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Olatz y las otras Ana Obregón: "Las gestantes en Estados Unidos se consideran feministas"

Cuatro casos de gestación subrogada que mantienen vínculos afectivos con la gestante, quien tiene que acreditar independiencia económica para serlo.

30 marzo, 2023 02:34

La pequeña de Amaia nació en Carolina del Norte (EEUU) en marzo de 2020. "Mi marido y yo elegimos Estados Unidos, pese a que suponía un mayor esfuerzo económico, por varios motivos: porque nos daba más garantías tanto a la gestante, como al bebé y a nosotros. De hecho, la mujer gestante es parte de nuestra familia", cuenta a EL ESPAÑOL.

Ella, como Olatz, madre soltera, han recurrido a la gestación subrogada en este país, tal y como ha hecho Ana Obregón, cuya maternidad ha levantado ampollas también por su edad y ha reabierto el debate sobre el tema. También ha recibido críticas feroces por parte del Gobierno, y en concreto, de la ministra de Igualdad, Irene Montero

A los 33 años, Olatz perdió el útero debido a la aparición de unos miomas. "Fue un ginecólogo jubilado quien me habló de la gestación subrogada. Y empecé a leer por Internet. Lo que leía era un horror y no lo veía claro".

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Pasado el tiempo, y al ver cómo es el procedimiento de la gestación subrogada en Estados Unidos "muy protector con la gestante" habló con una amiga de su madre que vivía en California, para que se informase. Y en España, contactó con la Asociación Nuestros Hijos. "Ahí vi que el proceso tenía todas las garantías, hablé con las familias...". En 2017 dio el paso. Tenía 42 años. Fue elegida por Celeste, la gestante. 

"Era de Dallas, tenía tres hijos, estaba casada, tenía patrimonio, trabajo estable... En Estados Unidos las gestantes deben acreditar que no necesitan el dinero". La inseminación fue mediante un óvulo de donante y espermatozoides también donados. Su pequeña nació en enero de 2019, aunque ella estaba allí desde 20 días antes y había participado en todo el proceso, mediante un diálogo continuo con Celeste durante toda la gestación, tras haberse conocido en persona.

"Fui al parto con ella. Y como a Ana Obregón, me pusieron una pulserita identificativa. También tenía mi propia habitación. En cada estado es diferente, pero en Texas yo no salí del hospital en carrito como Ana. Ni tampoco Celeste. Salimos las dos a la vez por nuestro propio pie".

Amaia y su marido tomaron la decisión tras un largo periplo por clínicas de fertilidad, Como casi todos en este reportaje, también intentaron adoptar: un proyecto inviable por los plazos y los requisitos. "Fue el ginecólogo quien nos quitó la venda de los ojos y nos habló de la gestación subrogada. Yo no sabía ni lo que era", cuenta Amaia.

Amaia y su marido, con su pequeña.

Amaia y su marido, con su pequeña. Cedida

"Lo primero que quiero decir es que hay mucha gente que recurre a la gestación subrogada y son de clase media. Nosotros somos de clase media. Hay gente que para poder hacer esto hasta se hipoteca. Y luego están los famosos, que imagino que tendrán menos problemas para afrontarlo", dispara Amaia. 

Lo segundo, que en Estados Unidos "la gestante es la que elige si quiere gestar al bebé o no, es decir, que te elige o no". De hecho, el matrimonio pasó por tres gestantes antes de ser elegidos. "También se exige que deben tener independencia y solvencia económica, para garantizar que su decisión no está condicionada. De hecho, la gestante de nuestro bebé, que se llama Amber, está mejor económicamente que nosotros".

Obviamente, explica Amaia, "hay una compensación económica, más bien simbólica, porque a ella no le hace falta. Es más, en Estados Unidos la gestante está sometida a controles: si se detecta que solicita alguna ayuda económica, como una beca escolar, ya no puede ser gestante".

¿Qué opina de las críticas del Gobierno?

Yo creo que se deben abrir al diálogo. Y que den voz a las gestantes, porque hablan por ellas. Yo cuando cuento allí que aquí se dice de ellas que la gestación subrogada es violencia contra las mujeres y explotación les parece ciencia ficción. Para ellas lo más feminista que hay y lo que más las empodera es esto: ayudar con su cuerpo a otras familias.  

Las dos mantiene contacto estrecho con sus gestantes. En el caso de Olatz, cuando Celeste tuvo a su cuarto hijo, le prometió que iría y así lo hizo: voló a Texas para conocerlo. Y viceversa. Su familia extensa norteamericana -como la llama con cariño- también la ha visitado en España. "Nos queremos un montón".

A mí también me parecen increíbles los ataques del Gobierno a la gestación subrogada. Me parece un ataque a nosotros, los que nos convertimos en padres, pero a los niños también.

