Aunque el otoño es sinónimo de la cercanía del invierno, el frío y las menos horas de luz que para muchos es una gran tristeza en comparación con el verano, esta estación es una época fantástica para viajar y conocer escenarios de cuento. Del verde frondoso de la primavera y, en algunas ocasiones, el seco del verano, se pasa a una paleta de colores que va desde el verde hasta el rojo, con una amplia variedad de amarillos, ocres y marrones.

En España hay muchos lugares para disfrutar de estos colores del otoño. A continuación se hace un listado de algunos de los lugares más destacados del norte peninsular.

Bosque de Muniellos, Asturias

Este bosque forma parte de la reserva natural integral conocida por el mismo nombre y se trata del mayor robledal de España, así como uno de los mejor conservados. Este paraje ha sido en numerosas ocasiones inspiración para las leyendas de la mitología astur y, una vez en él, se descubrirá el porqué: sus verdes, sus ocres, amarillos y rojizos crean unos escenarios fabulosos gracias a los robles de más de 6 metros de diámetro y otras especies vegetales como hayas, abedules, tejos o acebos. Cabe recordar que es una zona protegida, por lo que se necesita permiso para visitarlo.

Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, Huesca

Este espacio natural es un auténtico paraíso para disfrutar en cualquier época del año, con sus cascadas, saltos de agua, cañones y ríos que conforman escenarios protagonizados por el bosque y aguas de color turquesa. Es una popular zona para realizar infinidad de rutas de senderismo y en el mes de octubre comienza la mejor época para ello, momento en el que los colores de la gama de los marrones entra en escena y los suelos se cubren de hojas.

Faedo de Ciñera, León

Situado en Ciñera de Gordón, en la Montaña Central Leonesa, es un pequeño oasis tupido que alberga un haya de 500 años. En su territorio se extienden varias rutas de senderismo y no se debe olvidar su árbol más impresionante, el Fagus. Además, quizás nos topemos con la protectora del Faedo, la bruja Haeda.

Fageda d’en Jordà, Cataluña

El hayedo de Jordà es uno de los más destacados de España y, aunque es precioso durante todo el año, en otoño atrae a un gran número de senderistas por su gran belleza estacional. Se levanta sobre terreno volcánico y sus paisajes en esta estación parecen haber sido sacados de El Señor de los Anillos. Además, este parque es único en el país ya que este tipo de vegetación es muy raro encontrarla entre 550 y 650 metros de altitud.

El Valle de Arán en Lleida también es un espectacular escenario catalán donde disfrutar del manto multicolor otoñal. Además, está sembrado de pequeños pueblos de montaña y diferentes ermitas románicas que añaden un toque rústico a la experiencia natural.

Selva de Irati, Navarra

La Selva de Irati es el segundo hayedo-abetal más extenso y mejor conservado del mundo, donde los suelos se cubren de un color rojizo que muchos asemejan a un mar rojo y éste se funde con el verde del musgo y los árboles. Esta selva con dos accesos, desde Ochagavia y desde Orbaitzeta, es un lugar perfecto para disfrutar en familia. En este paraje se encuentran 16 senderos aptos para todas las edades que cobran especial protagonismo en otoño.

En Navarra también destaca la Sierra de Aralar, que comparte territorio con el País Vasco. En este macizo se combina la elegancia de las simas y piedras con los colores verdes y marrones de los hayedos, robledales y avellanales.

Parque Natural de Gorbeia, País Vasco

Este parque es el más grande de la comunidad y está repleto de hayas, además de otras especies como robles, sauces, fresnos o álamos. El País Vasco es uno de los lugares más verdes de la península, de ahí que sea una de las zonas donde mejor contemplar la belleza del otoño. Una excursión por este parque será una opción ideal para practicar a partir de octubre, disfrutando de diversas rutas de montañismo y senderismo, sin olvidar otras actividades gastronómicas y deportivas que se pueden realizar por estos parajes.

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