Maje, su marido y el asesino de su marido, Salvador (en el círculo).

Maje, su marido y el asesino de su marido, Salvador (en el círculo).

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Maje regresa al lugar del crimen: culpa a su amante de asesinar a su marido sin contar con ella

18 octubre, 2018 17:02

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Maje, la viuda negra, y Salvador, su amante, se enfrentan a una larga condena por el asesinato del ingeniero de Novelda Antonio Navarro. Los forenses expertos en psiquiatría que están llevando el caso han concluido que ninguno de ellos sufre alteraciones o problemas psicológicos. Lo que hicieron fue por voluntad propia. Ni por falta de comprensión ni por cualquier otro motivo, según publica Las Provincias. De hecho, él no habría "matado por amor", reconoció María Jesús. Lo habría hecho sin contar con ella. 

Los forenses que han estado valorando el estado mental de ambos en la prisión avisaron a los reclusos de que sus conversaciones con Maje y Salvador serían determinantes para la investigación. Las conclusiones que arroja el informe son las mismas para ambos: no tenían adicción a las drogas o el alcohol, y tampoco desajustes en la personalidad o alteraciones psíquicas. Eso sí, en el caso de ella, sí que estipularon que la joven “no valora las relaciones estrechas y de larga duración”. 

Salvador, en todo este proceso, reconoció que en ningún momento habían gestado el crimen entre ambos y evitó declarar sobre el asesinato. Sus abogados, confesó, le dijeron que lo mejor es que no contara nada. Él cumplió con lo estipulado. En el informe, como decimos, se estipuló que está sano mentalmente. No sufre ninguna alteración. 

Mientras tanto, Maje lleva una vida absolutamente normal en prisión. No necesita ningún tipo de tratamiento y sus padres acuden a verla a la cárcel de Picassent cada dos semanas. También lo hacen dos de sus cuatro hermanos, a los que también permite entrar. No así a los otros dos, que no la han visto. 

Respecto al asesinato, la viuda negra asume su “encubrimiento”, pero dice no tener nada que ver con el asesinato de su amante, Salvador, a su marido, Antonio Navarro. “No fue por amor”, ha dicho en más de una ocasión. Él, al parecer, sabía que estarían juntos como pareja siempre. 

Maje sí que le contó a Salvador que su marido la maltrataba. Sin embargo, los informes policiales y algunas conversaciones de WhatsApp desvelan que las lesiones podría habérselo hecho ella misma. También cree que a Salvador “le ha sobrepasado la situación” y que a ella la tienen sometida a mucha presión. Que hay periodistas que habrían llamado a su familia en Novelda y a su amiga Rocío. 

Durante algún tiempo, en prisión, tuvo una compañera de celda con la que decía “llevarse bien”. Después, al parecer, se habría quedado sola. Sus días los habría pasado haciendo deporte en prisión y preparándose las oposiciones de enfermería a la Comunidad Valenciana. 

Durante la investigación de los forenses, Maje se habría mostrado colaborativa. El informe concluye que tiene buena memoria a corto y largo plazo, pues es capaz de recordar datos autobiográficos. Y, además, que es capaz de relatar su vida. Puso especial énfasis en su adolescencia y en cómo era su familia. Sus padres, bastante religiosos, no le habrían permitido tener relaciones como la de cualquier adolescente. Hasta tendría que haber borrado un corazón de un cuaderno. 

Por su parte, Salvador, que estuvo seis semanas en el programa de prevención de suicidios y realizó labores de ordenanza en la enfermería de la cárcel, dice tener buena relación con sus siete hermanos (aunque sólo lo ha visitado uno) y con su hija de 20 años, que acude a prisión. Está molesto, además, por no poder ver a su amante, Maje.