Entrar en el bikini, el reto de cada primavera.

Entrar en el bikini, el reto de cada primavera. Don Johnson Flickr

Salud Nutrición y Salud

'Operación bikini': seis consejos para que sea un éxito

Estás a tiempo de perder esos kilos de más de cara al verano y sin poner en peligro tu salud.

22 mayo, 2017 02:05

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Con el verano a la vuelta de la esquina, llega el temido gesto de cada 40 de mayo: cambiarse el sayo por ropa más ligera y que nos siga valiendo. Sin saber cómo, se te han juntado los polvorones navideños con los dulces de Semana Santa y ahora observas pesaroso el bañador.

¿Estás a tiempo de empezar la 'operación bikini'? Hemos hablado con expertos de Medicina del Deporte, endocrinos, nutricionistas y entrenadores y todos coinciden en que puedes perder peso, aunque siguiendo estas seis recomendaciones.

Hazlo por tu salud

"Siempre es posible adelgazar unos kilos y, especialmente, si sobran. En un mes se pueden perder algunos, sobre todo si padecemos obesidad o sobrepeso, aunque no existen soluciones milagrosas", recalca Miguel del Valle, vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED) y catedrático de la Universidad de Oviedo.

El médico calcula que, por término medio, se pueden perder entre tres y cinco kilogramos al mes, al menos al principio, combinando una dieta baja en calorías y actividad física. Las prisas por la llegada de la época estival no son buenas, según los expertos, que recomiendan una buena alimentación a lo largo de todo el año.

"Uno no debe deshacerse de los kilos de más para el verano sino para siempre, ya que se trata de un problema de salud y no estético, que no deja de ser algo subjetivo y muchas veces impuesto por las modas", afirma Eva Gosenje, miembro del Comité Científico de la Academia Española de Nutrición y Dietética.

Huye de las 'dietas milagro'

En cualquier página web, en las revistas y en los anuncios abundan las 'dietas milagro', con el reclamo de disminuir el peso en muy poco tiempo y sin esfuerzo. Los expertos son tajantes al respecto: no funcionan y son peligrosas.

"Cuando se finalizan se recupera todo el peso perdido e incluso más. Además, tienen efectos secundarios: la sangre se vuelve más ácida, se modifica el ritmo intestinal, favoreciendo el estreñimiento, producen mal aliento y aumentan los cálculos en el riñón y en la vesícula biliar", enumera Luis Miguel Luengo, miembro del área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).

Los daños pueden ir incluso más allá. "Si las mantenemos en el tiempo, algunas se han relacionado con anemia, problemas cardiovasculares y muerte, sobre todo cuando se combinan junto con sustancias tóxicas", advierte Jesús Román, presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación y de la Fundación Alimentación Saludable.

Sí al pan integral

Nada de dulces y nada de pan. Es lo que solemos pensar cuando queremos comer más sano. Pero no necesariamente tiene que ser así. Aunque debamos desterrar la bollería de nuestra despensa, el pan no, al menos, el integral.

"Se recomienda consumir pan integral, de modo general, pero de verdad, elaborado con harina integral, no con harinas refinadas y que luego tenga salvado añadido. Para distinguir uno de otro debemos leer el listado de ingredientes", aconseja Gosenje.

Los endocrinos recomiendan controlar las cantidades de alimentos que, aunque sean saludables, aporten más calorías, como los frutos secos, las legumbres, la pasta y el arroz. También se debe limitar la cantidad de grasa y utilizar aceite de oliva. Frutas, verduras y pescados son obligatorios.

En cuanto a las bebidas, "se deberían eliminar completamente todas las que aporten calorías –refrescos azucarados, bebidas alcohólicas o incluso 'sin'– y sustituir el azúcar por edulcorantes que no aporten calorías", propone Luengo.

Ejercicios largos pero suaves

Junto a una alimentación saludable, el ejercicio físico nos ayudará a bajar peso y a estar más en forma. Los especialistas recomiendan primar la duración sobre la intensidad. Es decir, mejor correr una hora a un ritmo suave que quince minutos muy rápido.

"Lo más adecuado es la combinación entre ejercicio aeróbico –como correr, nadar o montar en bicicleta– y el entrenamiento de la fuerza", mantiene Luis González, miembro de la Federación Española de Entrenadores Personales y Fitness (FEEPYF).

Estos ejercicios se pueden combinar con un entrenamiento a intervalos de alta intensidad, pero siempre asesorados por un profesional para evitar sustos y lesiones. Los expertos aconsejan un reconocimiento médico deportivo previo.

"Si somos sedentarios el comienzo debe ser gradual e ir aumentando el tiempo y la intensidad de forma progresiva", señala Del Valle. "Siempre hay que intentar realizar la actividad que más nos guste porque será la mejor manera de crear adherencia al ejercicio", añade.

El peligro de adelgazar rápido

Comer de forma más saludable y hacer deporte nos ayudará a bajar de peso pero, sobre todo, a estar más sanos. El problema viene cuando se adelgaza demasiado rápido.

"El motivo principal para realizar cualquier dieta es mejorar la salud. Se trata de un tratamiento a largo plazo que debe ayudar a modificar nuestros hábitos para no volver a alimentarnos de forma inadecuada", indica el endocrino de la SEEN.

La pérdida de peso muy rápida puede tener consecuencias negativas para la salud y riesgos que van desde la deshidratación por la dieta a la hipersudoración al realizar ejercicio físico con ropa inadecuada, que potencia sudar más en ambientes calurosos. "Esto puede afectar al sistema circulatorio y al riñón", sostiene el catedrático de la Universidad de Oviedo.

Además, un sobreentrenamiento puede provocar fatiga crónica y un mayor riesgo de lesiones del aparato locomotor. La obsesión por perder peso rápido "abre una puerta a los trastornos de alimentación, como la anorexia o la bulimia", alerta el docente.

La motivación, el mejor aliado

Para que el esfuerzo merezca la pena, los expertos recomiendan estar motivado y aprovechar la excusa de la 'operación bikini' para mejorar nuestros hábitos de forma duradera, no solo en la época estival.

"Hay que ilusionarse a base de conseguir metas razonables y progresivas, mentalizándose de que más vale lento pero seguro e ir consolidando, que rápido con posibles consecuencias negativas para la salud", apunta González.

Sentirse bien con uno mismo y más sano, más allá del punto de vista estético, ayudará a que tanto la alimentación saludable como el deporte sean compañeros habituales de nuestra rutina diaria.

"Como todos los veranos ocurre lo mismo, tal vez sea el momento de no pensar en kilos ni en dietas y sí en aprender a comer sano y razonable para alcanzar el peso ideal para siempre", concluye Román.