Damián y Gema son el español medio.

Damián y Gema son el español medio.

Reportajes

Así son Gema y Damián, los españoles medios: tienen uno o dos hijos y ganan menos de 1.500 €

La renta, el estado civil, la descendencia y hasta la altura dicen mucho de nosotros. EL ESPAÑOL ha realizado una radiografía del hombre y la mujer promedio que revela importante información sobre el desarrollo de España.

22 enero, 2023 01:54

El sueldo que ganamos, los centímetros que nos elevamos del suelo, si estamos casados o no, si tenemos hijos y cuántos… Todos son parámetros que revelan información valiosa de nuestra sociedad. Por eso en EL ESPAÑOL hemos querido preguntarnos si existe algo así como la radiografía del español y la española medios: personas que encarnan un patrón mayoritario que sirva para tomarle el pulso al país. Y los hemos encontrado. Les presentamos a Gema y a Damián. ¿Se sienten identificados con ellos?

Gema: 40 años, maestra de infantil, casada y con una hija

Gema es maestra de infantil, y lo suyo fue pura vocación desde la cuna. Los primeros días de cole suelen ser un drama para infinidad de niños, que llenan la mañana de pataleos, lloros y mocos. Como si fueran al patíbulo en vez de a formarse. Es una reacción normal, pero a ella no le sucedió: "Yo no lloraba porque no quisiera ir, yo lloraba porque era muy pequeña aún y no me llevaban", cuenta con gracia.

Solo tenía dos añitos y, al ver cómo sus padres dejaban a sus hermanos mayores en parvulitos, ella reclamaba lo mismo. Y lo consiguió: "Era un cole de monjas, y a las monjas les pidieron si me podían llevar ya, cuando normalmente se entra con tres. Así que hice dos años de primero de parvulitos. Y así con todo: también jugaba a las maestras e iba feliz todos los días. Vamos, que es vocacional lo mío".

Fotografía personal de Gema.

Fotografía personal de Gema. Cedida

Desde que tiene 20 años trabaja como maestra de infantil y actualmente cobra un sueldo mensual de 1.400 euros. Está muy cerca del salario más frecuente en España, que se sitúa en los 1.500 euros, un sueldo que cobran unos 600.000 españoles, según datos del Instituto Nacional de Estadística. El segundo más frecuente, indica la misma fuente, se sitúa en los 1.160 euros: una cifra que cobran en torno a otros 600.000 trabajadores.

El ejercicio de su profesión le hace sentirse a Gema "totalmente realizada" y recuerda momentos preciosos, como cuando tuvo por primera vez en una de sus tutorías a un niño con altas capacidades: "Hace ya doce años de esto, y esta condición no estaba tan explicada como está ahora, pero yo sabía que lo fundamental con estos niños es encontrar el modo de motivarlos. Por eso le pregunté qué es lo que le gustaría hacer en el cole, y él se preparó una charla para explicarles a todos sus compañeros cómo se hacían los chicles. Vino disfrazado de científico porque él quiso y se lo preparó como un cuento: estaba feliz por haber aprendido algo en lo que él tenía interés, además de las sumas y restas y el proceso lectoescritor que corresponden a esa edad en primaria. La cara de felicidad que tenía es algo que yo tengo marcado como un momento pleno de mi profesión".

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Gema está casada y es madre de una niña de seis años. En eso cumple también con los cánones de la española media: los casados son mayoría en absolutamente todas las franjas de la pirámide poblacional en las que uno puede estarlo, según el Instituto Nacional de Estadística. Y la última Encuesta Continua de Hogares publicada arroja como estadística global que el tipo de hogar más frecuente es el formado por parejas, con un 54% del total. Por el momento, y aunque la soltería avanza a paso firme, como veremos más adelante, la forma más extendida de afrontar la vida es entre dos.

Gema no se lo pensó mucho. Conoció al que hoy es su marido en un pequeño pueblo de Segovia, habitado en invierno por tres únicas almas. "Yo ni siquiera iba todos los veranos allí, prefería ir al pueblo de mi madre en Extremadura, a ese no quería ir ni quería hacer amigos, y al final mira", cuenta entre carcajadas. El destino a veces va a tiro fijo, independientemente de lo que nosotros hagamos. Jairo, el que hoy es su marido y el padre de su única hija, se le acercó en un baile y Gema apreció su conversación, lo que demuestra que las verbenas de verano siguen siendo, también, otro rasgo igualitario patrio: allí muchos españoles han encontrado el amor.

