La foto de familia de la cumbre informal de líderes de la UE en Granada

La foto de familia de la cumbre informal de líderes de la UE en Granada Unión Europea

Europa Cumbre de Granada

Los 27 exhiben en Granada sus diferencias sobre la entrada de Ucrania en la Unión Europea

Los países del Este (salvo Hungría) reclaman acelerar el proceso, mientras que Alemania y Francia insisten en cambiar antes el funcionamiento interno y el presupuesto de la UE.

7 octubre, 2023 03:28
Granada

Junto con la disputa migratoria, la posible ampliación de la Unión Europea para acoger a Ucrania y a los Balcanes (que supondría pasar de 27 a 35 miembros) ha monopolizado la discusion de los líderes de los Veintisiete en Granada. Croacia fue el último país admitido al club hace ya diez años, pero el proceso se había congelado entre dudas por la regresión democrática de miembros recientes como Polonia y Hungría. La guerra de agresión de Rusia ha despertado a Bruselas de la "fatiga ampliatoria" y ha convertido la entrada de nuevos miembros en una "necesidad geopolítica para la UE".

Sin embargo, el debate de Granada ha puesto de relieve que los Estados miembros están más divididos de lo que muestran públicamente sobre cómo gestionar el proceso. Mientras que Francia y Alemania sostienen que la UE necesita profundas reformas internas antes de absorber a Ucrania (para facilitar la toma de decisiones o modificar el reparto de los fondos comunitarios), los países del Este creen que esto es solo una excusa para frenar otra vez la ampliación y reclaman pisar el acelerador, según explican fuentes diplomáticas.

El más escéptico sobre la entrada de Ucrania es el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que desde el estallido de la guerra ha sido una especie de 'caballo de Troya' de Rusia en la UE. "Plantea muchas preguntas y muchas dudas. Tenemos que discutirlo con seriedad porque es un país en guerra y nunca hemos hecho una ampliación hacia un país en guerra. No sabemos cuáles son sus fronteras efectivas ni cuanta gente vive allí", ha dicho Orbán en Granada, donde ha provocado un incendio al comparar el Pacto de Migración y Asilo con una violación.

[Sánchez salva la 'Declaración de Granada' pero omite la migración por Polonia y Hungría]

"Necesitamos saber por qué es bueno para la UE integrar a Ucrania y cuáles son las consecuencias: en agricultura, en seguridad, en los fondos de cohesión. Son muchas preguntas estratégicas que hay que discutir primero y solo después tomar una decisión", defiende el primer ministro húngaro.

Por su parte, Pedro Sánchez, que ha ejercido de anfitrión en Granada, ha explicado que Volodímir Zelenski le preguntó sobre si "en España hay apoyo o no hay apoyo a Ucrania". Su respuesta fue que el respaldo es "amplísimamente mayoritario", lo que incluye también la cuestión de la adhesión a la UE.

"Somos un país siempre proclive y abierto a que haya ampliaciones hacia zonas que desde el punto de vista geopolítico y de la estabilidad del proyecto europeo son muy importantes. A partir de ahí, es evidente que van tener que responderse preguntas complejas, difíciles, que van a exigir voluntad política: qué va a pasar con los fondos, cómo se van a decidir cuestiones importanes de política exterior, de política fiscal", admite el presidente del Gobierno en funciones.

De hecho, lo que más preocupa en Bruselas es el coste de la adhesión. Al ser una potencia agrícola con una renta muy inferior a la media comunitaria, Ucrania recibiría la mayor parte de los fondos europeos, en detrimento de España y los países del sur, pero también de Polonia y los socios del Este. En concreto, Kiev tendría derecho a 186.000 millones de euros de ayudas europeas en siete años.

Pedro Sánchez, Charles Michel y Ursula von der Leyen, durante la rueda de prensa final de la cumbre de Granada

Pedro Sánchez, Charles Michel y Ursula von der Leyen, durante la rueda de prensa final de la cumbre de Granada Unión Europea

En paralelo, los actuales Estados miembros perderían un 20% de fondos agrícolas y República Checa, Estonia, Lituania, Eslovenia, Chipre y Malta ya no tendrían acceso a fondos de cohesión, según un documento interno publicado por el Financial Times. "Debemos considerar los aspectos financieros relacionados con la ampliación. Muchos beneficiarios tendrán que convertirse en contribuyentes netos", ha dicho en Granada el canciller Olaf Scholz.

