Andrea Leadsom, junto con el secretario de Transporte británico.

Andrea Leadsom, junto con el secretario de Transporte británico. Reuters

Europa

La verdadera razón de la dimisión del ministro de Defensa británico: otro acoso

Hace seis años le dijo a su colega Andrea Leadsom que se quejaba de tener las manos frías "que sabía de algún sitio donde podía caletarlas". Leadsom también le acusa de contacto físico no deseado.

3 noviembre, 2017 14:02

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Cuando el exministro británico de Defensa, Michael Fallon, dimitió alegando que había tocado la rodilla de una periodista hace 15 años, todo el mundo se quedó sorprendido de que fuera ese el verdadero motivo.

La propia afectada, la periodista Julia Hartley-Brewer, aseguró que era "ridículo" el motivo que le había llevado a la dimisión. "Es la más descabellada, absurda y ridícula dimisión de un ministro", afirmó en declaraciones a la cadena Sky News.

Otros aseguraron que se trataba de una nueva forma de hacer política y que "lo que valía hace 15 años, no valía ahora" (palabras del propio Fallon).

Sin embargo, ahora se ha conocido la verdadera razón: fue forzado a renunciar porque fue acusado de comportarse de manera inapropiada con su colega de gabinete, Andrea Leadsom.

Hace seis años, en una reunión realizó observaciones obscenas cuando Leadsom se quejó de tener las manos frías: "Sé de un sitio donde puedes ponerlas a calentar", dicen que le contestó el exministro de Defensa.

Leadsom también se ha quejado de contacto físico no deseado por tu parte y fue una de las voces que habló en el Parlamento de Westminster contra este incremento de las conductas sexuales no apropiadas en la política británica: "El límite no está en el gesto sino en si se sienten incómodos con eso. Evidentemente es una escala inferior a la actividad delictiva, pero si las personas se sientan incómodas, eso no es correcto", aseguró.

Fallon renunció el miércoles por la noche, admitiendo que su comportamiento a veces "no cumplía" con los altos estándares que se esperaban del personal militar que debía supervisar.

Antes de renunciar, la única acusación que se había hecho pública era de haber tocado la rodilla de la periodista pero extrabajadores de su gabinete sugirieron que el incidente en 2002 no fue aislado y que el comportamiento del secretario de Defensa hacia las mujeres a veces podría volverse inapropiado, sobre todo si había bebido.