Chen Shangli en una reunión.

Chen Shangli en una reunión. El Mandarín

Reportajes

El contratista chino Chen Shengli, vinculado a la Comunidad, es dueño de la empresa de Tomás Ayuso

El empresario fue uno de los intermediarios para que Madrid consiguiera material sanitario durante la pandemia. El hermano de la presidenta regional trabaja para él desde 2016.

18 febrero, 2022 17:04
Luis Casal Diego Rodríguez Veiga

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Chen Shengli consigue cosas. En la primavera de 2020, reconoció a EL ESPAÑOL que fue uno de los principales intermediarios entre la Comunidad de Madrid y los empresarios chinos para traer a España material sanitario de los mercados internacionales. Esa misma semana, el Gobierno regional desmintió a este diario su relación con “ese tal Chen”, a quien decían no conocer de nada.

En realidad Chen Shengli no debería ser un desconocido. Además de su faceta como conseguidor, el empresario es también el dueño de Artesolar Iluminación, la empresa para la que trabaja el hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Así lo reconoce el propio Tomás Díaz Ayuso en su Linkedin, donde figura un puesto de Project Development Manager desde 2016. No obstante, la Mesa de la Asamblea de Madrid negó esta relación laboral, según consta en el diario de sesiones de 2020.

No fue el único contrato público que fue a parar a manos de Chen y sus amigos. El 2 de julio de ese año la Comunidad contrató por vía de urgencia a la empresa Arteconfort Hoteles para dotar de mascarillas quirúrgicas al Hospital Universitario La Paz. La adjudicación, de 150.000 euros, acabó en manos de Francisco Javier Zorrilla Lozano, administrador de la empresa y apoderado, precisamente, de Artesolar Iluminación y de Chen Shengli.

El 23 de mayo de ese año Isabel Díaz Ayuso presumía en su cuenta de Twitter de la llegada a la capital del décimoquinto avión fletado directamente desde China con material médico para combatir la primera ola del coronavirus. A bordo de aquel Boeing Jumbo 747 llegaban a Madrid 335.500 unidades de trajes de protección EPI para sanitarios. El empresario dijo ser responsable del trato. Ella lo negó.

Según declaró la propia presidenta, se trataba de mascarillas y EPIs, de respiradores y ventiladores que el gobierno autonómico había comprado a los mercados internacionales (chinos) y de los que, presuntamente, el empresario no se llevó un solo euro de comisión. Además, el Gobierno regional negó a este diario cualquier tipo de relación con él, a pesar de ser jefe del hermano de la presidenta.

Fuentes de la Asamblea de Madrid consultadas por este periódico han relacionado a la empresa Artecristal Baños, también propiedad de Chen Shengli, con otros contratos relativos al Servicio Madrileño de Sanidad (Sermas). No obstante, la Mesa de la Asamblea no ha puesto facilidades para encontrarlos y rechazó una petición de información sobre estos contratos argumentando que ya estaba publicada. En realidad, ninguno de estos contratos aparece en la web de Transparencia de la Comunidad, aunque esto podría deberse al carácter excepcional de la crisis sanitaria provocada por la Covid-19.

2017, el primer contrato

Cuando Isabel Díaz Ayuso se puso al frente de la Comunidad de Madrid, el tal Chen Shengli ya era el dueño de Artesolar Iluminación, una fabricante de tecnología LED. También era el jefe de Tomás Ayuso, el hermano de la presidenta, y uno de los empresarios chinos más importantes de España. Desde que Ayuso, ella, está en el Gobierno, la compañía ha recibido más de 110.000 euros de contratos públicos menores a dedo por diferentes instalaciones eléctricas.

Como ha adelantado este periódico, la relación de la Comunidad de Madrid con Artesolar viene de mucho antes de que Ayuso estuviera al frente del Gobierno regional. En concreto, el primer contrato a la empresa de su hermano apareció el 10 de octubre de 2017, cuando Isabel ocupaba el cargo de viceconsejera de Presidencia, Justicia y Portavocía. En tres años, las adjudicaciones a Artesolar sumaron 42.604 euros. Desde que se volvió presidenta, más de 70.500 euros, todos adjudicados por el Servicio Madrileño de Salud.

En total, la empresa de Chen Shengli ha logrado 18 contratos -10 de ellos desde que Ayuso es presidenta, los otros 8 desde que llegó como viceconsejera- por un importe total de 113.180,66 euros; todos son contratos menores, que se entregan sin ningún tipo de concurso ni publicidad. El último en otorgarse, según el Portal de la Contratación Pública de la Comunidad de Madrid, fue el 5 de marzo de 2020, dos semanas antes de que se decretase el Estado de Alarma. 

Según consta en su página de Linkedin, Tomás Díaz Ayuso trabaja como Project Development Manager de Artesolar Iluminación desde mayo de 2016, un año antes de que su hermana desempeñara el primer cargo institucional de su carrera política. Los contratos a la empresa liderada por Chen, dedicada al “comercio al por mayor de muebles, alfombras y aparatos de iluminación”, fueron sobre todo para instalar pantallas, iluminación y lámparas en hospitales de la Comunidad.

De pastelero a conseguidor

Además de su faceta como intermediario y empresario de éxito, si por algo se conocía a Chen Shengli antes de la llegada de la pandemia era por ser el presidente de los empresarios chinos en España. Nadie lo diría cuando llegó a España, allá por 1990, como un migrante más llegado a Fuengirola (Málaga) y más tarde asentado en Madrid. Por entonces, poco tenía que ver con las mascarillas, los respiradores y la iluminación. Lo suyo era más hacer pasteles.

