Fátima, nombre falso, este domingo, en el parque de un pueblo de Alicante, mostrando la denuncia contra su tío.
La soledad de 'Fati', la marroquí abusada por su tío a los 12 años y acosada para que no denuncie: "Me han ofrecido 17.000 euros"
"Mi tío me ha amenazado de muerte a través de terceras personas". "Este proceso legal le puede afectar para renovar su permiso de residencia en España", asegura esta joven, cuyo letrado es Eloy Ferrández.
Más información: La UMU acogerá los Premios Envasador que reconocerán a Pepa Muñoz de World Central Kitchen y Aquí la tierra de TVE
El día a día de Fátima -nombre falso- está marcado por el “miedo” a su familia, incluso a su propia madre. “Es un infierno”, resume de forma gráfica.
A esta adolescente nacida en España, mayor de edad, y con raíces marroquíes, su familia la acosa, la han intentado casar, la han enviado a Francia para retenerla allí, incluso han tratado de sobornarla con dinero, para que retire la denuncia que presentó contra su tío por abusar sexualmente de ella cuando tenía 12 años.
"Mi tío me ha amenazado de muerte a través de terceras personas". "Este proceso legal le puede afectar para renovar su permiso de residencia en España".
De hecho, Fátima concede una entrevista a EL ESPAÑOL con la condición de no revelar su nombre, ni su edad exacta, ni siquiera la localidad de Alicante donde tiene lugar el encuentro, al que acude acompañada de su abogado, Eloy Ferrández, y de dos amigas que le están dando apoyo los últimos meses.
“La cuñada de mi tío me ha ofrecido entre 14.000 y 17.000 euros para que retire la denuncia”, tal y como detalla esta joven que se ha marchado de casa de su madre, tras denunciar a su tío y cumplir la mayoría de edad, a pesar de que no tiene trabajo. “Todos los días, mi madre me intentaba manipular”, según prosigue relatando Fátima, nombre falso para esta supuesta víctima de abusos sexuales.
El motivo por el que hace público su caso es doble. En primer lugar, pretende mandar una advertencia a sus familiares de que piensa seguir adelante con el proceso abierto en el Juzgado de Instrucción número 2 de Orihuela. En segundo lugar, reclama que se adopten medidas cautelares contra su tío, su madre y el resto de su familia, como una orden de alejamiento, para que dejen de coaccionarla con llamadas y visitas incómodas.
Eloy Ferrández, abogado víctima abusos sexuales
“La situación de riesgo de mi clienta es evidente porque la acosa parte de la comunidad marroquí, incluida su familia y su madre”, según advierte su abogado Eloy Ferrández. “Hace falta que se tomen en serio el caso porque ella está siendo avasallada y los hechos son graves. La Fiscalía no solicitó medidas cautelares, pero como acusación particular, como mínimo, vamos a pedir una orden de alejamiento contra su tío y que se estudie la situación de su madre”.
La presión sobre Fátima se redobló desde el 21 de noviembre, cuando ratificó en los juzgados de Orihuela las dos denuncias que había presentado ante la Guardia Civil. La primera de ellas data del 13 de agosto y es el germen del calvario familiar que sufre esta chica, desde que denunció a su tío tras cumplir la mayoría de edad.
Así lo refleja la Policía Judicial: “La declarante refiere que cuando tenía 12 años, se encontraba en el sofá durmiendo, cuando de repente se despertó y sintió que su tío, vistiendo solo unos calzoncillos, la agarró y la trasladó en brazos a una de las habitaciones anexas al salón-comedor”.
“La acostó en la cama y ella pensaba que estaría más cómoda que en el sofá, cuando de repente, comenzó a notar que su tío empezó a realizarle tocamientos por encima de la ropa, en sus genitales y en los pechos. En ese momento, fue consciente de lo que ocurría. Le levantó la túnica y comenzó a tocarle los genitales [...]”.
“Después de estos hechos, la víctima empezó a tener desprecio y odio contra su tío, sin llegar a comentarle nada a sus familiares ni a nadie por miedo e impotencia de no saber la posible reacción de la gente. Tras los hechos ocurridos, a partir de los 13 o 14 años, comenzó a dormir con un cuchillo bajo la almohada, por miedo a que su tío volviera a agredirla sexualmente”.
