
Persona mayor mirando documentos.
Este es el plan del Gobierno para penalizar la jubilación anticipada: "No hay trabajadores suficientes"
El gobierno impulsará medidas para fomentar la reincorporación de más jubilados al mundo laboral.
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El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones se prepara para dar un paso más en la reforma del sistema de pensiones en España.
Después de implementar cambios significativos en las modalidades de jubilación parcial, activa y demorada, el foco ahora se desplaza hacia una opción menos conocida pero con gran potencial: la jubilación flexible.
El objetivo es claro: ofrecer nuevas alternativas para que quienes ya han accedido a la jubilación puedan volver al mercado laboral de forma parcial, beneficiándose tanto ellos como el propio sistema.
Una segunda oportunidad laboral
La jubilación flexible, a diferencia de la anticipada o la parcial, permite a los jubilados reincorporarse voluntariamente a la actividad laboral, compatibilizando su pensión con una nómina.
Para que esto sea posible, la jornada debe reducirse entre un 25 % y un 50 %. Es decir, quien ya cobra una pensión contributiva por jubilación puede volver al trabajo con una jornada del 50 % al 75 %, percibiendo al mismo tiempo la parte proporcional de su pensión.
Conviene no confundir esta modalidad con la jubilación anticipada o parcial, que permite adelantar el retiro y ha sido modificada recientemente por el Real Decreto-ley 11/2024.
En el caso de la jubilación parcial, puede estar disponible desde los 60 años, aunque solo bajo determinadas condiciones, como contar con un contrato de relevo y cumplir ciertos requisitos de cotización.
También permite compatibilizar salario y pensión, siempre que el trabajador reduzca su jornada laboral entre un 25 % y un 75 % respecto a la habitual.
La diferencia clave radica en el momento en que se accede a cada opción: la jubilación flexible implica haber dejado completamente el mercado laboral para, más adelante, reincorporarse parcialmente; la jubilación parcial, en cambio, supone una transición progresiva hacia el retiro completo.
Tal como afirmó Borja Suárez, secretario de Estado de Seguridad Social y Pensiones, durante las jornadas organizadas por el Colegio de Economistas de Madrid, la reincorporación de personas ya jubiladas al mercado laboral representa una oportunidad estratégica que no debería desaprovecharse.
Desde su perspectiva, recuperar perfiles con una larga trayectoria profesional puede suponer un impulso significativo tanto para las empresas como para el sistema de pensiones, especialmente en un contexto demográfico cada vez más complejo.
"Todos conocemos casos de gente que se jubila y que a los seis meses dice: es que a mí me gustaría poder mantener algún nivel de actividad. Esto es una oportunidad que tenemos de incorporar a personas que tienen mucha experiencia, mucho conocimiento y que tienen ganas de seguir en activo", afirmó.
Con estas palabras, dejó claro que el Ejecutivo ya trabaja en un Real Decreto que incluirá incentivos específicos para fomentar el acceso a esta modalidad de jubilación flexible, poniendo en valor el potencial de quienes desean seguir contribuyendo de forma activa.
Un impulso necesario
La preocupación por el equilibrio del sistema de pensiones es una constante en el Gobierno. Con una población cada vez más envejecida y una natalidad a la baja, el número de trabajadores en activo resulta insuficiente para sostener la creciente carga del gasto en pensiones.
Por eso, el Gobierno busca fórmulas que permitan mantener activos a los profesionales durante más tiempo y que, a su vez, reduzcan el gasto público.
"No tenemos trabajadores suficientes para seguir creciendo y, más allá de toda la política migratoria, que es un pilar fundamental, tenemos que dar un impulso para hacer atractivo el mantenimiento de la actividad", señaló Suárez.
De esta forma, se refuerza la idea de que la experiencia y el conocimiento de los mayores no solo deben ser valorados, sino aprovechados. A través de incentivos, se espera atraer a esos "centenares" de jubilados que desean reincorporarse al mundo laboral.

Persona mayor trabajando.
La medida no solo representa una oportunidad para quienes se sienten con energía y ganas de seguir contribuyendo, sino también una estrategia para aliviar la presión financiera del sistema.
Más personas trabajando equivale a más cotizaciones a la Seguridad Social, y por tanto, más ingresos públicos. En paralelo, se reduce el desembolso íntegro en pensiones, ya que estas se cobran de forma parcial.
La jubilación se retrasa
En los últimos años, el Gobierno ha penalizado progresivamente la jubilación anticipada, tanto en su modalidad voluntaria como involuntaria. Al mismo tiempo, se han introducido bonificaciones para quienes deciden retrasar su retiro o se acogen a modalidades como la jubilación parcial o flexible.
Esta política ha tenido un efecto visible: la edad media de jubilación en España se sitúa ya en 65,2 años, una cifra que sigue en ascenso.
La ministra Elma Saiz y su equipo continúan avanzando con reformas que, aunque discretas en algunos casos, persiguen un mismo fin: sostener un sistema que cada vez enfrenta más desafíos.
Con una reforma estructural difícil de implementar a corto plazo, estas medidas parciales buscan ganar tiempo, estabilidad y confianza en el sistema público.
Más allá de la necesidad económica y estructural, lo cierto es que el paradigma de la jubilación está cambiando. Ya no se trata únicamente de retirarse y dejar de trabajar, sino de abrir nuevas etapas en las que uno pueda seguir siendo útil, activo y, por qué no, también productivo.
Si el Gobierno logra articular un marco legal atractivo, con incentivos claros y una gestión ágil, esta modalidad podría convertirse en una tendencia creciente.
Por ahora, solo unos pocos cientos de personas la eligen cada año, pero con los cambios que se avecinan, esa cifra podría aumentar significativamente.