"Es importante discutir no sólo el proceso de ampliación en sí, sino también cómo reformar la UE de manera que pueda acoger a nuevos miembros. Especialmente en la toma de decisiones: en cuestiones relacionadas con la política exterior o fiscal, no podemos seguir confiando en la unanimidad, tenemos que poder tomar decisiones por mayoría cualificada", ha defendido Scholz, que reclama además "soluciones pragmáticas" para reducir el tamaño de la Comisión o de la Eurocámara.

[España y otros socios se inquietan por el impacto de la adhesión de Ucrania en los fondos europeos]

Sin embargo, Polonia y Hungría (pero también otros países del Este) no sólo se oponen a renunciar a su derecho de veto en política exterior o tributaria, sino que quieren recuperarlo en áreas donde ya no existe, como la política migratoria. Para los países del Este, la insistencia de Francia y Alemania en las reformas internas (muy difíciles de acordar y ratificar) es un pretexto para bloquear la entrada nuevos socios.

"Tenemos que demostrar que estamos abiertos y que la UE no es un club cerrado. La UE debe estar preparada. Cuando los países candidatos cumplan los criterios (de adhesión), entonces no podemos decir que nosotros no estamos listos, tenemos que hacer avanzar el proceso", ha señalado la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas.

El plenario de la cumbre informal de líderes europeos este viernes en Granada

El plenario de la cumbre informal de líderes europeos este viernes en Granada Unión Europea

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha recibido críticas de todos los bandos por proponer 2030 como la fecha en que debería producirse la próxima ampliación. "2030 parece muy lejos, creo que tenemos que ir más deprisa", sostiene Kallas. 

En contraste, el primer ministro belga, Alexander de Croo, insiste en que no puede haber atajos (en particular en las reformas democráticas que se exigen a los países candidatos) y expresa sus "dudas" sobre el calendario de 2030. "No estamos listos. No podemos añadir tantos países si no vamos a cambiar de forma fundamental nuestra manera de tomar decisiones", alega De Croo.

"Es bueno tener un horizonte. El objetivo de fijar una fecha es movilizar energías políticas para empezar a moverse. Eso no significa que tenga que cumplirse la fecha precisa. Pero si no tenemos un horizonte, la gente empieza a pensar que tenemos tiempo, y no tenemos tiempo: nos hemos demorado demasiado en el proceso de ampliación. Ahora ha llegado Ucrania como nuevo candidato, está empujando en la cola y la cola se moverá más rápido", sostiene el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.

Alemania y Francia ya han sugerido que la solución para facilitar la entrada de Ucrania podría ser una Europa a múltiples velocidades (concretamente cuatro velocidades). En primer lugar, un círculo reducido de países voluntarios que apuesten por avanzar más rápido, a imagen de la eurozona o el espacio Schengen, alianzas en las que no participan todos los Estados miembros.

El presidente francés, Emmanuel Macron, durante la cumbre informal de Granada

El presidente francés, Emmanuel Macron, durante la cumbre informal de Granada Unión Europea

La segunda velocidad sería la Unión Europea con sus socios actuales y los nuevos que cumplan todas las condiciones y la legislación comunitaria. En la tercera órbita estarían los países asociados como Suiza o quizá en el futuro Reino Unido. Finalmente, el círculo exterior lo cerraría la Comunidad Política Europea, con países a los que no se aplica la ley de la UE ni tienen acceso al mercado interior, pero sí apuestan por una convergencia geopolítica.

¿Cuáles son ahora los próximos pasos? En cuanto a la candidatura de Ucrania, Bruselas publicará el 8 de noviembre su dictamen sobre si Kiev ha completado las reformas previas exigidas en materia de refuerzo del Estado de derecho y lucha contra la corrupción. Si el veredicto es positivo, los líderes europeos podrían aprobar el inicio de las negociaciones de adhesión en la cumbre de diciembre, la última de la presidencia española. En cuanto a las reformas internas de la UE, el objetivo es continuar el debate hasta tener un primer listado en primavera de 2024.