Los juzgados de Orihuela asumen la investigación judicial de las dos denuncias de esta joven.
Aquel día arrancó una penitencia para Fátima, de seis años de silencio y rabia contenida, en el contexto de una familia marroquí tradicional y conservadora donde el hombre tiene la voz cantante y la mujer es una comparsa. “Sabía que no estaba bien lo que me había hecho, pero no supe cómo gestionarlo”, admite esta joven.
Pero lo cierto es que en ningún caso de abusos sexuales existe una víctima que sea perfecta y tampoco hay obligación de serlo. Ella solo era una niña que había encontrado en su tío la figura paterna de la que carecía, después de la separación de sus padres. “Mi tío, el hermano de mi madre, se vino a vivir con nosotras cuando yo tenía 6 o 7 años”, según apunta esta joven.
- ¿Por qué se instaló su tío en casa de su madre?
- Fátima: Tuvo un problema en Marruecos y se sintió con la obligación de cambiar de país. Mi tío decía que era por el divorcio con su mujer, pero desconozco los motivos reales. Él no era una figura familiar con la que yo guardase mucha relación, solo le conocía de algún viaje a Marruecos.
Mi tío era una persona respetada en la familia porque ayuda económicamente a todos porque tenía una empresa de alquiler de vehículos en Marruecos. Me puse feliz cuando vino a casa de mi madre porque me faltaba una figura paterna.
Fátima expone en su denuncia que el episodio de supuestos abusos sexuales estuvo precedido de comentarios y situaciones que no sabía interpretar, ya que ella solo era una niña que pasaba mucho tiempo a solas con su tío porque su madre trabajaba en un almacén agrícola de un pueblo de Alicante.
La Policía Judicial lo recoge así: “Antes de ocurrir los hechos, su tío no le había agredido de ninguna forma, pero recuerda que le regalaba vestidos y le hacía probárselos, realizando comentarios del tipo: ‘Póntelo para mí’. Este recuerdo se le quedó en su cabeza porque ese comentario no era normal para ella. También aprovechaba cualquier momento para decirle: ‘¿Dónde está tu papá?’ ‘¿Tú crees que tu papá te quiere’ ‘Sabes que tu madre está trabajando, estamos tú y yo solos’.
El letrado Eloy Ferrández, junto a su clienta, repasando su declaración en sede judicial.
- ¿Le contó a su madre que su tío le pedía que se probara los vestidos delante de él?
- Fátima: No veía como algo sospechoso sus miradas y sus comentarios. Yo era una niña.
- ¿Tampoco le dijo nada a su madre cuando se produjo el supuesto episodio de tocamientos?
- Ese día me salí descalza a la calle y estuve en un parque esperando a que mi madre regresara a casa, desde las diez de la mañana hasta las siete de la tarde. Cuando mi madre regresó, le dije: ‘Tu hermano es malo’. Pero ella solo me preguntó si me había pegado o si me había castigado.
Durante un año me callé hasta que se lo conté a mis dos vecinas. Cuando se lo expliqué a mi madre, no le di detalles, pero fui clara para que entendiera lo que me hizo su hermano. Mi madre me dijo que no sabía qué hacer. Lo interpretó como una exageración mía. No denunció a su hermano, ni siquiera la recriminó nada. Mi madre perdió ahí todo mi respeto.
Esas dos vecinas a las que alude Fátima se han convertido en testigos del caso y el próximo mes de febrero prestarán declaración en los juzgados de Orihuela. “Al principio, no denuncié nada porque temía que me separasen de mi madre”, según insiste esta adolescente, durante una entrevista que se detiene varias veces, debido a que se agobia al rememorar aquellos años.
- ¿Qué ocurrió para que denunciase a su tío cuando cumplió 18 años?
- Sentí que estaba teniendo relaciones muy tóxicas con la gente porque les echaba la culpa de que no se preocuparan por mí. Tres meses después de poner la denuncia me marché de casa de mi madre. Desde entonces, me ayudan amigas y compañeras de una cafetería donde trabajé.