¿Y los hijos? Ellos son otro dato revelador: el número de hijos por mujer, según datos del Instituto Nacional de Estadística, es de 1,19. Como el rey Salomón no anda haciendo de las suyas por España, cada mujer no se queda con una partecita de hijo, sino lo más habitual es que, como Gema, tengan un solo retoño y, como patrón menos repetido, algunas se aventuren a tener dos.

Imagen personal de Gema.

Imagen personal de Gema. Cedida

"Nosotros estamos en un proceso de adopción, no porque no podamos tener más hijos de forma biológica sino porque es algo que teníamos claro como pareja desde siempre. Lo que pasa es que el proceso es largo, duro, y económicamente no es fácil; ahí estamos, no sabemos lo que pasará. Si no lo conseguimos, igual estamos contentísimos con tener a Inés", termina diciendo Gema. Por cierto, su altura roza también la media: 1,60 mide, dos centímetros por debajo de la medida más estándar en la mujer española.

En el resto de parámetros físicos, encaja también: según un estudio sobre el color del iris realizado por la editorial estadounidense Sage Journals, el color más habitual entre la población española es el avellana (con un 55%), seguido del marrón (29%) y del azul (un 16 % de los españoles tienen los ojos garzos). Gema los tiene marrones, y además es morena de cabello, el color más mayoritario según otro estudio, en este caso llevado a cabo por la firma L’Oreal, que concluye que un 78% de las españolas son morenas, el 13% rubias, el 7% castañas y solo un 1% pelirrojas. 

Damián: 37 años, repartidor, casado y con dos niños

Comenzando por la anécdota, Damián también se aproxima con tino de campeón de petanca a la altura más frecuente en España: mide 1,77, un centímetro más que la media masculina española. Y pesa 4 kilos por debajo de la media de los varones, que se sitúa en los 80. Es moreno, y de ojos marrones. Como la inmensa mayoría.Y el resto del retrato robot también lo cumple.

Imagen personal de Damián.

Imagen personal de Damián. Cedida

Tiene 37 años y desde hace siete trabaja de forma indefinida como repartidor y comercial para una empresa jienense, pues esa es su tierra. Además, en sus ratos libres, cultiva su pasión: entrena a un equipo senior en Torredonjimeno (Jaén), un pueblo situado a diez kilómetros de la capital olivarera. Por su ocupación principal cobra una nómina de 1.200 euros (recordemos: el segundo sueldo más frecuente en España es de 1.160) y como entrenador percibe una pequeña ayuda de 150 euros mensuales. Es decir, está entre esa horquilla de 1.160 y 1.500. 

"Uno de los momentos más felices que recuerdo como entrenador es cuando jugamos contra el Jaén Paraíso Interior Fútbol Sala, que está en primera división. Todos los días no juegas contra un equipo en primera. Perdimos 7 a 2, pero a pesar de eso estuvo muy bien. Mi hijo también estuvo allí echándose fotos con los jugadores, y eso es lo que me llevé, el resultado es lo de menos", rememora con orgullo.

Damián está casado con otra Gema. En su caso es Gema María, aunque a todos sus conocidos se les cae el segundo nombre de la boca. Ella es auxiliar de farmacia desde los 20 años. "La conozco desde chiquitillos. Los dos éramos del mismo barrio y ella en el instituto iba detrás de mí, pero teníamos 13 años y yo estaba más pendiente de la pelota que de cualquier otra cosa", cuenta entre risas.

Sin embargo, los papeles se invirtieron y, cuando a los 19 volvieron a coincidir "por los bares donde se salía", fue Damián el que le tiró a Gema el tejado entero para que fuera su novia. "Ya con 30 años nos casamos, hacía 11 años que éramos novios y ya llevábamos mucho tiempo, ya vivíamos en el piso donde vivimos ahora y decidimos dar el paso. Fue una cosa de los dos, de decirnos ‘ya va tocando otra etapa’".

Imagen personal de Damián.

Imagen personal de Damián. Cedida

Y un año más tarde llegó Hugo, el primer hijo de la pareja, que tiene ahora seis años y es sociable al punto de sentarse a tomar una tapa de arroz con una pareja de señores mayores a los que no conoce, departiendo con ellos como uno más, bajo la mirada atenta y desternillada de sus padres: "Y ya cuando nos fuimos del bar se vino con nosotros. Es todo corazón, no se mete en problemas. Es muy curioso también", añade Damián.

Como no querían tenerlo solo, cuatro años después se embarcaron en la segunda maternidad y paternidad, y tuvieron a Blanca: "Conforme estaba la situación te lo piensas un poquito, pero yo estoy fijo y son muy formales a la hora de pagar, cosa que no tenía en otros trabajos. Eso sí, con los dos que tenemos sí que no nos planteamos tener un tercero, por la situación".

