Coque Malla: Yo ya no tengo 18 años, pero aún puedo desnudarte el alma

Coque Malla: "Yo ya no tengo 18 años, pero aún puedo desnudarte el alma"

Reportajes

Coque Malla: "Me ocurre con los psicólogos como con el misticismo: empiezo a no creer mucho"

EL ESPAÑOL habla con el artista por el lanzamiento de su nuevo trabajo, 'Aunque estemos muertos', tras recibir el premio Ondas a su carrera.

25 noviembre, 2023 02:59

Fue la fuerza y el descaro de la juventud exultante: un tipo que encendía al público y lo dirigía como el Mercury más inspirado; un rockero irredento, un cuerpo en ebullición ante los focos. Tenía Coque Malla 15 años cuando fundó Los Ronaldos, ese grupo provocador, pícaro, tan nuevo, y con ellos probó las mieles del éxito prontísimo, al inicio de su carrera. Pero este espeleólogo de la canción no quiso quedarse ahí: la mente le pedía componer otras letras, canciones más complejas que no cabían en aquella formación. Le dejó de pedir más dinero a papá para hacer por las noches lo de siempre y se convirtió en un astronauta despojado de su nave, en permanente búsqueda.

Y, desde ahí, no paró de innovar. Luchó durante varios discos por afianzar su voz en solitario, por distinguirse de aquel Coque efervescente y saltarín de cuando el grupo y, verso a verso, bar por bar en los comienzos, lo consiguió. Llegó a vender su casa para pagarse un disco, tal era su fe. Con El último hombre en la Tierra la profesión, la crítica y el público se rindieron al unísono. Por eso ahora reclama su pericia: "Yo ya no tengo 18 años, pero puedo desnudarte el alma, ya ves", canta en Aunque estemos muertos (Warner, 2023). La muerte la piensa Malla a menudo: "Cuando Bowie murió me afectó muchísimo. Y luego la paternidad también es clave, lo ves todo de otra manera".

Como no cree "en el más allá" como asidero, se centra en sí mismo para afrontar este abismo que es vivir. El perfeccionismo le persigue y libra con él duras batallas, porque reconoce haber tenido y seguir teniendo "esa ambición y el ego de artista chalado, como estamos todos los artistas". Acaba de recoger un premio Ondas a su carrera, está agotado con la promoción y lo que más desea es volver a trepar a un escenario, el hábitat natural del chico tímido (sí, se reconoce tímido) que una vez cantó que no había manera, aunque en el fondo siempre la hubo, maneras y caminos para no desistir.

El cantante Coque Malla actúa durante el penúltimo concierto de su gira en el Wizink Center, a 27 de diciembre de 2022, en Madrid (España).

El cantante Coque Malla actúa durante el penúltimo concierto de su gira en el Wizink Center, a 27 de diciembre de 2022, en Madrid (España). Ricardo Rubio Europa Press

PREGUNTA.– Premio Ondas y nuevo disco. ¿Cómo se siente?

RRESPUESTA.– Muy contento, muy contento. Poco sueño, mucho trabajo, pero muy contento. Y con ganas de empezar la gira. Todo esta locura la hago para subirme al final al escenario. Y estoy deseando que llegue el momento.

P.– Dijo el año pasado que se tomaba un parón, pero no va a ser muy largo.

R.– Ha sido un parón de todo un año sin tocar, no sé si había estado nunca un año entero. Pero para arrancar con gira el año que viene había que hacer el disco y sacarlo. La sensación desde fuera quizá es como si no hubiera parado, pero voy a estar año y pico sin tocar. Que para mí es mucho tiempo.

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P.– Todo el disco mezcla la muerte con la vida, de manera que parece que ambas realidades se lleven bien por fin. ¿Le ha dado más sentido a su vida la certeza de la muerte?

R.– Lo que la vuelve es más intensa, yo creo. Tomar consciencia de la muerte la hace no sé si mejor, pero sí más intensa.

P.– ¿Y desde cuándo la piensa con más regularidad?