Fátima busca trabajo en la hostelería, para dejar de vivir de prestado, con el objetivo de disponer de liquidez con la que alquilar una habitación en un piso compartido y retomar los estudios, tras matricularse en segundo de Bachiller porque sueña con estudiar la carrera de Psicología o Derecho. Esta joven quiere poner tierra de por medio con sus familiares después de que intentasen casarla, incluso secuestrarla en Toulouse, para intentar persuadirla de que retirase la denuncia contra su tío.
Una vista panorámica de Toulouse.
De esta forma dejó reflejado en su primera denuncia que intentaron asignarle un marido para frenar el proceso penal: “Significar que hace dos años, su tío se marchó de la vivienda porque se casó con una mujer y desde entonces está intentando manipular a su madre para alejarla de ella, intentando casarla con el hermano de su mujer”.
Como no hubo boda, la instrucción judicial prosiguió con la citación de Fátima: el viernes 21 de noviembre. Entonces, algunos familiares llevaron a cabo un supuesto delito de retención ilegal que obligó a esta chica a denunciarles en noviembre, por segunda vez, ante la Guardia Civil: "Manifiesta que desde que interpuso denuncia, el pasado 13 de agosto, por abusos sexuales contra su tío, lleva sufriendo coacciones por parte de su familia, concretamente de su madre y de familiares del denunciado”.
“Le han realizado diferentes llamadas telefónicas, entre ellas, el pasado día 19 de septiembre, para intentar que retire la denuncia contra su tío, a cambio de una cantidad de dinero. Manifiesta que todos sus familiares la coaccionan porque saben que su única familia es su madre, por lo que están amenazándola con que si no retira la denuncia, su madre se va a quitar de en medio [...]”.
“Incluso trataron de que no pudiese estar presente en la vista, relacionada con los abusos sexuales que se celebrará el día 21 de noviembre, comprándole unos billetes para Toulouse, con la intención de que pasara unos días en casa de un familiar y cuando la denunciante se percató de que lo que de verdad quería era que no pudiese volver a España, el día del juicio, ella intentó huir y su familia intentó que no lo hiciera”.
- ¿Cómo lograron que usted se subiera en ese avión a Francia?
- Fátima: El billete me lo compró mi madre. Era un viaje del 9 al 16 de noviembre porque tengo familia en Toulouse. Tres días después de llegar allí, una familiar empezó a decirme que allí podía vivir mejor y empecé a pensar que era sospechoso. Luego, escuché a esa familiar hablando por teléfono con mi tío.
- ¿Qué hizo usted?
- Me marché y me escondí. Esa mujer que es familia mía, comenzó a buscarme por la calle y pude escuchar cómo hablaba por teléfono con alguien y le decía: 'La puta se ha escapado. No sé quién coño le habrá dicho algo'. Pedí ayuda al 112, me rescataron y me pusieron un tren para volver a España, a la estación de Barcelona.
Estación de tren de Francia, conocida en los ochenta como Barcelona-Término.
Desde que logró esquivar la última encerrona familiar de Toulouse, esta adolescente ha roto su relación con su madre. El único apoyo del que dispone es la familia de una amiga, su abogado Eloy Ferrández del despacho Ágora Jurídico y alguna antigua compañera del trabajo que tuvo en una cafetería. Fátima pide ayuda a la Administración, para que le busque una solución habitacional como a las víctimas de violencia de género, para poner kilómetros de por medio con sus familiares.
- ¿Qué le dice su madre?
- Que no me conviene lo que estoy haciendo. Me dice que mis prioridades tienen que ser los estudios. Me fui de su casa porque todos los días me intentaba manipular, echándome en cara que ella estaba enferma por mi culpa.
- ¿Cómo es su día a día tras marcharse de casa?
- A diario, me visitan amistades de mi madre para decirme lo mismo: 'Quita la denuncia'. No veo a mi tío como una persona capaz de admitir su error. Tengo mucho miedo. Me dicen que estoy destrozando a la familia, me meten presión diciéndome que estoy sola y no tengo dinero, pero yo me mantengo firme. No voy a quitar la denuncia.
He tenido la suerte de dar el paso porque tengo gente alrededor que me está ayudando y animo a otras chicas a dar el paso si han sufrido abusos sexuales. Estoy mejor tras denunciarlo que dejándolo dentro de mí, para que me consuma.