DJ Nano, en su casa, con parte de la colección que atesora de objetos de la década de los 80 y 90.

DJ Nano, en su casa, con parte de la colección que atesora de objetos de la década de los 80 y 90. Jose Verdugo

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De visita en la casa museo de DJ Nano, coleccionista de miles de piezas de culto: su cara más desconocida

Considerado uno de los mejores DJ de España, los objetos que atesora descubren su trayectoria y su pasión por las décadas de los 80 y 90.

30 enero, 2022 03:17

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Entrar en su casa es como hacerlo en una máquina del tiempo: todos los objetos y detalles evocan a los años 80 y 90. En esas dos décadas la música electrónica empezó a despegar en España, y fue también cuando el madrileño José Luis Garaña de los CobosDJ Nano, uno de los mejores de España, comenzó su eterno idilio con la cabina de discjockey.

"Siempre fui muy melómano gracias a una tía mía que vivía en casa con nosotros, coleccionaba vinilos, como mi madre. Ella me sacó mi lado musical que supe, años después, que tanto me emocionaba", comenta DJ Nano a EL ESPAÑOL.

"Si no lo he vivido, no lo tengo", reconoce este madrileño del 77, mostrando a EL ESPAÑOL uno de sus objetos más preciados, una obra original de Muelle, el grafitero Juan Carlos Argüello Garzo. "Esto lo dibujó un año antes de fallecer, y no me atrevo ni a enmarcarla".

Las míticas letras de 'Madrid Rock' y el original de 'Muelle', el desaparecido grafitero.

Las míticas letras de 'Madrid Rock' y el original de 'Muelle', el desaparecido grafitero. Jose Verdugo

Justo encima de esa obra está otra de las piezas favoritas del artista, las letras de Madrid Rock. "Son las originales de los grandes almacenes de música que se encontraban en la Gran Vía, y por el que pasé miles de veces. Allí pasé muchas horas, sobre todo en la planta de arriba, donde estaba la música electrónica. Años después pude rescatarlas. Las conseguí de casualidad y con más de un año de negociación", rememora.

DJ Nano admite que más que coleccionar cosas, lo que hace es reunir recuerdos que le hacen evocar lo que vivió con ellos. "Sobre todo me gusta la búsqueda de objetos, el cacharreo, encontrarlo en buenas condiciones o en malas, y restaurarlo".

Tiene recuerdos "de muchos tipos, pero sobre todo a la época de los 80 y 90. Es esa época un niño que veía con mucha ilusión cosas que no podía tener y que me fascinaban como el arte urbano o las motos de los 90 que no pude montar…", afirma.

Todo lo que tengo me lleva a esa época. Cuando me subo a una moto de 1990 me traslado a ese momento cuando tuve una igual en el 96, de tercera mano… Con los años, me pude comprar una en perfecto estado que era uno de mis sueños, como otras que colecciono".

No obstante, aparte de los objetos de los 80 -figuras de las películas de Regreso al futuro, Cazafantasmas, Los Gremlins o videoconsolas clásicas de Nintendo o Sega- el mundo de las zapatillas le cautivó por completo. "Soy un niño de los 80 donde la NBA reinaba en los patios de los colegios y quien conseguía tener unas Jordan era un extraterrestre, por lo menos en mi entorno. Había alguno que las tenía y todos soñábamos con poseerlas porque no era posible, tanto por la parte económica, como porque alguien te las tenía que traer de Estados Unidos. Me encantaban sus diseños y colores", señala el músico.

"Las zapatillas me gustan mucho en sí, pero también las historias de cada una. Es un mundo en el que fui entrando sir darme cuenta y ya llevo 20 años comprándolas. Tengo de todas las marcas, pero quizá me gusta mucho la historia de Nike, por como ha sabido llegar al público: han sido unos visionarios. Las zapatillas se han convertido en esa pequeña tara que tengo, pero no soy un coleccionista que lo compre todo ni tengo Diógenes", dice riendo.

Dj Nano nos muestra su faceta de coleccionista Jose Verdugo

No duda en reconocer que se está comprando de mayor lo que no pudo tener de pequeño. "En 1985 solo conocía a un niño que tenía unas Jordan en mi clase y de mayor me acabé comprando unas de ese año… y muchas más con diferentes colores. Siento amor por sus diseños, su historia y todo lo que conlleva porque lo veo de otra manera, no solo la veo como una zapatilla para salir a la calle, son algo más".