R.– Creo que es una secuencia de circunstancias. La pandemia nos pegó fuerte a todos y nos hizo sentir algo que seguramente muchos no habíamos sentido, un sentimiento de fragilidad nuevo. Y hoy justo me he planteado también que en los últimos años han muerto muchos de mis héroes, de nuestros héroes: David Bowie, Prince… Además a edades un poco anticipadas, sobre todo Prince. Tus héroes son un poco padres, un poco maestros, y de algún modo en tu cabeza los ves inmortales. Y que esos seres mitológicos pierdan su inmortalidad es un golpe fuerte. Lo de Bowie por ejemplo a mí me afectó muchísimo, porque ha influido un montón en mi carrera. Y luego la paternidad también es clave, lo ves todo de otra manera.

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P.– Le hace consciente de su fragilidad.

R.– Totalmente. Y te coloca en otro punto del tablero. Avanzas unas cuantas casillas cuando te haces padre.

P.– Cuando era pequeña para mí la muerte era lo que le pasaba a otros, como si cada uno estuviéramos en un escalón del camino: los mayores eran mayores, los jóvenes éramos jóvenes. Eso es lo que nos tocaba. ¿Recuerda cómo la pensaba usted de joven?

R.– No recuerdo, pero seguro que lo hacía, y seguro que lo hacía como dices… Como algo que les pasa a otros, como algo abstracto. Pero a partir de una edad deja de ser abstracta y se hace real y tangible. Y el disco también habla de la muerte física pero también de la muerte como metáfora de las cosas que se acaban, que desaparecen: de las casas que dejas atrás, de los amigos que dejas de ver…

El cantautor Coque Malla durante una entrevista con Europa Press, en Warner Music, a 11 de enero de 2023, en Madrid.

El cantautor Coque Malla durante una entrevista con Europa Press, en Warner Music, a 11 de enero de 2023, en Madrid. Gabriel Luengas Europa Press

P.– También dice, en este caso en Bailo con los muertos: "Pierdo la alegría de sentirme indestructible". El Coque de Los Ronaldos era un imán para las miradas. ¿Cree que era en parte porque se sentía así, indestructible?

R.– Yo creo que todos, las estrellas de rock, pero también los fontaneros, cuando somos muy jóvenes nos sentimos indestructibles. Esa canción creo que es la que más hereda de la sensación de la pandemia, me he dado cuenta analizándolo luego, cuando digo eso de "desde mi ventana veo como acaba el mundo". Creo que es una canción muy postpandémica.

P.– Dice también en ella "Ya es tarde para el misticismo". ¿Cree que le daría cierta paz abrazar alguna religión?

R.– Me daría paz si creyese, pero como no creo, es imposible. Me encantaría tener fe en el más allá, pero mucha no tengo.

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P.– Hay cosas que no se pueden elegir, ¿no?

R.– No, no. Desde luego.

P.– He leído que compone soltando "lo que le sale, como quien va al psicólogo". Además de la terapia de la canción, ¿ha ido a terapia? ¿Es algo que recomienda?

R.– Sí, sí que lo recomiendo. Pero me está empezando a pasar con los psicólogos como con el misticismo: empiezo a no creer mucho. Creo que es complicado dar con un psicólogo verdaderamente sabio y que dé con la tecla. Pero toda ayuda para quien la necesite y la quiera para sentirse un poco mejor una vez a la semana, bienvenida sea. Pero lo veo complicado, encontrar una terapia que ¡pumba!, dé con la clave. Somos tan complejos, cambiamos tanto, además…

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P.– Puede que sea también una cuestión de compenetración, como en las relaciones personales.

R.– Claro, totalmente.

P.– Usted cambió radicalmente de registro, abandonó ese rock enardecido de Los Ronaldos por una canción intimista, y el camino hasta llegar donde está ha sido largo y no siempre fácil. Pasó de que le escoltaran para entrar a un recinto a recorrer el país en un coche junto a Alex Olmedo con Las Mentiras, de bar en bar. ¿Por qué tomó esa decisión, qué tenía dentro?

