Artillería ucraniana percute sobre posiciones rusas al este de Járkov.

Artillería ucraniana percute sobre posiciones rusas al este de Járkov.

Europa

Jarkov, otro error de Putin: Ucrania contraataca desde la ciudad y podría cortar las líneas de suministros

Cuando un ejército deja de avanzar, solo le queda retroceder. Es lo que parece que está haciendo Rusia en Járkov, como en su momento hizo en Kiev.

7 mayo, 2022 04:21

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El Donbás es un término demasiado amplio y de extensión no definida. Generalmente, se asocia a las provincias de Donetsk y Lugansk, pero no hay una convención geográfica al respecto. Si atendemos al carácter étnico y cultural del término, tiene todo el sentido del mundo ampliarlo a zonas del sur -Zaporiyia y Mariúpol, desde luego- y a zonas del norte, destacando por encima de todas, la ciudad de Járkov, segundo núcleo urbano más poblado del país.

Járkov es el gran centro rusófono del este ucraniano. Una ciudad de casi un millón de habitantes sobre la que Putin lanzó sus ataques nada más empezar la invasión. Su toma era tan decisiva como la de Kiev… y en ambos casos, la cosa acabó en un sonoro fracaso. Con todo, la diferencia entre ambas ciudades es notable: aunque se puede argumentar que, históricamente, el origen de la propia Rusia es el Rus de Kiev del siglo VIII, con el paso del tiempo, la capital ucraniana se ha convertido en uno de los centros del nacionalismo ucraniano del oeste.

Járkov, en cambio, no solo está en el área de influencia cultural de Rusia sino también en el geográfico. Para hacerse una idea, entre Járkov y la frontera rusa hay tan sólo 45 kilómetros. Sviatohirsk, la última ciudad de la provincia de Donetsk, queda a unos 150. Más o menos, como Madrid y Valladolid. Sin embargo, choca la literalidad con la que Rusia está dejando fuera a Járkov de su lucha en el este y cómo se está centrando solamente en completar la invasión de las provincias de Donetsk y Lugansk, como si lo demás, simplemente, no contara.

Soldados ucraniano amenazan con cortar varias vías de suministros del ejército ruso.

Soldados ucraniano amenazan con cortar varias vías de suministros del ejército ruso.

Las tropas rusas llegaron a estar a 15 kilómetros del centro de Járkov y siguen instaladas en Izium, la segunda gran ciudad de la región… sin embargo, en los últimos días no dejan de sufrir derrotas ante las sucesivas contraofensivas del ejército ucraniano. No hablamos de una retirada en toda regla como sucedió en Kiev, pero sí de un cierto desinterés, una dejadez provocada por el empeño en mandar más y más tropas al eje Izium-Limán-Severodonetsk con el fin de acabar tomando las ciudades de Sloviansk y Kramatorsk, las grandes ciudades que quedan bajo dominio ucraniano en la zona.

¿Desviar tropas o mantener la presión sobre Limán?

Esta táctica es arriesgada y puede implicar un error tanto estratégico como propagandístico. Si el objetivo era "liberar" a sus hermanos prorrusos de la tiranía "neonazi" del gobierno de Zelenski, ¿cómo se explica que Putin, Gerásimov y Dvórnikov abandonen Járkov tan alegremente? Las tropas rusas siguen retrocediendo y están cerca de quedar fuera de distancia de artillería -unos 40 kilómetros, aproximadamente-. Cuando eso suceda, Járkov -como Kiev o Lviv- seguirá expuesta a ataques muy puntuales de proyectivos de media distancia, pero quedará liberada del bombardeo casi diario que lleva sufriendo más de dos meses.

No sólo eso. El avance hacia el sudeste de las tropas ucranianas puede hacer peligrar determinadas líneas de suministro desde Belgorod a Izium, ahora mismo el gran centro de operaciones en la batalla por el Donbás geográfico. Aunque eso no supondría un cambio decisivo en el curso de la guerra -Rusia puede mandar tropas, alimentos y munición directamente desde Donetsk-, obviamente supondría un problema a tener en cuenta y dificultaría aún más las acciones del ejército ruso, actualmente estancado en todos sus frentes.

