
El Palacio de las Naciones, sede de la Oficina de la ONU en Ginebra. ONU
La ONU está a punto de perder el alquiler de la sede original de la Sociedad de Naciones por los recortes de Trump
El edificio ginebrino acoge la sede del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y cuenta con un contrato de arrendamiento de 44 millones de dólares.
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El edificio que albergó la primera gran organización internacional dedicada a la paz y la cooperación —el Palais Wilson de Ginebra— podría ser abandonado próximamente por Naciones Unidas debido a una grave crisis de financiación, como adelanta la agencia Reuters. El motivo: los recortes impulsados por la administración de Donald Trump. Al menos en parte.
Bautizado en honor al expresidente estadounidense Woodrow Wilson, el lujoso inmueble de 225 habitaciones fue la primera sede de la Sociedad de Naciones —precursora de la ONU— y hoy acoge la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH).
Con los recortes en ayuda exterior promovidos por Trump, que han afectado a múltiples agencias de la ONU, y una deuda estadounidense cercana a los 1.500 millones de dólares en cuotas impagadas, el organismo se ha visto obligado a plantear una reducción presupuestaria de hasta el 20%, según un documento interno.
La oficina de la ONU en Ginebra presentó la semana pasada una propuesta formal para abandonar el Palais Wilson a partir de mediados de 2026, según confirmaron dos fuentes conocedoras del proceso y la propia organización.
La posibilidad de que la ONU se retire de uno de los edificios más emblemáticos de la cooperación internacional refleja hasta qué punto el repliegue de Estados Unidos en materia multilateral ha socavado las bases del sistema de Naciones Unidas.
En total, unas 75 agencias y departamentos enfrentaban hasta el 13 de junio el plazo para presentar propuestas de recorte. La decisión final sobre el presupuesto corresponde a los Estados miembros, muchos de los cuales han respaldado la contención del gasto.
Woodrow Wilson, fallecido en 1924, fue uno de los impulsores de la Sociedad de Naciones tras la Primera Guerra Mundial, aunque Estados Unidos nunca llegó a integrarse oficialmente en la organización.
Según documentación de la ONU, la sede ginebrina —un edificio del siglo XIX— es arrendada por la Oficina del Alto Comisionado a una fundación suiza a través de un contrato de casi 30 años valorado en unos 36 millones de francos suizos (unos 44,25 millones de dólares).
"Como parte de la revisión presupuestaria de UNOG para 2026, y siguiendo las directrices de la sede central para reducir el gasto en arrendamientos, UNOG ha propuesto adelantar el fin del contrato del Palais Wilson", explicó Alessandra Vellucci, directora del Servicio de Información de la ONU en Ginebra.
El contrato vigente preveía inicialmente su vencimiento en 2027.
Por su parte, el portavoz del ACNUDH, Jeremy Laurence, subrayó que "la ONU está estudiando todas las opciones para reducir costes, incluida la posibilidad de trasladar su sede en Ginebra fuera del Palais Wilson, símbolo de los derechos humanos".
Laurence añadió que el impacto de la crisis financiera va mucho más allá de esta propuesta puntual, y que los recortes, no solo de Estados Unidos, ya están afectando gravemente al trabajo del organismo.
La administración Trump ha justificado en reiteradas ocasiones los recortes a la ayuda internacional, argumentando que buscan eliminar el despilfarro de recursos. En febrero, el expresidente aseguró que la ONU tiene "un gran potencial" y añadió: "Seguiremos participando, pero tienen que ponerse en orden".
Estos recortes se enmarcan en una revisión de gran calado —bautizada como UN80— lanzada por Naciones Unidas en marzo con el objetivo de aumentar su eficiencia.
Según han informado responsables del organismo, el contralor de la ONU analizará las propuestas de ajuste y presentará sus recomendaciones al secretario general, António Guterres, a comienzos de julio.