Prosigue Olatz, detallando que el marido de Celeste la apoyó en su decisión de gestar a su hija. "A ellos les parecen increíbles estas críticas", precisa. "Y fíjate, los padres de Celeste y los padres de su marido no lo entendían, pero lo entendieron todo cuando vieron el vínculo que se había creado". 

La mujer es contundente y afirma que la gestación subrogada, legal en Estados Unidos y otros países, "no es comprar un niño. La gestante no recibe apenas nada, no llega ni a un sueldo en 9 meses. El dinero se va en trámites y en gastos médicos", pues en Estados Unidos la asistencia sanitaria no es gratuita.

En México

Raúl Leiva, "de clase media", precisa a este periódico que se convirtió en padre junto a su pareja de Candela, una niña nacida en México, donde la gestación subrogada es legal en determinados estados. "Abordamos la adopción homosexual, pero las listas de espera eran muy largas. Así que optamos por la gestación subrogada de la manera más éticamente posible. Y hay gente que pide hasta créditos, pero se piden porque ser padre es un sueño por construir". 

Laura, la gestante de Candela, "se ofreció por decisión propia. Obviamente, hay una contraprestación económica, pero como la hay en la donación de óvulos o de esperma. Pero, en mucha mayor medida, es altruista". 

Ella, Laura, "es parte de nuestra familia, y la mayoría de los padres con los que hables te dirá lo mismo. Mi hija tiene una foto de ella en su habitación, hacemos videollamadas, celebramos los cumpleaños... hay un vínculo".

Raúl, con su pareja y la pequeña Candela.

Raúl, con su pareja y la pequeña Candela. Cedida

Y Laura "decidió hasta el final. No puede quedarse el bebé, pero si al quinto mes decide abortar, es su cuerpo y no podemos decir que no. Si hubiese aparecido una malformación y ella decide seguir, pues adelante. Por eso nos reímos con ella cuando aquí dicen que las mujeres gestantes no tienen criterio propio".

Raúl sostiene que el argumento de Irene Montero sobre que la gestación subrogada es violencia hacia la mujer "no quita que haya malas praxis, pero no se puede hacer de las anécdotas categoría: los procesos son éticos y transparentes. En Estados Unidos y Canadá está reguladísimo, así que no sé qué tipo de violencia hay ahí". 

En Canadá, altruista

La gestación subrogada en países como Canadá es legal bajo el requisito de que la gestante debe convertirse en tal de manera altruista: no percibe ningún tipo de compensación económica, lo que garantiza que la decisión se realiza de manera voluntaria y no coaccionada por la falta de solvencia económica. 

Fue uno de los argumentos que convenció a Kristina. Es bióloga, como Ana Obregón.  Con 34 años, un cáncer la alejó de poder convertirse en madre."A mí me parece fantástico que las gestantes reciban una compensación, aunque yo elegí Canadá". Luego, el proceso se complicó "porque tú no eres la prioridad. La prioridad es la gestante". Hasta que dio con Mika. O al revés, Mika dio con ella. A EL ESPAÑOL cuenta Kristina al respecto: "Cuando la conocí, me recogió en un descapotable". 

Del descapotable a su casa, porque "me fui a vivir con ella y su familia, con marido y tres hijos, para que yo pudiera ahorrar dinero". Quince días antes de que naciera su hijo, en 2021, volvió a quedarse allí. Y al nacer lo llamó Mike "en homenaje a ella, al regalo que me dio. Es también su madrina".

A la derecha, Mika, la gestante de Mike, junto con Kristina, a la izquierda de la imagen.

A la derecha, Mika, la gestante de Mike, junto con Kristina, a la izquierda de la imagen. Cedida

¿Qué le parecen las críticas a Ana Obregón?

Pues que cuando hay un padre tardío, como Ortega Cano o Sánchez Dragó, hace gracia, y a ella se la machaca. Yo fui madre con 42, y desde luego no tengo la red que tiene Ana Obregón. Esa niña ha nacido con un pan debajo del brazo.

Kristina continúa detallando a este periódico: "Me hace gracia porque las que se han convertido en madres en clínicas de reproducción asistida también la han criticado... ¡pero si tú has pagado a la donante de tu óvulo!".

Como Olatz, entiende que hay dos debates: la edad, y la gestación subrogada en sí, y que no se deben mezclar. "Pero es que lo que ha hecho Ana Obregón es legal. Y Ana, que es bióloga como yo, sabe perfectamente sumar 68 y 15. O 68 y 18. Está claro que lo tendrá todo atado. Además, ¿qué importa la edad o si se queda huérfana? Hay muchas familias así. Lo que importa es el entorno de amor que rodeará al bebé. Así que olé por ella".