La leyenda urbana de Ricky Martin en 'Sorpresa, sorpresa' fue “una estrategia comercial”, según Gracia Olayo

La leyenda urbana de Ricky Martin en 'Sorpresa, sorpresa' fue “una estrategia comercial”, según Gracia Olayo

Bluper TELEVISIÓN

Desvelan el origen del bulo de Ricky Martin y la mermelada en 'Sorpresa sorpresa'

25 marzo, 2021 08:02

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En el año 1999, en diferentes puntos de España empezó a circular un rumor. Que en el programa Sorpresa, Sorpresa, presentado por Concha Velasco, el cantante Ricky Martin había querido sorprender a una admiradora, y que la esperaba escondido en el armario.

La fan del artista puertorriqueño llegaba a su casa, se desnudaba y se untaba en sus genitales mermelada (o paté, o crema de cacao), según la versión, y que llamaba a su perro Ricky para que lo lamiese. Todo ello en directo, ante la mirada de los espectadores, y del propio cantante.

La cuestión es que nadie había visto aquel espectáculo, pero sí el amigo de un amigo, que lo tendría incluso grabado en vídeo. Gracias al boca a boca, pronto esa historia se convertía en la mayor leyenda urbana de nuestra televisión, y se hizo tanto ruido que Antena 3 tuvo que desmentir la información, pues el asunto llegó a ser investigado por la Fiscalía del Menor.

Hemos sido víctimas de un bulo. Nos han atacado en una especie de locura colectiva. Un ataque en el que se hablaba de algo que nunca ocurrió y de protagonistas que nunca han existido. Todo es mentira”, decía la presentadora Concha Velasco, una semana más tarde, en el propio programa Sorpresa, Sorpresa.

En aquella misma temporada de Sorpresa, Sorpresa trabajaban Gracia y Sole Olayo, conocidas entonces como Las Veneno, y que se encargaban de las sorpresas que se daban fuera del plató, ya grabadas, el mismo papel que antes desempeñaba Rody Aragón.

Ahora, 22 años después del bulo de Ricky Martin, Gracia Olayo ha arrojado luz al asunto. Y es que en una charla con el periodista Javi P. Martín en el podcast 'Sesión Golfa' de eCartelera ha asegurado que esa historia “se lo inventó alguien, y no te voy a decir la persona, para darle más publicidad al tema”.

Según la actriz, “ese programa, que lo hacía estupendamente bien Concha Velasco, no alcanzaba las cuotas de audiencia que hizo Isabel Gemio” y alguien, desde dentro, se inventó ese “fake”. “Estábamos ahí dentro y ni nos enteramos ni nada. Mentira. Fue una estrategia comercial, pero bueno, es mi opinión. Nadie demostró nada”, añade la artista.

 

El origen estadounidense de la leyenda

Quizá la idea de poner el nombre de Ricky Martin como nombre de la particular sorpresa fue una invención de dentro del programa, pero la leyenda en sí no es propia de nuestro país, ni se la inventó (por completo) alguien de Sorpresa, sorpresa.

Tal como ya se explicó en estas mismas páginas, el folclorista Jan Harold Brunvand la recogió en su libro ‘El fabuloso libro de las leyendas urbanas: Demasiado bueno para ser cierto’, que vio la luz en Estados Unidos en 1999, el mismo año que se difundía por España la historia de Ricky, el perro y la mermelada.

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En su obra, Brunvand recoge cartas de revistas y periódicos entre 1981 y 1993, y una de ella habla de cómo las amigas de una mujer guapa y soltera le organizan un cumpleaños sorpresa y se esconden en el sótano de casa de ésta, esperando que llegue del trabajo. Como una de ellas había cuidado de la mascota de la homenajeada, un gran danés, el perro no se sobresaltó con la visita, así que su dueña no sospechó nada al llegar.

Cuando regresó a casa se dio una ducha, y al salir acudió al sótano a llamar a su perro, Rex, que acudió a la voz de su dueña, y tras él fueron todas las amigas. El final era similar a lo que supuestamente se vio en Antena 3 en directo: se encontraron a su amiga desnuda, embadurnada de mantequilla de cacahuete, mientras el perro le lamía la crema.

La leyenda, conocida como ‘The Lap Dog’ tiene multitud de variantes. Su profesión puede ser la de empleada de banca, una enfermera, o una mujer que pronto va a casarse. En algunos lugares se ha contado lo mismo, pero con un hombre. Los amigos se podían esconder en el sótano el salón, y el perro además de Rex se puede llamar Lucky, Chief, Kippy o Skippy, nombres estos últimos que, sin duda, recuerdan mucho al de nuestro can Ricky.