Dabid Muñoz.

Dabid Muñoz.

La Jungla / Social 'ZASCÓMETRO'

La aplaudida respuesta del chef Dabiz Muñoz a una tuitera que le criticó por su "pinta guarra"

Desde que se declaró 'sincebollista', a Dabiz Muñoz no dejan de lloverle las críticas, pero él no está dispuesto a tragar con ellas.

11 abril, 2022 17:54

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Ni la subida de precios en su restaurante ni los vídeos ñoños que sube con la Pedroche. La reputación del chef Dabiz Muñoz se acabará yendo al traste por su confesión sincebollista a juzgar por la cantidad de críticas que sigue recibiendo semanas después de sus palabras. Que el cocinero no solo haya dicho que él toma la tortilla sin cebolla, sino que haya defendido que el huevo no acepta la combinación con ningún otro ingrediente de sabor dulce ha desatado un sinfín de zascas.

El mejor chef del mundo habló de ello en Madrid Fusión a finales del pasado mes de marzo, cuando participó en un foro contestando a todo tipo de preguntas del público. Entre las cuestiones más clásicas sobre sus comidas favoritas o sus restaurantes, Muñoz tuvo que mojarse y confesar que era profundamente sincebollista: "La gente me dice que soy bobo y no digo que no pueda ser, pero el problema es que la cebolla pochada aporta un excesivo dulzor".

"Organolépticamente, el dulzor no casa con el huevo. El huevo y la patata no necesitan más que un poco de sal", añadió Dabiz Muñoz sin saber la que se le vendría encima. Además de los zascas inmediatos que han ido inundando las redes sociales, ahora han derivado en auténticas faltas de respeto totalmente censurables. Una de ellas se ha hecho viral en los últimos días por rebatir el argumento del chef intentando minimizar sus conocimientos por "esa pinta guarra que lleva":

La tuitera que escribía, añadía después que "el huevo no va con las patatas, pero las lentejas estofadas al curry con carabineros, hierbabuena y limón casan divinamente o los espaguetis caldosos con almejas, coco y café", en referencia a algunos de los platos del recetario de Muñoz. No obstante, suponemos que no preveía que su crítica iba a llegar a oídos del cocinero, pero ocurrió y a este no le hizo falta emplear palabras para contestarle:

Repetir su misma frase y añadir un emoji ha sido suficiente para garantizarse el aplauso de muchos que, aun siendo concebollista, reconocen que la crítica ha ido demasiado lejos:

Nunca nadie imaginó que las batallas entre concebollistas y sincebollistas iban a llegar tan lejos.