Tomás Serrano

Europa

Putin no podrá viajar ni sobrevolar 123 países tras la orden de arresto de la Corte Penal Internacional

Los Estados firmantes del Estatuto de Roma están obligados a cooperar en la detención del presidente ruso. 

18 marzo, 2023 03:06

La Corte Penal Internacional (CPI) emitió el viernes una orden de arresto contra el presidente ruso, Vladímir Putin, por presuntamente cometer crímenes de guerra en Ucrania desde el 24 de febrero de 2022. Se le acusa, en concreto, de deportar ilegalmente a niños y de desplazar forzosamente a personas, entre ellas a menores de edad, de las zonas ocupadas ucranianas a territorio ruso.

Los cargos anunciados por este tribunal son las primeras acusaciones internacionales contra el líder del Kremlin desde que comenzó la invasión. Es también la primera vez en la historia que La Haya señala al presidente de un país que forma parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

A pesar de que esta decisión no tiene precedentes, sentar a Putin en el banquillo no será tan sencillo. Si bien es cierto que La Haya no otorga inmunidad a los jefes de Estado o cargos de poder en casos de presuntos crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad o genocidio, Moscú no reconoce la jurisdicción de este tribunal. Además, la Constitución rusa no contempla la extradición de nacionales.

"Rusia no es Estado parte de la CPI y mientras esté en territorio ruso no se le puede detener, así que sólo podría ser arrestado en alguno de los Estados firmantes del Estatuto de Roma", explica Carlos Gil, doctorado en Derecho Internacional Penal a EL ESPAÑOL. Se refiere a alguno de los 123 países signatarios del texto constitutivo de la CPI, entre los que se encuentran la mayoría de los países de la Unión Europea y de África Central, pero no China, Irán, India o Estados Unidos, que no ratificó el Estatuto.

Eso significa que si el líder ruso pisara alguna vez uno de esos territorios, estos se verían obligados a cooperar en el arresto. Ni siquiera haría falta que pusiese los pies en tierra. Los acuerdos internacionales reconocen la soberanía estatal sobre el espacio aéreo, lo que significa que, el aire que sobrevuela un territorio nacional se rige también por sus leyes. En este sentido, confirma Gil, si Putin sobrevolase un país como España o Alemania, este seguiría estando obligado a colaborar en el cumplimiento de la orden de arresto internacional.

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No obstante, llevar a cabo esa operación no sería tan sencillo desde el punto de vista normativo. Según explica Ignacio Perotti, profesor de Derecho Internacional Público de la Universidad Europea de Madrid, la Convención de Chicago de 1944 establece que los Estados ejercen soberanía plena sobre su espacio aéreo y, por tanto, exigen que las aeronaves de Estado, militares o civiles pidan una autorización previa.

"El problema es que esta Convención regula y ampara sólo los vuelos comerciales, no las naves de los Estados", detalla Perotti, que describe tres posibles escenarios en el caso de que Putin -que ha reducido considerablemente sus viajes al extranjero desde el inicio de la guerra- quisiera sobrevolar un territorio sujeto a la CPI.

La primera posibilidad es que un Estado niegue a una aeronave del Estado ruso con el presidente a bordo a pasar sobre su territorio. La segunda, que Putin viaje en un avión comercial sobre un país parte de la Convención de Chicago, lo que no permitiría al Estado negarse al sobrevuelo pacífico. La última carta que podría utilizar Putin sería la de sobrevolar sin avisar y, por tanto, sin autorización. 

"En este último caso, sin embargo, veo muy poco probable que un Estado —teniendo en cuenta las dinámicas de las relaciones internacionales actuales y la situación tan compleja de la guerra en Ucrania— obligue a la aeronave que lo traslade, ya sea comercial o del Estado ruso, a aterrizar para cumplir con la orden de arresto", matiza el académico.

A esta complicación se le suma la implicación de los países a cooperar. En este sentido, Gil recuerda el caso de Omar Hassan Ahmad Al Bashir, ex presidente de Sudán, sobre el que pesa una orden de arresto que, sin embargo, no le ha impedido viajar durante años por varios países africanos que reconocen la CPI. Y no se trata de una excepción: hoy por hoy, el tribunal tiene pendiente la detención de 15 personas que entre todas ellas suman más de 200 cargos

Los crímenes de guerra de Putin

Las acusaciones de crímenes de guerra acompañan al presidente ruso desde su ascenso al Kremlin en el año 2000, coincidiendo con la Segunda Guerra de Chechenia. Después vendría la intervención militar en Siria (2015) y la conocida como "operación militar especial" en Ucrania, también salpicadas de numerosas denuncias.

  • Chechenia. En abril de 2000, un mes después de que Putin fuera elegido presidente ruso, la Federación Internacional de Ligas de Derechos Humanos (FIDH) y la organización rusa Memorial publicaron un informe sobre los abusos cometidos en la república norcaucásica de Chechenia. Además, recomendaron al Consejo de Seguridad de la ONU crear un Tribunal Penal Internacional "ad hoc" para Chechenia, donde Putin lanzó una brutal operación terrorista en 1999 para descabezar a la guerrilla islamista.
  • Siria. Los Gobiernos de Siria y Rusia han sido acusados de cometer crímenes de guerra al bombardear salvajemente en septiembre y octubre de 2016 la ciudad de Alepo, donde se atrincheraban tanto las fuerzas opositoras al régimen de Bachar al Asad como grupos terroristas, según Moscú y Damasco. 
  • Ucrania. Tras la retirada de las tropas rusas del norte de Kiev a principios de abril de 2022, las autoridades locales hallaron en las calles de la localidad de Bucha numerosos cadáveres de personas ejecutadas por soldados rusos. Días después, Kiev denunció el hallazgo de fosas comunes en la región oriental de Járkov y el Donbás. Al respecto, Putin aseguró que era una "falsificación" similar a las escenificadas por Occidente en otros rincones del mundo.