Víctor Raúl López Ruiz, catedrático en la Universidad de Castilla-La Mancha.

Víctor Raúl López Ruiz, catedrático en la Universidad de Castilla-La Mancha. Blog-UCLM

Ciencia

Víctor Raúl López Ruiz (55), catedrático, sobre la felicidad: "El 67% depende del factor social y el resto, del individuo"

La capacidad para desenvolverse con las nuevas tecnologías es uno de los factores que brinda la felicidad, siempre y cuando no nos aíslen.

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J. Rodríguez
Publicada

Las claves

Víctor Raúl López Ruiz sostiene que el 67% de la felicidad depende del factor social y el resto, del individuo.

La digitalización puede aumentar la felicidad al ofrecer más opciones y posibilidades, pero también genera aislamiento social, especialmente en personas mayores.

Existe una brecha digital que afecta principalmente a mayores de 60 años, en especial mujeres y personas con menor formación, lo que puede incrementar la infelicidad por aislamiento.

Según López Ruiz, mejorar el acceso de los mayores al entorno digital podría ser clave para aumentar su felicidad y reducir la soledad no deseada.

Los seres humanos han emprendido la búsqueda de la felicidad durante siglos haciendo uso de la espiritualidad o la filosofía. El método científico se ha reservado para aspectos más cercanos a la materia que a las emociones. Por lo menos, hasta ahora.

En los últimos años, los científicos han querido acercarse al concepto de la felicidad, saber si realmente se puede medir o hacer experimentos con ella. Y la respuesta es que sí: la felicidad puede definirse y pueden recogerse datos para llegar a ella.

Eso es, por lo menos, lo que explica Víctor Raúl López Ruiz, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Castilla-La Mancha, en este artículo de The Conversation. Y para este experto, el peso de nuestro entorno en nuestra propia felicidad es fundamental.

"Se trata de una cuestión muy antigua, ya analizada por Aristóteles. A través de su concepción política, el Estado, la sociedad tiene un objetivo esencial: la felicidad de sus miembros", explica el experto. Es decir, contribuir entre todos al bien común.

A pesar de que los recursos han aumentado y se han hecho más accesibles con el avance de la Historia, la felicidad sigue siendo todo un reto. Y es que desde el comienzo del siglo XXI, se han producido grandes desigualdades en el mundo, también en la felicidad.

Y estas suelen producirse debido a factores como el envejecimiento y la digitalización, a los cuales nos enfrentamos en España. Pero también en el resto del mundo se producen otros como las pandemias, los conflictos bélicos y la pobreza, que hacen al mundo más infeliz.

Sorprendentemente, López Ruiz establece que "las altas capacidades digitales" se relacionan con grados más altos de felicidad y calidad de vida. ¿Por qué? Porque aumentan nuestras posibilidades, como de trabajar en remoto o de tener más opciones culturales.

Dos grupos aislados

Ahora bien, está claro que la digitalización también nos aísla de la comunidad, una conexión que, tal y como explica López Ruiz, es fundamental para la felicidad. "Estos ciudadanos están más aislados al tiempo que conectados", escribe en el artículo.

"Sustituyen relaciones sociales presenciales por digitales", continúa. Pero, además, la digitalización también ha creado una brecha y las generaciones más mayores suelen estar menos conectadas. Y, supuestamente, esta desconexión trae infelicidad.

Y esta brecha se observa en estos datos: dice López Ruiz que mientras los mayores en España "solo logran el 58% de su felicidad por vía social", los adultos y los jóvenes obtienen hasta el 67% y el 66%, respectivamente. El resto, "es inherente al individuo", explica.

"El uso y acceso a las nuevas tecnologías generan capacidades digitales. Son un nuevo factor diferenciador social, con similar importancia al de la alfabetización o la formación académica en siglos pasados", asegura López Ruiz.

Es decir, que mejorar el acceso de las personas mayores al entorno digital podría ser un aspecto determinante a la hora de aumentar su capacidad para la felicidad. Y esto se debe a que muchas de las tareas del día a día están mediadas en la actualidad por la tecnología.

Encontrarse apartados de estos escenarios genera en ellos frustración y, por lo tanto, infelicidad. Por tanto, es importante encontrar para todos un equilibrio en el que las personas aprovechen la conexión digital para acercarse a otras personas, pero no aislarse.

"La brecha digital impacta sobre mayores de 60 años, acentuada en las mujeres y por la formación recibida. En la otra parte tenemos a los jóvenes menores de 30 años, sobreexpuestos a la conexión digital en tiempos de pandemia", resume el experto.

Precisamente, López Ruiz ha señalado que las cifras más elevadas de soledad no deseada registradas en el año 2024 se produjeron en esos mismos perfiles: personas mayores de 75 años y menores de 30. Más vulnerables a sentir infelicidad.