

El asunto es el siguiente: en la Universidad de Maastricht han decidido otorgarle 300.000 € de presupuesto al profesor Mark Post por crear una hamburguesa de la nada. Es decir, sin carne animal, o al menos de carne no de carne de algún animal que hubiera estado vivo alguna vez. ¿Vacas zombies? No, mucho más sencillo: Se trata de utilizar la misma técnica con la que se busca generar órganos para trasplante, pero utilizándola de cara a la generación de carne apta para su ingesta.

Van a cultivar in vitro células madre de un espécimen vacuno, porcino o aviar. En concreto las que sirven para hacer posible el crecimiento de los músculos, de tal manera que la carne “crezca” sola, con ayuda de impulsos eléctricos (que simularían el ejercicio que haría el animal) y tiras de velcro para asegurar su estiramiento.

El proceso de momento está mejorándose y sólo están consiguiendo finas tiras de carne de unos 3 centímetros de longitud, pero Mark Post ya ha pedido que una vez se mejore el procedimiento sugerirá a un chef que cocine una hamburguesa con su carne y a una famosa actriz que la pruebe, para demostrar que es una carne segura y que no está modificada genéticamente. Él mismo lo resume muy acertadamente (y de paso nos saca de dudas): “Será una carne segura, no muy diferente a la tradicional. No modificamos genéticamente la carne. Reproducimos en el laboratorio el proceso que ocurre de forma natural”.

A mi me ha picado la curiosidad y me ha “medio convencido” de esta seguridad en la ingesta de la que habla. Sin duda entiendo las aplicaciones prácticas que tendría y sobre todo, las ecológicas: menos vacas que matar, menos comida con la que cebarlas, menos metano que emiten a la atmósfera, menos agua que consumir… En esto, todo son ventajas. Hay que decir que hasta la NASA está pensando en aplicarlo para que sus astronautas puedan comer. Esperemos que todo salga adelante, porque es de lo más curioso. Un Whopper o un Big Mac hecho en un laboratorio… y que no nos dé asco comer.

 

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