Militares ucranianos en Donestk y Barvinkove

Mundo

Barvinkove: el pueblo que tiene la llave del Donbás a través de su carretera y su puente

El Ejército ruso ha logrado avances en los últimos días en el este de Ucrania y las ciudades de Sloviansk y Kramatorsk podrían caer. 

30 abril, 2022 03:26

Noticias relacionadas

De todos los frentes que ahora mismo tiene abiertso Rusia (Severodonetsk en el este, Azovstal en Mariúpol, el cerco de Járkov y la defensa de Jersón…) solo hay uno en el que realmente su ejército esté marcando diferencias. Se trata del flanco del sudeste de Izium, población limítrofe entre la región de Járkov y la de Donetsk. Después de varias semanas intentando controlar por completo la ciudad, parece que por fin el ejército de Alexander Dvornikov ha encontrado el punto débil en la estrategia defensiva de Ucrania y lo está aprovechando al máximo.

El objetivo sigue siendo tomar antes del 9 de mayo las ciudades de Sloviansk y Kramatorsk, las únicas grandes ciudades del Donbás en manos ucranianas junto a la citada Severodonetsk. Desde Sloviansk y Kramatorsk, además, el avance hacia el río Dniéper quedaría más expedito, pudiendo avanzar en el corredor soñado hasta Transnitria con el asedio a Dnipro y Zaporiya. Durante mucho tiempo, Rusia ha estado estudiando la posibilidad de ir directamente desde el sur de Izium hasta Sloviansk, ciudades separadas por apenas cincuenta kilómetros. El problema siempre ha estado en el Parque Nacional de Sviati Hory, que se interpone en el camino.

Intentar cruzar Sviati Hory sería un suicidio. Es un territorio ideal para emboscadas y llevaría la batalla al terreno de la guerra de guerrillas que tantos éxitos ha dado a la defensa ucraniana. Visto lo visto, Rusia pretende dar una vuelta hacia el este y marchar hacia la pequeña localidad de Barvinkove, un pueblo perdido en medio de una llanura, de fácil acceso desde Izium… y que, a su vez, permitiría el ataque directo a Sloviansk. Barvinkove queda aproximadamente a la misma distancia que Izium, pero presenta un camino más sencillo en apariencia para los carros pesados rusos.

El Ejército ucraniano intentando frenar el avance de las tropas rusas en el este.

El Ejército ucraniano intentando frenar el avance de las tropas rusas en el este. Reuters

En lo que llevamos de semana, Rusia ha conseguido avanzar por la carretera hacia Barvinkove unos veinte kilómetros. Está claro que, si quiere defenderse con éxito, Kiev tendrá que enviar tropas para proteger este enclave de unos ocho mil habitantes y utilizar todo el armamento -drones incluidos- que le vaya llegando para evitar que los tanques sigan avanzando.

Es clave que el ejército ucraniano enfrente al ruso en el camino y lo distraiga hacia posiciones más seguras para ellos. Necesita diezmar esas tropas antes de que lleguen al cruce hacia Sloviansk y ya hay imágenes de puentes minados por el camino para entorpecer el avance.

Un muñeco disfrazado de soldado rusos ahorcado en Barvinkove, el pasado 12 de abril.

Un muñeco disfrazado de soldado rusos ahorcado en Barvinkove, el pasado 12 de abril.

Nuevas armas

Según los informes del Insitute for the Study of War, las tropas rusas habrían avanzado ya hasta Nova Dimitrivka, donde habrían sido repelidos por los resistentes ucranianos.

Recordemos que la táctica de Rusia ha cambiado en esta segunda ofensiva, intentando mantener un ritmo más lento y seguro, abusando de los bombardeos y jugándosela lo justo con la infantería para evitar más bajas (el ministerio de defensa ucraniano cifra en 22.000 los muertos en combate del bando enemigo, pero esa cifra a la fuerza tiene que estar inflada).

Nova Dimitrivka, para que se hagan una idea, queda a veinte kilómetros de Barvinkove por la carretera T2122. En otras palabras, los rusos están ya muy encima de un pueblo que puede tener la llave para sus avances posteriores.