Todos recuerdos han requerido una gran inversión económica."No sé cuánto dinero me he gastado, son cifras altas, no te voy a engañar, pero también es verdad que no compro locuras. Negocio y busco mucho. Casi todas las motos las he comprado en mal estado y las he restaurado para darles vida. No compro a lo loco, posiblemente sea menos dinero del que parece y me gasté menos de lo que ahora cuesta porque he comprado bien", reconoce el madrileño.

Paseando por la colección del músico podemos encontrar una escultura de Moquete, uno de los personajes de Cazafantasmas, una réplica del Halcón Milenario de Star Wars, una figura a tamaño real de un gremlin o cajas con videoconsolas como la Nintendo 8 bits o "una Game Gear sin abrir".

Guardar y exponer tantos objetos requiere mucho espacio, que el DJ ha solucionado: "En mi casa solo tengo expuesta una pequeña parte de lo que tengo porque si no tendría toda la casa llena de zapatillas. Algún día supongo que haré algo con ellas, o un museo o vendérselas a un chino multimillonario que quiera una colección entera. Hay coleccionistas asiáticos que hacen eso, compran colecciones enteras, pero, de momento, no lo tengo pensado, pero no sé lo que haré en el futuro".

Reconoce que "al final tuve que meter casi todo en una nave, sobre todo los coches y las motos, donde hay seguridad y están bien guardadas y bien cuidadas. También tengo más cosas allí porque no puedo tener una casa que parezca un museo o un rastrillo", concluye.

Trayectoria

El año 92 fue clave para el madrileño, un punto de inflexión ya que "fue cuando fui por primera vez a una discoteca de música electrónica. Las canciones que sonaban y las combinaciones de flashes… nunca había vivido un espectáculo así. Antes de eso escuchaba hip hop, rock, pop y a grupos como U2, Dire Straits, Radio Futura, Los Secretos… pero la música electrónica fue muy impactante", señala.

Tras ese primer "encontronazo" con la música de baile, años después DJ Nano comenzó "a cacharrear con los platos" hasta que vio "que lo que me gustaba era compartir mis gustos musicales con la gente".

Tenía claro que la función del discjockey iba a crecer mucho, "más allá de un pinchadiscos, como se llamaba antes", afirma. No obstante, también recibió críticas por su nuevo estilo: "En los 90 me reprocharon que intentara dar un show mucho más allá de un tío poniendo discos, molestaba que interactuara con la gente", asegura.

El DJ madrileño posa para EL ESPAÑOL junto a su colección de zapatillas deportivas.

El DJ madrileño posa para EL ESPAÑOL junto a su colección de zapatillas deportivas.

Pero no todo fueron escenarios con miles de personas. Sus comienzos fueron mucho más modestos, acumulando kilómetros por toda España para llegar a los sitios donde reclamaban su talento para pinchar.

"En los 90, habitualmente estábamos en cabinas oscuras en una esquina de la discoteca donde nadie te hacía caso excepto que para dedicarle una canción a la novia o para que movieran un coche del parking porque estorbaba", recuerda el madrileño.

Los cambios 

El nuevo siglo trajo bastantes cambios al sector de la música electrónica, pasando de las oscuras cabinas de discoteca y recintos llenos de gente con los llamados DJ de estadio. "El primero en hacer eventos de ese estilo fue Tiesto. Montaba espectáculos dignos de grupos de rock de primera línea, que ahora continúan moviendo millones de personas en todo el mundo. Esto ha ido profesionalizándose respecto a los primeros festivales", explica el músico.

Pero llegó la Covid, el confinamiento y el cierre de discotecas y macro eventos de todo tipo, por lo que tocó reinventarse. "La pandemia ha dejado cosas positivas, muy pocas, para este sector, pero ahora estamos haciendo eventos híbridos, tanto en físico como online", asegura el músico.

"La tecnología ha crecido muchísimo en pandemia, con la difusión vía internet tienes la oportunidad de hacer algo como lo que hicimos hace dos nocheviejas, no se podía salir y organizamos un 'Oro Viejo' con un montaje igual que en Ifema donde la gente podía verlo retransmitido desde varias cámaras, elegir la que quería usar, participar… y te podían ver desde Japón, México o Murcia. Eso hace años era impensable, es maravilloso", comenta.

Y es que la evolución de la tecnología ha ayudado mucho a este sector ya que "te permite ser mucho más creativo", admite DJ Nano a este periódico.

"En los 90 tenía que viajar a Londres una vez al mes con una maleta vacía que luego me traía llena de vinilos para conseguir los que nadie tenía en España. Eran de importación y no había esa globalización que hay ahora".