R.– La verdad es que en el momento en el que nos separamos Los Ronaldos, el grupo ya no tenía ese éxito. Nosotros vivimos un momento muy fuerte y luego nos quedamos en un punto cómodo, podíamos trabajar, pero no era un éxito apabullante desde hacía bastante tiempo. Lo que pasa es que con la perspectiva del tiempo se unifican todas las épocas de Los Ronaldos, que tampoco fueron tanto tiempo, por otra parte. Estuvimos como 12 años, y luego nos volvimos a juntar. Ahora me parece un suspiro. Y bueno, creo que me hice mayor. Hice un grupo muy joven, y algo instintivo me llevó a ver mundo como cuando te vas de casa de tus padres: es lo que has conocido, pero para vivir la vida necesitas irte de casa de tus padres. Yo había pasado toda mi vida profesional con Los Ronaldos, y necesitaba buscarme.

El cantante Coque Malla recoge un premio durante la gala de entrega de los Premios Ondas 2023, en el Gran Teatre del Liceu, a 22 de noviembre de 2023, en Barcelona, Catalunya.

El cantante Coque Malla recoge un premio durante la gala de entrega de los Premios Ondas 2023, en el Gran Teatre del Liceu, a 22 de noviembre de 2023, en Barcelona, Catalunya. Lorena Sopena Europa Press

P.– Pagó un primer disco en solitario vendiendo su casa… Hay que tener ganas y fe...

R.– Bueno, ganas desde luego las tenía. Fe… También, pero tenía mucho miedo. Y no había más remedio, no era tan heroico porque es lo que había. Se acabó el grupo, no tenía compañía de discos y o vendía la casa y me pagaba el disco o no podía continuar mi vida de músico. ¡Me convertí en un bohemio!

P.– En el sentido estricto del término, de vida poco convencional, sí. Y pese a que se separaron porque necesitaba volar libre, han mantenido la amistad. Los otros tres Ronaldos van a verle a sus conciertos. ¿Cómo se hace eso? Muchos grupos no vuelven a juntarse jamás…

R.– Bueno, pues… Cediendo… Y creo que tuve la suerte de encontrar tres tipos que no tenían ese ego y ambición que podía haber chocado con un tren de mercancías con la mía. Y yo sí la tenía, y la sigo teniendo (ríe), esa ambición y el ego de artista chalado, como estamos todos los artistas. Pero ellos tenían una cosa más tranquila, y la tienen. Y luego que hemos trabajado: cada vez que toco les llamo, y les tengo en cuenta, y cuando aparece algo de trabajo que nos toca a todos -porque el repertorio sigue vivo y sigue generando movimiento- tengo mucho cuidado de tenerlos en cuenta, y ellos a mí. Nos cuidamos como se cuidan las relaciones de amigos, de pareja, con tus padres o con tus hijos.

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P.– ¿Por qué cree que ese ego es inherente al artista? ¿Se necesita para tener seguridad a la hora de enfrentarse al público?

R.– Muy complejo es esto… Hay tratados seguro, tomos y tomos analizando el ego del artista. Yo creo que el artista vive obsesionado y muchas veces esa obsesión es con uno mismo, y eso es lo que le ayuda a escribir, a pintar o a lo que sea. En el fondo creo que escribimos sobre nosotros mismos y conectamos con los demás escribiendo sobre nosotros mismos.

P.– Retomando la amistad. Han dado a conocer recientemente que Dani Martín le ayudó a sacar adelante otro de sus discos en solitario, en este caso, La hora de los gigantes. Qué gesto más generoso.

R.– Fue un gesto de amistad, de grandeza y de generosidad brutal. De esos que ves poco a lo largo de tu vida. Fue muy grande por parte de Dani, sobre todo cómo lo hizo. Se puede hacer de forma fría o con grandeza, amor y respeto. Y así lo hizo él. Y fue un disco clave, todo cambió a partir de ahí.

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P.– Él no quiso figurar, ¿no? De hecho no se ha sabido hasta ahora, o yo al menos no lo sabía.

R.– Sí, lo hizo totalmente en privado, en secreto. Para nada en primera línea.

P.– Y el siguiente disco, Termonuclear, llega después de que conozca a Macarena, su compañera de vida. ¿Cómo le influyó esa experiencia?