La explicación sociológica

Después de conocer cómo es la vida de dos españoles completamente medios, en EL ESPAÑOL contactamos con Luis Miller, un sociólogo del CSIC capaz de interpretar los patrones que más abundan en nuestro país, y sus porqués. Lo primero que le comentamos es que nos llama la atención que siga habiendo una abrumadora mayoría de personas casadas en nuestro país, algo para lo que el experto tiene una explicación demográfica y otra social:

"La generación más abundante en la pirámide poblacional es la de los baby boom (correspondiente a los nacidos entre 1946 y 1964); esta es una generación en la que todo el mundo se casaba. Las generaciones jóvenes, que tenderían a vivir de una forma distinta, tienen cohortes mucho más pequeños".

Por otra parte, explica Miller, el divorcio en España es un fenómeno muy reciente, hijo de la Transición: "Todavía quedan años para que la inmensa mayoría de las personas que observas estén casadas, pero cada día la gente se divorcia más. En 2021 aumentó un 12,5 por ciento respecto al año anterior, es el último dato que tenemos. Al contrario que en otros países europeos en los que llevan divorciándose muchas décadas, en España aún se seguirán divorciando los que no pudieron hacerlo antes".

Luis Miller, sociólogo del CSIC

Luis Miller, sociólogo del CSIC

Sobre la natalidad, esa particular cifra que se sitúo por última vez en 1,19, el experto sociólogo ha investigado profusamente y llegado a una conclusión sorprendente: lo de tener un solo hijo es un fenómeno muy español. "En países como Inglaterra u Holanda, no se tienen hijos o se tiene más de uno. Es decir, hay muchas mujeres que deciden no tener hijos, sobre todo las más educadas, pero también hay muchas que tienen más de un hijo. Lo que más marca esa media que siempre sale en España, que ahora es de 1,19 y llegó en la crisis a 1,15, es que nos hemos especializado en tener solo un hijo".

El caso es que, tal como advierte el sociólogo del CSIC, esto puede traer consecuencias a la postre para todo el país: "Puede ser un poco polémico, pero un estudio de la revista Science, que analizaba las generaciones de política de hijo único en China, apodaba a estos descendientes como pequeños emperadores, pues las investigaciones demostraron que eran más egocéntricos y menos cooperativos". Al menos, en España hay un poco de esperanza: quizá la tasa aumente, cree Miller, "si se consolidan estos datos de mayores contratos indefinidos y la situación económica no es muy mala". Veremos.

En cuanto a los salarios, el sociólogo nos explica dos conceptos: existe el llamado salario más frecuente (que es el que cobran Gema y Damián), y luego está el salario mediano, que es una media aritmética de todos los salarios existentes en el país y "viene muy influido por los valores extremos". En este salario mediano apreciamos la brecha salarial que aún persiste entre ambos sexos: según la última Encuesta de Población Activa, el salario medio de las mujeres en 2021 fue de 1.883,4 euros al mes, mientras que el de los hombres alcanzó los 2.276,9 euros.

Hay una única razón detrás de esta brecha salarial, que está en torno al 30%: "Ya tenemos suficiente experiencia en España para saber que la explica la maternidad, y aquí se cierra el círculo de todo el artículo. Cuando un joven y una joven entran en el mercado de trabajo apenas hay diferencias salariales entre ellos, pero en cuanto llegan los treinta y tantos y los hijos, esta empieza a aumentar y sigue aumentando durante toda la carrera hasta alcanzar el punto máximo en la jubilación, pues los hombres cobran pensiones mucho más altas que las mujeres", afirma Miller.

Esta realidad la explica el hecho de que muchas mujeres dejan el mercado de trabajo cuando son madres, otras entran y salen del mismo, y algunas como Gema, la mujer de Fabián, empiezan a trabajar a tiempo parcial, con lo que su salario se reduce. La otra Gema de este reportaje, la maestra infantil, también sabe bien la penalización que conlleva ser mujer: "Nosotros hemos vivido hace poco el ejemplo con mi marido. Él ha cambiado de trabajo y en su proceso de búsqueda tuvo más de diez ofertas. Sin embargo cuando yo hace años buscaba trabajo, me he quedado por detrás de mucha gente que no tenía a nadie a su cargo".

Por poner una nota de color última, le preguntamos al experto si hay alguna explicación sociológica al tercer parámetro de nuestro rebato robot. Y qué va: en la altura influye principalmente la biología. Aunque es cierto que el desarrollo económico y la alimentación hacen su parte: "En cuanto España se ha convertido en un país rico, ha empezado a haber también personas altas". Y eso es cierto: en las pelis españolas de los 60 las únicas que pasaban del metro sesenta eran las suecas que visitaban nuestras costas.