A la izquierda, mercenarios del Grupo Wagner en Azom. Y a la derecha, Zelenski condecorando a sus soldados.

A la izquierda, mercenarios del Grupo Wagner en Azom. Y a la derecha, Zelenski condecorando a sus soldados. E. E.

Europa

Rusia rompe la línea defensiva de la acería Azom en la que Zelenski impuso medallas

El empeño de Wagner en el símbolo, el mensaje, la propaganda… no puede ocultar su incapacidad para tomar una ciudad de 73.000 habitantes.

15 marzo, 2023 02:43

Tropas del Grupo Wagner entraron este martes en el complejo industrial Azom, más en concreto en la planta de Vostokmash, en el norte de Bakhmut. La importancia de la acción en sí está por determinar, pero el simbolismo de su publicación en redes sí está claro: los hombres de Prigozhin se fotografiaron en las mismas estancias donde Volodimir Zelenski departió con varios de sus oficiales y entregó medallas a los defensores de la ciudad en la visita sorpresa que efectuó a la zona el pasado 20 de diciembre.

Este hecho, celebrado por la propaganda rusa como una especie de burla hacia el presidente ucraniano, tiene varias lecturas: por un lado, el mensaje es obvio, una especie de "ya estamos aquí, ¿qué fue de tus soldados?". Por otro lado, no hay que obviar que Zelenski estuvo ahí hace tres meses y ya por entonces se hablaba de la "inminente" caída de Bakhmut. En otras palabras, Rusia, abanderada en este caso por el Grupo Wagner, ha tardado ni más ni menos que tres meses, a un ritmo de miles de muertos por mes, en cumplir con solo una parte de su objetivo.

Más allá del mencionado simbolismo, está por determinar la relevancia de la ocupación del complejo industrial. Sinceramente, las informaciones que llegan desde Bakhmut son tan confusas que es difícil separar el trigo de la paja. Ambos bandos han dado ya tantas versiones sobre sus acciones que no sabemos bien si el objetivo es tomar la ciudad desde el este del río Bakhmutka o si se pretende crear una pinza entre Khromove e Ivanivske para cortar la T0504, aislar Bakhmut de Chasiv Yar y rodear a los diez mil soldados ucranianos que se supone que defienden aún la ciudad. Tampoco sabemos si esa decisión la va a tomar en exclusiva Prigozhin o si forma parte de algún plan superior ideado por Gerasimov, Shoigú o el propio Putin.

Del lado ucraniano, tres cuartos de lo mismo. Zelenski insiste en la importancia de mantener a raya a los rusos e incide en el esfuerzo extra que se está haciendo en tropas y armas, pero tampoco falta quien apunta a una maniobra de distracción y quien cree que en realidad los mejores hombres ya han abandonado la ciudad y solo quedan los movilizados a última hora. Del mismo modo, hay quien está convencido de que perder Bakhmut supondría un camino libre hacia Sloviansk y Kramatorsk y quien opina que lo mejor es salir de ahí cuanto antes y defender desde otras posiciones.

¿"Hundimiento" o retirada táctica?

Las certezas son escasas. Este martes, el Washington Post publicaba un artículo en el que se insistía en la falta de hombres y de munición en el ejército ucraniano para hacer frente a lo que les está viniendo encima en el Donbás. El lunes, eran varios los medios que publicaban lo contrario: que, a base de francotiradores y unidades especiales, estaban causando un apreciable número de bajas entre las tropas rusas. La incertidumbre es constante y no queda más remedio que apelar a la confianza en el alto mando que ideó la recuperación de Járkov y Jersón cuando ambas regiones parecían perdidas.

Soldados ucranianos en Bakhmut.

Soldados ucranianos en Bakhmut. Reuters

El periodista alemán del semanario BILD, Julian Röpcke, interpretaba la toma de Vostokmash como el hundimiento de la defensa del lado occidental del Bakhmutka. "A partir de ahora, Wagner irá avanzando calle a calle hasta hacerse con el control de todo ese lado del río". Röpcke tiende a la exageración y puede que estemos ante un buen ejemplo. Si Ucrania realmente está comprometida con la defensa de la ciudad, ese avance "calle a calle" puede ser una pesadilla. De hecho, otros informadores sobre el terreno hablan de luchas dentro del propio complejo Azom, como sucediera en su día en Azovstal, Mariúpol.

Los más optimistas entre los expertos proucranianos hablan de una posible concentración de tropas en Chasiv Yar, pero tampoco hablamos de una información contrastada, no al menos por fuentes oficiales. Si esas tropas están ahí para lanzarse a la defensa de Ivanivske y Khromove o si están para ir preparando una contraofensiva cuando las agotadas tropas de Wagner tomen definitivamente Bakhmut es algo que tampoco acaba de quedar claro. Ambas posibilidades son compatibles.

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El símbolo frente al señuelo

Tampoco hay que descartar la citada teoría del señuelo. Al fin y al cabo, si Bakhmut se ha convertido en el epicentro de la guerra es porque Prigozhin así lo ha decidido con su empeño en mandar a decenas de miles de presidiarios a la zona para ir erosionando las defensas ucranianas. ¿Por qué ahí y no en Kreminna, Siversk, Vuhledar, Svatove o Makiivka? Porque se suponía que era donde más fácilmente podría conseguir una victoria que le congraciara con las élites del Kremlin. Una victoria que va con ocho meses ya de retraso.

Puede que, después de todo, Zelenski esté jugando a engañar a los rusos y no esté mandando sus tropas de élite a Bakhmut, sino que las esté reservando para otras zonas más importantes. Perder Siversk o perder Vuhledar sería dramático para los ucranianos. Perder Bakhmut puede que no lo sea tanto. Es cierto que de la ciudad parten tres carreteras rumbo a Limán, Kramatorsk y Sloviansk, pero las tres están seriamente dañadas y el transporte de hombres, municiones y suministros no sería sencillo en ningún caso.

Militares ucranianos encima de un vehículo blindado en una carretera en Bakhmut.

Militares ucranianos encima de un vehículo blindado en una carretera en Bakhmut.

Todos esperábamos una segunda ofensiva rusa que nos recordara de algún modo a la primera, pero no ha habido nada parecido. Es cierto que se han incorporado los recién licenciados de la siguiente leva, como no podía ser de otra manera, pero su presencia apenas se está haciendo notar ante el afán de protagonismo de Prigozhin y el Grupo Wagner. El hecho de que solo hablemos de Bakhmut es significativo: no hay avances en el resto del frente. Ucrania tendrá los lógicos problemas de hombres y armas que implica más de un año de guerra y unos 120.000 muertos o heridos en combate… pero resiste y resiste bien.

Mientras todos los esfuerzos rusos se concentren en Bakhmut, no lo harán en otro lado y la segunda ofensiva rusa quedará en nada. Puede que luego, cuando lleguen las armas de la OTAN, haya una contraofensiva o puede que haya, simplemente, una estabilización de terreno. Ahora bien, no es lo mismo que dicha estabilización llegue con Sloviansk y Kramatorsk en manos rusas a que lo haga con la planta de Vostokmash y algún pueblo aledaño. El empeño de Wagner en el símbolo, el mensaje, la propaganda… no puede ocultar su incapacidad para tomar una ciudad de 73.000 habitantes. Mientras esto siga siendo así, no habrá foto que inquiete a Zelenski por mucho que se retuitee de cuenta en cuenta.

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