a corbeta de la marina rusa Steregushchy, el destructor Nastoichivy y la fragata Almirante Gorshkov están anclados en una bahía de la base de la flota rusa en Baltiysk en la región de Kaliningrado, Rusia, el 19 de julio de 2015.

a corbeta de la marina rusa Steregushchy, el destructor Nastoichivy y la fragata Almirante Gorshkov están anclados en una bahía de la base de la flota rusa en Baltiysk en la región de Kaliningrado, Rusia, el 19 de julio de 2015. Reuters

Europa

Armas nucleares en el Báltico y láseres militares en Filipinas: Rusia y China impulsan otra Guerra Fría

La acusaciones de espionaje, las sanciones y las amenazas nucleares entre Rusia, China y EEUU hacen temer un mayor aumento de las tensiones entre potencias. 

15 febrero, 2023 02:43

Puede que los estadounidenses no tengan que preocuparse por los extraterrestres –tal y como les emplazó a hacer el lunes el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, después de que el ejército derribase tres objetos volantes no identificados–, pero sí por una escalada de tensión entre Estados Unidos y China que ya se antoja imparable.

Este mismo martes, Kirby explicó que nada indica -"por ahora"- que los artefactos tengan relación con el gigante asiático. En realidad, la tesis que gana fuerza es la que apunta a que se trata de "entes usados con fines comerciales o de investigación, totalmente inofensivos". Sin embargo, que no sean ni extraterrestres ni chinos casi parece carecer de importancia. 

Las acusaciones de espionaje que Washington ha lanzado sobre Pekín tras la penetración de un globo en el espacio aéreo estadounidense la semana pasada han desatado la furia del Gobierno chino, que ha calificado a su rival de ser "el mayor imperio de espionaje, delincuencia habitual y vigilancia mundial".

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Este intercambio de acusaciones de espionaje, al que se le suman las sanciones impuestas por uno y por otro, y la espiral de amenazas que domina las relaciones bilaterales contrastan con la imagen de distensión que proyectaron ambos líderes, Xi Jinping y Joe Biden, en la cumbre del G20 en Bali. Pero no es sólo eso: también hacen temer el estallido de una nueva Guerra Fría entre dos potencias que compiten por la hegemonía global. Y, de nuevo, sus efectos hacen temblar todo el tablero internacional.

A inicios de semana, en plena "crisis del globo espía", Filipinas acusó a China de apuntar con un láser "probablemente de uso militar" a uno de sus buques y cegar durante "unos diez segundos" a la tripulación, que tuvo que interrumpir la misión de abastecimiento de tropas que estaba realizando en su zona exclusiva económica del mar de China Meridional.

"Es la primera vez que barcos chinos usan este método de acoso" contra el ejército filipino, indicó el portavoz de los guardacostas, Armand Balilo, a la agencia de noticias Efe. En concreto, el incidente tuvo lugar cerca de Second Thomas Shoal, un arrecife sumergido en las islas Spratly, reclamadas como propias tanto por Manila como Pekín. 

Además, se produjo el 6 de febrero, apenas unos días después de que EEUU firmase con Filipinas una ampliación de su pacto de defensa que permite a las tropas estadounidenses acceder a cuatro bases militares más en áreas estratégicas del país del Sudeste Asiático. 

Como no podía ser de otra manera, el Gobierno de Xi ve con inquietud este movimiento, que tiene como objetivo contrarrestar la creciente influencia militar china en la región, sobre todo tras la crisis de Taiwán desatada en agosto. "Las acciones de EEUU aumentan la tensión regional y socavan la paz y la estabilidad", denunció la Embajada de China en Filipinas tras la firma del acuerdo. 

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Rusia, el tercer actor (nuclear) 

En este pulso entre potencias entra irremediablemente en juego Rusia, que comparte con China una "amistad sin límites" y la narrativa que describe un orden mundial dominado por EEUU. Asimismo, su invasión a Ucrania también ha agitado el fantasma de una nueva Guerra Fría. 

Ya no sólo porque el presidente ruso, Vladímir Putin, ha acusado a Occidente de iniciar un conflicto de estas características con las sanciones impuestas contra su economía, sino porque ha resucitado la amenaza nuclear una y otra vez¿Su última provocación? El despliegue de buques tácticos equipados con armas atómicas en el mar Báltico, según recoge el Servicio de Inteligencia de Noruega en su informe anual.

Se trata de un hito inédito en tres décadas. Y es que a pesar de que durante la Guerra Fría los barcos de la Flota del Norte salían al mar con misiles nucleares de manera regular para mostrar el potencial armamentístico de la Unión Soviética, esta es la primera vez que lo hace la Federación Rusa. 

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"La parte nuclear está en los submarinos y los buques de superficie de la Flota del Norte", señala la inteligencia noruega, que no descarta una escalada a partir de una guerra localizada como Ucrania hacia un conflicto más amplio que involucre a los Estados Unidos y a la OTAN. Estas armas "son una amenaza particularmente grave en varios escenarios operativos en los que los países de la Alianza pueden estar implicados", dice el informe.

Asimismo, la agencia nórdica contempla que Rusia mantenga, modernice y desarrolle su arsenal nuclear, aunque no espera que aplique cambios significativos en la doctrina nuclear rusa en los próximos años.