R.– En la época de Termonuclear creo que ocurrieron muchas cosas. No sólo conocer a Macarena, que por supuesto también, pero fue un cambio de vida muy profundo y luminoso, de mucho aprendizaje. Descubrí algo nuevo en mi voz, en mi forma de tocar, de subir al escenario… Y luego vino Macarena, descubrimos música juntos y me cambió la vida. Al cambiarte la vida te cambian otras cosas, como tu manera de entender la música.

El cantautor Coque Malla posa a 17 de noviembre de 2023, en Madrid.

El cantautor Coque Malla posa a 17 de noviembre de 2023, en Madrid. Ricardo Rubio Europa Press

P.– Sabina siempre bromea con que desde que encontró a la que hoy es su mujer se le acabó la inspiración porque entró en un estado de "felicidad doméstica". ¡A usted no le pasó eso, entonces!

R.– No, no. A mí no me ha pasado eso. Justo al revés, de hecho. Yo he hecho mis mejores discos cuando más estabilidad emocional y económica he tenido. Y creo que por mucha estabilidad emocional que encuentres conflictos y dramas siempre hay. El alma del ser humano está llena de conflictos, ¡siempre hay material para escribir!

P.– Sí, él se refería más a que el desamor ya no lo podía contar en primera persona…

R.– Sí, pero bueno, yo creo que incluso en las parejas que funcionan hay desamor y hay tensión y hay tragedia. Yo creo que las mejores parejas son en las que hay eso. Cuando una pareja está feliz y perfecta… Cuidado.

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P.– Ella, Macarena, le define como "obsesivo del trabajo" y de cualquier cosa. En qué situación cotidiana se da hasta coraje a sí mismo de lo perfeccionista que es…

R.– En el trabajo seguro. Hay una cosa que me apasiona de este disco y es que he intentado hacer el ejercicio de no ser tan perfeccionista ni controlador. Y eso ha provocado que pasen cosas nuevas. Creo que una parte fundamental de que la gente me diga que el disco suena a mí, pero a la vez distinto, es que yo no controle tanto todo lo que está pasando. Y que muchas cosas hayan surgido de la improvisación y de lo que proponía la banda y José Nortes.

P.– ¿Y perfeccionista en la vida cotidiana también lo es?

R.– Sí. En algunas cosas no, pero generalmente soy obsesivo y perfeccionista, eso se aplica a todo.

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P.– En su canción Bla, bla, bla, que empieza con un rumor de voces fuerte, se queja de que todo lo que escucha es un blablablá. Quiero preguntarle: ¿cómo escucha las voces que protestan contra el acuerdo de Gobierno?

R.– Uf, muy complejo ese asunto. Suena a respuesta evasiva, pero te juro que no lo es. Tengo una desconexión con la realidad política y social brutal. Buscada, además. Desde hace un par de años empecé a desconectar de periódicos, televisión, redes sociales… Todo lo que no fuese para mi trabajo. Cuando hay algo muy gordo, Macarena me va contando. Pero para hablar de un asunto tan jodido como éste hay que tener más datos. Y yo no quiero meter la pata.

P.– Cuando Vox utilizó para uno de sus mitines No puedo vivir sin ti les contestó diciendo que era una canción dedicada a una pareja homosexual de amigos suyos y que celebraba que un partido de ultraderecha apoyara la libertad de elección sexual… ¿Le contestaron?

R.– No, qué va… No me dijeron nada.

P.– Qué le pide Coque Malla a lo que resta de año, una meta chiquitita, que ya nos queda muy poco.

R.– Dormir mucho. Estoy durmiendo muy poco por todo el estrés y trabajo de la promoción, y quiero que pase esta etapa, que arranque la gira, vaya sola y yo vuelva a dormir un poco más. Lo necesito.

Coque Malla durante la presentación, el 24 de febrero, en el Teatro Cervantes, de su nuevo disco, 'Aunque estemos muertos'

Coque Malla durante la presentación, el 24 de febrero, en el Teatro Cervantes, de su nuevo disco, 'Aunque estemos muertos' Teatro Cervantes