El problema reside precisamente en su estrategia: si la idea es avanzar todos juntos, replegarse todos juntos y reagruparse a la mínima para poder mantener la cadena de suministros y que no suceda como en el caótico cerco a Kiev, no es fácil saber hasta qué punto lanzarse hacia Barvinkove sin apoyo de otros flancos es buena decisión.

Dos soldados ucranianos miran al horizonte, región del Donbás, Ucrania.

Dos soldados ucranianos miran al horizonte, región del Donbás, Ucrania.

Una contraofensiva ucraniana sobre Izium -y recordemos que Izium es uno de los territorios más al oeste que han conseguido controlar los rusos- podría partir en dos al ejército invasor con cierta facilidad, exponiendo a las tropas más avanzadas y arruinando a su vez toda la operación.

De hecho, no hay que descartar que sea uno de los objetivos del ejército de Volodimir Zelenski: invitar a los rusos a adentrarse en zonas donde luego haya una difícil salida. La velocidad con la que vayan llegando las armas de Occidente y puedan ser trasladadas a ese frente tendrá mucho que decir en este asunto.

2 meses buscando la pinza 

Ahora bien, es cierto que, si el ejército ruso consigue llegar y tomar Barvinkove, se habrá quedado a un paso de conseguir su objetivo de rodear las dos ciudades más importantes de lo que queda del Donbás ucraniano, claves además en el mantenimiento de las tropas de la JFO, unidades de élite que llevan ocho años luchando en la zona contra los separatistas prorrusos.

Si Rusia puede atacar Sloviansk y luego Kramatorsk desde el oeste, solo le queda esperar a que las tropas que vienen desde el frente de Severodonetsk -en el este- consigan avanzar a una mayor velocidad para reunirse formando una pinza que rodee estas ciudades y culmine la conquista de las regiones de Donetsk y Lugansk, el primer objetivo de esta segunda ofensiva.

Bombardeos en la región del Donbás, esta semana.

Bombardeos en la región del Donbás, esta semana. Reuters

Otra cosa es que esas tropas vayan a llegar. Parecen estancadas en el eje Rubizhne-Severodonetsk-Popasna. Hablamos de tres localidades con una población acumulada de casi 200.000 habitantes y que están mucho más acostumbradas a la guerra que las más occidentales como la citada Barvinkove. Putin necesita romper esa barrera cuanto antes y rodear sus objetivos. No le sobra ni un segundo de tiempo y no sabemos hasta qué punto los repliegues ucranianos son estratégicos o forzosos. Lo averiguaremos en breve.

Por lo demás, en el resto de Ucrania, la guerra sigue en punto muerto. La acería de Azovstal sigue resistiendo, con numerosos actos de sabotaje a lo largo de Mariúpol y el resto del sur del país contra las infraestructuras creadas por las tropas invasoras. En Jersón sigue el toma y daca: un día es Rusia la que parece que avanza hacia Mikolayv y al siguiente es el ejército ucraniano el que libera alguna ciudad ocupada en la región de Jersón.

En cuanto a la posible entrada en guerra de Transnitria para presionar el puerto de Odesa, no se sabe nada nuevo. Corren rumores de que se está impidiendo la salida de hombres en edad de luchar de este territorio moldavo vinculado desde el final de la Guerra Fría a Rusia. Siguiendo la lógica prorrusa en este y otros conflictos, el hecho de que el primer ministro haya tenido que salir a desmentirlo casi parece confirmarlo.

Dos tanques ucranianos en la región del Donbás.

Dos tanques ucranianos en la región del Donbás. Reuters

Aunque de vez en cuando salten noticias de bombardeos esporádicos en Kiev o incluso en Lviv, ahora mismo todo está en juego en un espacio de muy pocos kilómetros cuadrados: el sudeste de la región de Járkov y el noroeste de las regiones de Lugansk y Donetsk. La iniciativa es rusa, pero hay que saber cuánto tiempo se puede mantener un ataque tan concienzudo. No es lo mismo que llegar a Sloviansk sea cuestión de días a que lo sea de semanas.

No es lo mismo que Rusia conquiste Barvinkove y dificulte la cadena de suministros a que se quede a las puertas. Una guerra previsible, a la fuerza, es una guerra lenta. Uno de los dos bandos tendría que ser muy superior para imponerse sin factor sorpresa. No parece que, ahora mismo, ninguno de los dos lo sea.