Abrió un local de repostería cercano a la Plaza de España, el primero de muchos que le seguirían en diferentes sectores, y debió irle bien. Poco a poco fue escalando en el mundo empresarial y ahora es propietario del conglomerado empresarial Europichen, presidente de la Asociación de Empresarios Chinos en España y está vinculado a una decena de empresas en Madrid. Casi todas carecen de actividad aparente, salvo Artesolar Iluminación y Artecristal Baños, un proveedor dedicado principalmente al suministro sanitario.

Pero su relación no es sólo con la capital. El 20 de marzo de 2020, la semana después de que se decretara el Estado de Alarma, el alcalde de Alcalá de Henares, Javier Rodríguez Palacios, le agradeció a él y a su networking empresarial haber conseguido 2.860 unidades de material sanitario para el hospital local. En esa misma época, pero en un plano mayor, Chen pasó de admitir públicamente su labor como intermediario a, en privado y en conversación con EL ESPAÑOL, negar la mayor.

El 22 de marzo de 2020, Isabel Díaz Ayuso anunció que había aprobado una partida presupuestaria de 23,3 millones de euros y que, con ese dinero, había comprado material sanitario a China y que llegaría en dos aviones “en los próximos días”. Sin embargo, los aviones tardaron varias semanas y nunca se supo si eran los prometidos. La compra estuvo envuelta en cierto misterio y Chen, recatado, se desvinculó en conversación con este diario.

Ensaimadas en Plaza de España

Chen nació y creció en la provincia china de Fujian, limítrofe con la de Cantón, donde se encuentra Hong Kong. Ahí, en sus primeros años, su familia contaba con un relativamente buen estatus social. Eran propietarios de una fábrica de construcción de baños y su padre era un político local muy popular y que ocupaba un buen cargo dentro del Partido Comunista de China, según contó él mismo en una entrevista para Actualidad Económica, realizada cuando a Chen no le importaba hablar con la prensa. “Cuando acabe todo esto, hablamos de lo que quieras”, siguen resonando sus palabras en el teléfono.

Bien podría haber seguido la estela familiar, meterse en política como el padre o trabajar en la empresa que regentaba la familia, pero cuando tenía 18 años, en 1990, Chen decidió cambiar por completo y emigrar a buscarse la vida en España. Su primer destino fue Fuengirola y ahí no tiró del dinero de la familia para montarse algo sino que se puso a atender detrás de la barra de una pastelería local.

Chen, segundo por la izquierda, en una recepción con empresarios españoles.

Chen, segundo por la izquierda, en una recepción con empresarios españoles. El Mandarín

Pocos años más tarde, cuando ya había aprendido el oficio, el ahora empresario siguió su plan y se mudó a la capital, Madrid. Ya instalado en la ciudad, empezó a estudiar Administración y Dirección de Empresas y, el 13 de julio de 1998, en pleno verano madrileño, constituyó la que sería su primera empresa: Cocarrois. Como su propio nombre indica, en referencia a la popular empanada mallorquina, la primera empresa en la que se embarcó Chen vendía productos baleares como los cocarrois o ensaimadas.

Hoy en día ya no queda rastro de ese negocio en la calle de los Reyes donde se encontraba la tienda. Muy cercano a Plaza de España, en una calle que destaca por sus negocios regentados por ciudadanos chinos, Chen dirigió el negocio hasta que lo traspasó en 2004 a otro empresario, Chen Zhimin. Mantuvo sus contactos con China, esos que ahora valen oro, y después de traspasar su negocio se trajo a España el de la fábrica de baños de su familia en Fujian.

Ahora Chen maneja su emporio desde su despacho en un polígono industrial de Seseña, en Toledo. Pero no se dedica sólo a su Europichen, sino que sigue colaborando en acercar a empresarios españoles y chinos o, en su defecto, a empresarios de un país con las autoridades del otro. Por eso en 2018 le hicieron presidente de los empresarios chinos en España y por eso le contactaron él desde la Comunidad de Madrid para hacer lo que mejor se le da: conseguir cosas.

En resumen, sus contactos valen mucho. Tanto con los empresarios chinos con los que compadrea como con los hermanos de presidentas a los que emplea. Minucias. “Quién me iba a decir a mí que el primer chino que se instaló en mi pueblo me iba a ayudar a comprar material sanitario en un momento tan brutal de demanda", se preguntaba el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig. Quién le iba a decir a Ayuso que Chen Shengli, el pastelero de Plaza de España, le iba a echar una mano con los contactos internacionales. Y los familiares. Sobre todo, quién le iba a decir Chen Shengli en el embrollo en el que se metería por echar una mano.

Arteconfort aclara

Con fecha 22 de febrero de 2022 Arteconfort ha remitido un comunicado a los medios de comunicación. En él asegura que "decidió adquirir una partida de un millón de mascarillas quirúrgicas fabricadas en China a un precio de 0,36 euros / unidad. Una compra que se entregó en mayo de 2020". 

De dicha partida, prosigue, "en el transcurso del mesd e junio 500.000 unidades fueron vendidas a precio de coste a nuestros principales clientes. La otra mitad fue vendida al sistema sanitario español, y de las muchas peticiones recibidas se vendió al Hospital La Paz al precio de 0,30 euros / unidad, asumiendo Arteconfort unas pérdidas netas del 20% sobre el coste de la adquisición".