Ahí es donde entra el gran dilema para el alto mando ruso: ¿enviar tropas desde Izium para repeler la contraofensiva ucraniana y mantener el cerco a Járkov, o confiar en lo que ya hay ahí para centrarse en tomar de una vez Limán? Es cierto que Rusia ha optado por una táctica de "pequeños objetivos" que en principio pretende no caer en los errores de marzo y abril: avances lentos, ocupación de pequeñas ciudades, reagrupamientos inmediatos y líneas de suministro siempre bajo control. En ese sentido, desviar tropas a Járkov cuando no parece que haya ninguna opción de tomar la ciudad puede resultar extraño. Pero ¿cómo explicar que el objetivo de tu "operación militar especial" ya no es Kiev ni es Odesa ni es Járkov sino que es… Limán? Resulta complicado.

Un soldado ucraniano en pleno avance de las tropas.

Un soldado ucraniano en pleno avance de las tropas.

La "segunda ofensiva"… de Ucrania

Más complicado sería explicar que ni siquiera Limán está a tu alcance. Tras varios días de ofensivas rusas con mayor o menor éxito, llegando incluso a los suburbios de la ciudad que puede darles acceso -no está claro- a Kramatorsk y Sloviansk, el ejército ucraniano anunció este jueves el "inicio de la segunda fase de ofensiva contra Rusia" en el frente oriental. Durante todo el día, las redes se llenaron de noticias procedentes de Limán y el saliente sur de Izium que hablaban de contraofensivas ucranianas exitosas, gracias a la mayor movilidad de sus divisiones.

Aunque aún está por ver el efecto de estas contraofensivas, en principio habrían alejado el frente de Limán unos kilómetros al noreste, con la idea de seguir empujando al ejército ruso al otro lado del río Donets, confirmándolo como defensa natural. Recordemos que Rusia mantiene ahora mismo cuatro frentes abiertos en la zona, confiando en que alguno le permita avanzar hacia el oeste: el primero, en el eje Rubizhne-Popasna, para intentar tomar Severodonetsk, una localidad fronteriza de más de 100.000 habitantes; el segundo, en el saliente sur de Izium con el objetivo de llegar a Barvinkove y de ahí tomar la carretera hacia Sloviansk; el tercero, desde Yampil para llegar a Limán… y el cuarto, en las inmediaciones de Járkov, cada vez más abandonado.

Si ninguno de los otros tres frentes ofrece resultados inmediatos para el ejército ruso -olvidémonos ya del 9 de mayo como fecha fetiche, no habrá nada que celebrar-, haber abandonado el hostigamiento a Járkov quedará como un fracaso sin paliativos en términos estratégicos y de propaganda. La toma de la capital de la provincia del mismo nombre debería ser esencial para el Kremlin.

El hecho de que ni lo estén intentando, sino que estén reculando, habla a las claras de las limitaciones de su ejército en este conflicto. El paso de los días, el cansancio de las tropas, su baja moral, el necesario mantenimiento económico en tiempos de apuros y sanciones, más la llegada de nuevo armamento occidental a la zona son factores que parecen beneficiar a Ucrania.

Soldados rusos muertos en los combates a más de 30 kilómetros de Járkov.

Soldados rusos muertos en los combates a más de 30 kilómetros de Járkov.

De ahí, probablemente, que Rusia esté evitando las operaciones de infantería y prefiera bombardear objetivos estratégicos en distintos lugares del país lejanos a los distintos frentes, con la intención de cortar o dificultar el suministro y la movilidad de armas, munición, alimentos y tropas al frente del sur -las contraofensivas en Jersón también empiezan a ser preocupantes- y sobre todo del este.

Cuando un ejército deja de avanzar, solo le queda retroceder. Es lo que parece que está haciendo Rusia en Járkov, como en su momento hizo en Kiev… y recuperar después lo perdido supone invertir el doble de unas energías ya muy limitadas.