La jugada que baraja ETA de hacer un simulacro de entrega de armas en los próximos días para entrar en la campaña electoral no debería llevar a engaño a nadie. Tal y como hoy informamos, se trataría de hacer un simple gesto con un puñado de pistolas y poco más para favorecer los intereses de EH Bildu.

Arnaldo Otegi ya avisaba el sábado en Bilbao de que la excarcelación de los presos y el desarme de la banda sólo podrían llegar de la mano de la izquierda abertzale. Está claro que tiene influencia en ETA, pero para su desgracia los presos no dependen de él.

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tienen claro que cualquier entrega de armas que no incluya todo el arsenal y una rendición expresa de la banda carece de crédito. Esa es la vara con la que cualquier Estado democrático mide a los terroristas. Lo otro, lo que pretende ETA, es hacer propaganda electoral en favor de su candidato.