En la actualidad, "la música digital llega de un productor a un artista de forma mucho más rápida. También ha cambiado la forma de trabajar a nivel tecnológico porque antes eran dos o tres platos y una mesa de mezclas, ahora tienes multitud de efectos, cajas de ritmos que puedes vincular a tu sesión para hacerlo más divertido para ti y para el que está bailando", asevera el DJ madrileño.

DJ Nano, ante la mesa de mezclas .

DJ Nano, ante la mesa de mezclas . Jose Verdugo

La noche

Desde muy joven comprendió que para dedicarse a su pasión debía cambiar sus horarios y asumir que la noche iba a ser su hábitat natural. Con los años ha sabido gestionar sus horas de sueño para llegar a ser el mejor.

"Entendí pronto que la noche era mi horario de trabajo. La mayoría de la gente la utiliza para divertirse los fines de semana, en nuestro caso es lo contrario, y mezclar ocio con trabajo no es buena idea", comenta el DJ.

Su método podría sorprender a muchos, pero a él siempre le ha sido muy efectivo. "Hago cosas que a la gente le extraña. Si pincho a las tres o las cuatro de la mañana, duermo hasta las dos en el hotel, me despierto, me doy una ducha, me voy a la discoteca, entro en la cabina cinco minutos antes y cambio el chip para hacer un show súper vivo. Cuando termino, me vuelvo al hotel a dormir".

Indica a EL ESPAÑOL que tiene "la suerte" de poder hacerlo "porque hay muchos compañeros que no pueden, se quedan despiertos hasta la hora de la actuación. Yo llegaría reventado. Tengo el horario de mi hijo y a las diez de la noche se me están cerrando los ojos y a las siete de la mañana estoy despierto", reconoce.

Eso sí, ya no trabaja tanto de noche. "Actualmente las cosas han cambiado y podría decir que en los últimos tiempos estoy casi a la par de acciones diurnas que nocturnas”.

No obstante, hacer eventos para miles de personas no es nada sencillo. Cada vez que organiza un espectáculo de Oro Viejo, cientos de personas colaboran para preparar algo "que no tendría nada que envidiar a una gira de los Rolling Stones", explica el madrileño.

"En 'Oro Viejo' pongo canciones que tienen 30 años, pero son parte de mi carrera y de la historia de la música electrónica. Son temas que me encanta pinchar, me traen muchos recuerdos. Pero también lo hago porque hay gente muy joven que no vivió esa época y me encanta poder mostrarles esa historia de la música, tiene un toque cultural. Pero nunca he puesto canciones que no me apetezca poner", comenta.

Este espectáculo se ha convertido"en un monstruo, en algo gigantesco". Para un evento en Ifema "nos podemos ir a más de 200 personas entre seguridad, camareros, equipos de montaje, producción, dirección… es enorme. En el último que organizamos antes de la pandemia, vendimos 25.000 entradas, todo un hito para los espectáculos de música electrónica nacionales sin ser un festival".

Dj Nano posa con su colección de motos.

Dj Nano posa con su colección de motos. José Verdugo EL ESPAÑOL

Pero Oro Viejo "tiene mucho recorrido y sufrirá un cambio a lo grande, llevándolo a otros terrenos y abriendo más el abanico, cuando el coronavirus nos deje", subraya.

Cada verano, 8 kilos menos

"Mi verano es horriblemente bonito, por el flujo de trabajo y rendimiento físico que requiere. En tres meses hago más 85 actuaciones, incluso tres por día, sin pasar por casa".

Dj Nano incide que con este ritmo "no sólo por lo que quemas físicamente" sino porque los horarios no te permiten comer bien y no duermes correctamente por los cambios de ciudad y país... Intento llegar muy en forma, comenzando a entrenar en Semana Santa. Pero en octubre puedo pesar 8 kilos menos”, comenta el músico.

En esos meses no para de viajar, y después de tantos años en la música, multitud de anécdotas se agolpan en la cabeza del DJ. "El lugar más grande y multitudinario en el que he pinchado ha sido el Festival Ultra de Miami en 2017. Es  el más importante de música electrónica del mundo, y un año tuve la oportunidad de actuar en el escenario principal. Fui el primer español en hacerlo y en los cuatro días que dura pueden pasar más 600.000 personas por allí", recuerda.

Pero no todo son macro eventos, sino que en los comienzos llegó a pinchar en trasteros y fiestas particulares. Al principio" -rememora-  "hacía bolos muy pequeñitos, se puso de moda el mundo DJ y me he recorrí gran cantidad de pueblos por España. Y no solo en las discotecas de allí, sino que había un tío que hacía una fiesta en su trastero y allí iba. Podía hacer 4 o 5 bolos por noche… Castilla La Mancha lo conozco muy bien y tengo recuerdos muy bonitos”.

