Un militar ucraniano prepara proyectiles en la región de Zaporiyia, Ucrania.

Un militar ucraniano prepara proyectiles en la región de Zaporiyia, Ucrania. Reuters

Europa

Ucrania sigue empujando en Zaporiyia ante una Rusia con problemas de munición y tropas

Las tropas ucranianas siguen avanzando ante la bajada de recursos por parte de las tropas rusas. 

27 agosto, 2023 03:02

Que Robotyne como población no pasa de ser un puñado de casas con su escuela y poco más -eso, antes de la guerra, cuando Rusia no la había convertido en un montón de ruinas- es algo que no se le escapa a nadie. No por ello hay que infravalorar la liberación del villorrio por parte de las tropas ucranianas. En primer lugar, como hemos comentado repetidas veces, Robotyne es el primer emplazamiento que queda tras la "impenetrable" línea defensiva rusa de trincheras, minas y fortificaciones. Superar esa primera línea ya es la señal de que estamos ante un nuevo escenario en la ofensiva.

Aparte, Rusia se ha defendido como gato panza arriba. Con serios problemas de munición y en inferioridad numérica, el ejército invasor ha tenido que recurrir a elementos de hasta tres regimientos distintos de la séptima división de sus fuerzas aerotransportadas (VDV), lo mejor que tienen Putin y Gerasimov desplegado en Ucrania y que estaban centrados hasta el momento en la defensa del saliente de Vremievski, en torno a las poblaciones de Urozhaine y Staromaiorske. 

Aunque en principio la retirada de Robotyne ha sido ordenada y ha permitido a estas unidades refugiarse en la vecina localidad de Novoprokopivka, lo cierto es que al final Rusia ha descuidado una vía de penetración para reforzar otra con un pésimo resultado en ambos frentes: Ucrania tomó Staromaiorske, a los diez días liberó Urozhaine y otros diez días después aproximadamente ha conseguido ondear la bandera azul y amarilla en Robotyne. No solo ha cumplido con su objetivo estratégico (hacer que el ejército ruso mueva sus posiciones y vaya dejando huecos al estirar el frente), sino que además ha ganado territorio, una cuestión que en esta primera fase de la ofensiva no parece tan importante para el alto mando… pero sí lo es en términos de propaganda.

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Objetivo: Novoprokopivka

En un principio, y hasta la llegada de los F16 a principios del año que viene, la idea del general Zaluzhnyi es agitar el árbol para ver lo que va cayendo y de esa manera sentar las condiciones necesarias para un ataque definitivo más adelante. Esto causa una gran desesperación a los analistas estadounidenses, pero Ucrania se ha mantenido firme en sus planes y no los va a cambiar ahora. Sigue avanzando hacia el sudeste con parsimonia y procurando perder el menor número de vidas por el camino. Mientras, castiga las líneas de comunicación rusas en Crimea, Berdiansk, Mariúpol, etc., con la esperanza de que tarde o temprano no lleguen suministros ni remplazos a determinadas partes del frente y las tropas rusas no tengan otra que rendirse.

Todo ello, por supuesto, sin dejar de presionar al ejército enemigo y empujarlo poco a poco hacia el Mar Negro. En la citada región de Zaporiyia, el siguiente objetivo son los altos de Novoprokopivka, donde esperan las tropas rusas. Parece que la táctica consistirá más bien en ir hacia el este, luchar por el control de Verbove e intentar un doble ataque desde distintas posiciones que minimice la importancia de la altitud del terreno, que siempre hace más fácil la defensa de un emplazamiento.

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Rusia no puede permitirse ceder Novoprokopivka bajo ningún concepto. De nuevo, no porque se trate de una importantísima localidad, sino por lo que representa: una nueva derrota detrás de la primera línea defensiva sería de lo más indicativo y dejaría al ejército ucraniano a veintitrés kilómetros de Tokmak siguiendo la carretera T0408, que, obviamente, ni está minada ni presenta fortificación alguna, pues ha sido utilizada todo este tiempo para mandar suministros de todo tipo a los encargados de defender Robotyne.

Si Tokmak cae, el camino hacia Melitopol y, por lo tanto, la añorada costa, se abre. Todo esto, no lo olvidemos, son condicionales que requieren de mucho tiempo. Seguir una guerra día a día cuando estamos acostumbrados a los libros de historia que resumen cinco años en tres páginas es muy complicado y en ocasiones frustrante. Parece que avanzar entre diez y quince kilómetros desde Orikhov sin superioridad aérea y con un temible enemigo enfrente es un fracaso, pero nada más lejos de la verdad.

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Estirando el frente

La duda en este momento es cuántos hombres más necesita Rusia para proteger la T0408 y de dónde va a sacarlos. Igual que Ucrania avanza en Zaporiyia, también lo hace en las inmediaciones de Vuhledar, donde siguen una estrategia muy parecida: avanzar frontalmente hacia el sur, en este caso hacia Zavitne Bazhannya, y a la vez hacia el este (Kermenchyk) para buscar la pinza. Si Rusia aligera ahí sus defensas, es muy probable que Ucrania aproveche para acelerar las operaciones sobre ese punto en concreto, que no solo les permitiría controlar la T0518 en dirección a Mariúpol, sino que es una de las vías de acceso a la capital de Donetsk.

Sabiendo como se sabe que buena parte de los arsenales rusos están en Crimea, extraña que los analistas estadounidenses critiquen los ataques a la península, que buscan, por un lado, dañar las infraestructuras militares (este miércoles, un ataque con drones provocó una enorme explosión en un complejo de defensa antiaérea en la localidad de Olenivka) y, por el otro, ralentizar los transportes con ataques constantes a los puentes de Kerch y de Chongar, que unen Crimea por tierra con Rusia y el sur de Ucrania respectivamente.

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A menor capacidad de movimiento y mayor lentitud del transporte de refuerzos, más fácil es que se abra una brecha en la defensa rusa… y ahí poco importan las trincheras y las fortificaciones, al menos contra los poderosos tanques Bradley estadounidenses (apenas se han visto Abrams hasta ahora). Sí importarían las minas, pero es de entender que los rusos han dejado vías abiertas para sus propias retiradas. El reto para Ucrania ahora es seguir empujando y encontrar esas vías. Si lo consigue, quedará en muy buena posición de cara a una segunda parte de la ofensiva el año que viene.