Una mujer observa los escombros tras el paso del seísmo por la región de Marrakech-Safí.

Una mujer observa los escombros tras el paso del seísmo por la región de Marrakech-Safí. Reuters

Oriente Próximo

Más de 50.000 muertos y dos regiones olvidadas: los terremotos que asolaron Marruecos y Turquía

Ambos países finalizan un año en el que se han visto afectados por dos seímos que cubrieron de escombros y desgracia a su población. 

23 diciembre, 2023 02:37

Cada paso es un crujido en silencio. Una farola, apagada, cae desde una de las zonas más elevadas de Imi N’Tala, en las montañas del Alto Atlas de Marruecos. Un niño se cuelga, abraza y juega con el palo de metal, alargado y oxidado. Desafía a la gravedad. Uno de los restos del mortal terremoto que azotó el pasado 8 de septiembre a la región norteña del país alauí se ha convertido en un parque de juegos para los más pequeños. Allí, una parte de la montaña se desprendió encima de la remota aldea.

A varios kilómetros, en Tafeghaghte, el faldón del Atlas, el temblor socavó la vida de alrededor de 150 personas. Ahora todas descansan en un cementerio improvisado y florecido a la entrada de la localidad. En Tinmel, entre las curvas de la cordillera, ya no asoma uno de los patrimonios históricos y religiosos más importantes del país. La mezquita de Tinmel era una de las dos únicas mezquitas marroquíes abiertas a las personas no musulmanas. Ahora, un grupo de jóvenes ordena piedra por piedra lo que queda del templo religioso.

20 segundos de terror que se saldaron con la muerte de alrededor de 3.000 personas. En Marrakech, uno de los estandartes turísticos del país, el terremoto de 6,8 en la escala de Richter cubrió de escombros el casco histórico y el famoso minarete de una de las mezquitas que dan la bienvenida a la Plaza Jemma el Fna, así como casas, locales y otros centros culturales. Aun así, y según un balance gubernamental, del total de aldeas ubicadas en las provincias sureñas de Marrakech, Al Haouz, Chichaoua, Ouarzazate, Taroudant y Azilal registraron el 35% de los daños totales sobre los edificios a causa del temblor.

[Un terremoto de magnitud 6,8 devasta el sur de Marruecos: al menos 2.012 muertos y 2.059 heridos]

Aun así, las consecuencias del terremoto no han frenado al turismo. Al menos no en Marrakech. Allí, la afluencia de turistas se reactivó pocos días después del seísmo y, según los últimos datos de la Oficina de Turismo de Marruecos, el país recibió 960.000 viajeros internacionales en septiembre de 2023, un 8,5% más que en el mismo mes de 2019, y con destino final Marrakech. La suerte no es la misma para los gerentes de los hostales en las puntas más elevadas del Atlas.

"Los pocos turistas que vienen solo se paran a comer o a tomar un té. Nadie se atreve a dormir", cuenta el dueño de unos apartamentos turístico en Tizi n’Test. Dentro del edificio, cuatro enormes grietas cruzan todas las paredes de la entrada principal. Las escaleras para subir a los pisos más elevados están rotas por el derrumbe de piedras. En Marruecos hay un turismo a dos velocidades.

A mediados de noviembre de 2023, dos meses después del seísmo, más de 3.300 familias marroquíes con casas parcialmente dañadas por el terremoto comenzaron a recibir los paquetes de indemnizaciones por valor de 80.000 dirhams, algo más de 7.000 euros.

Un mes antes, los gobiernos de España y Marruecos acordaron movilizar 11,6 millones de euros del Programa de Conversión de Deuda para financiar los proyectos de reconstrucción y rehabilitación en la provincia marroquí de Al Houz, la más afectada. Mientras, los propietarios de las casas que están totalmente colapsadas aún tendrán que esperar. Para estos, el Gobierno de Marruecos calcula una indemnización de 140.000 dirhams, alrededor de 13 mil euros.

Inoperatividad en Turquía

A más de 5.000 kilómetros de distancia en la ciudad de Antakaya, más de medio año después aún lloran y mascan la tragedia. La región de Hatay fue una de las más afectadas por los dos terremotos de la madrugada del 6 de febrero -uno de magnitud 7,8 y otro, de 7,5- que causaron la muerte más de 50.000 personas en el sureste de Turquía y el noroeste de Siria y alrededor de 12.000 heridos.

El terremoto, que dejó a turcos y sirios sin familias, casas y trabajo, parece que sigue suspendido en el tiempo. La destrucción del seísmo fue tan grave que las tareas de retirada de escombros continúan en varios puntos de la región. En total, se estima que 300.000 edificios fueron dañados y siguen a la espera de ser demolidos o reconstruidos. Según el Banco Mundial, los daños materiales directos del terremoto ascienden hasta los 34.000 millones de dólares, sin tener en cuenta los 64.000 millones de dólares que estiman utilizar durante los procesos de reconstrucción.

A pesar de que poco después del seísmo el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, prometió la construcción de viviendas para las personas que se habían quedado sin hogar, a finales de 2023 todavía hay cientos de miles de personas que viven en campos de refugiados. En esta parte del mundo, 75 segundos bastaron para romper todos los cimientos y sentenciar el futuro de víctimas y afectados.

Turquía termina el 2023 congelada por la inoperatividad. En Marruecos, los olvidados del Atlas vuelven a ser eso. Olvidados.