El DJ madrileño también confiesa a EL ESPAÑOL que no ha dudado en casi jugarse la vida para ponerse frente a una mesa de mezclas. "El lugar más más extraño en el que he pinchado ha sido en una grúa a cien metros de altura. Hace unos años hicimos una promo para el festival Summer Story y me montaron una cabina ahí, aquello se movía…”, recuerda entre risas.

Australia, la espinita

El DJ ha recorrido el mundo con su música, llegando a todos los rincones del planeta excepto a uno, por culpa de la covid: Australia.

"Tenía un bolo en Melbourne incluido en mi gira asiática, pero se cayó cuando comenzó la pandemia y no se pudo hacer. Espero visitar ese país algún día, aunque sea de turismo", admite.

Otra de las cosas que ha podido comprobar con tantos viajes es que no es lo mismo actuar para el público europeo que el asiático o el latinoamericano. "En Filipinas he llegado a actuar en un club donde la gente ni me miraba, pero luego ir a un festival en Manila donde el público estaba pasándoselo muy bien, es más el ambiente que la gente".

En México, explica, "el consumidor de música lo vive especialmente fuerte, tiene un fenómeno fan increíble. La primera vez que fui allí no me conocía nadie y había gente en el aeropuerto con carteles con mi nombre, no me habían escuchado, pero sabían que iba un tal DJ Nano de España. De pronto tienes una fidelidad absoluta de ese público", comenta el madrileño.

Dj Nano, con su moto Suzuki de colección.

Dj Nano, con su moto Suzuki de colección. José Verdugo EL ESPAÑOL

Sorprendentemente, en Japón también viven la música electrónica con pasión. "Con el público nipón ocurre que hay algunos grupos de gente que ya les conocemos porque acuden siempre a vernos. Son personas que viven con mucho entusiasmo la música y los espectáculos".

Y, por supuesto, España. "Aquí nos gusta mucho bailar, somos gente muy alegre, por lo general, y donde más me gusta pinchar”, confiesa.

Autobiografía y musical 

Pero DJ Nano no para. Otro de los proyectos que vio la luz el año pasado fue su libro autobiográfico, 'Al otro lado de la cabina'."Me siento muy orgulloso de como ha quedado. La editorial Planeta quería hacer un libro de mí, y con la ayuda de Miguel Ángel Bargueño, que hizo un trabajo maravilloso, vio la luz". 

El músico asegura que "la editorial y yo nos hemos quedado flipados de lo bien que ha ido, va por la cuarta edición y ha creado curiosidad a gente que no es fan y sí que quería saber más de la música de baile".

En 'Al otro lado de la cabina" cuenta su vida, "pero también tiene una parte narrada por Miguel Ángel en la cual repasa la historia de la música electrónica. Ya estamos embarcados en el siguiente, es un libro, pero no es un libro.. ya lo explicaré, porque me hace mucha ilusión. Lo que no hemos podido hacer es el audiolibro porque lo quería narrar yo, pero por problemas de agenda todavía no he podido", comenta.

El próximo proyecto del DJ es un musical ambientado en 1993 sobre la historia de un joven "que a veces no toma las mejores decisiones". La música es el fondo. ¿El nombre del musical? 'The Rhythm of the Night', que se estranará en el Gran Teatro CaixaBank Príncipe Pío de Madrid. "Este es otro de los proyectos de mi vida".

Asegura DJ Nano que este musical "nace en la cuarentena viendo las noticias, donde dijeron que el único sitio donde la gente podía ver algo de espectáculos a un aforo muy reducido eran los teatros, y se me ocurrió hacer un show en uno", afirma.

"Nunca -subraya- ha habido un musical u obra de teatro que explique la época de los 90, con una historia teatral muy bonita, con un elenco de actores maravilloso, que levantará muchas emociones, y que se ha convertido también en algo muy grande”, añade.

“Tengo mucha suerte de haber escrito esa sinopsis o guión junto a Javier Navares como guionista y director, quen es un gran profesional con una amplia experiencia, como en 'Hoy no me puedo levantar,' de Nacho Cano”, señala el DJ.

"Empezamos las previas el 18 de febrero, todos los viernes, y el estreno oficial será dentro de dos o tres meses. Estoy muy emocionado con este trabajo, es a lo que más horas le estoy dedicando en la actualidad. Es un mundo que me ha cautivado. Pero yo no me animo a actuar", afirma entre risas.

DJ Nano, en el amplio espacio que alberga su colección de objetos de coleccionista.

DJ Nano, en el amplio espacio que alberga su colección de objetos de coleccionista. Jose Verdugo