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Nabila Mounib: "Nuestro objetivo no es convertir Marruecos en socialista, es tender a la democracia"

La secretaria general del Partido Socialista Unificado (PSU) es la única mujer candidata a primera ministra en las elecciones de Marruecos.

7 septiembre, 2021 04:05
Casablanca

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La líder de la oposición, Nabila Mounib (61 años), del Partido Socialista Unificado (PSU), recibió a EL ESPAÑOL en su sede de Casablanca para una entrevista. Una pausa en su campaña electoral, que recorre hasta los barrios más marginales para explicar el programa social y progresista que aboga por una educación y sanidad públicas, pero también por la separación de poderes y una monarquía parlamentaria en un Marruecos democrático.

Tiene puesta la esperanza también en los marroquíes residentes en el extranjero, de quienes recibe un gran apoyo.

En las elecciones de 2016 apostó por una confederación de izquierdas, la Federación de la Izquierda Democrática (FGD), que se comparó con el partido Podemos en España, salvando las distancias en temas sensibles como la soberanía del Sáhara Occidental.

Es una defensora de las libertades individuales, y denuncia las detenciones de activistas y de periodistas en Marruecos.

Risueña, directa y cercana, aparece puntual a la cita con un atuendo cómodo y juvenil, vaqueros, calzado deportivo y un polo azul marino con el logo del partido, una vela iluminada. 

Pregunta. Es profesora universitaria de Ciencias y madre de familia, además goza de una buena situación económica, ¿por qué se enroló en la política?

Respuesta. El compromiso con la política es el compromiso por la patria y por el pueblo. En cuanto a mujer de izquierdas, para mí, no se habla demasiado, o lo suficiente, de los términos de justicia social, de igualdad, de fraternidad, de compartir, y de ciudadanía. Por eso, he estado siempre comprometida a nivel sindical; y a la política llegué muy joven.

Al final cuando entramos en política, normalmente debemos defender un proyecto de sociedad con la vista puesta en su futuro: ¿Cómo puede cambiar?, ¿cómo puede evolucionar?

Sin embargo, entre los políticos locales elegidos en Marruecos, de 27.000 hay 4.500 que tienen un nivel muy básico o son analfabetos. ¿Cómo se puede cambiar un país con gente analfabeta? Creo sinceramente que las personas cultas con cierta ética son las que se tienen que dedicar a la política. Se puede encontrar salida para el paro, para la discriminación, para repartir la riqueza de manera igualitaria, para sacar a las regiones de la pobreza y para la marginalización. Todo se basa en ideas que tienen que evolucionar a partir de un proyecto coherente.

“27.000 de los 4.500 políticos locales elegidos que tienen un nivel muy básico o son analfabetos. ¿Cómo se puede cambiar un país con gente analfabeta?”

P. ¿Cuáles son las soluciones que propone el PSU para acabar con todos esos problemas en Marruecos?

R. Primero, hace falta que Marruecos se convierta en un estado de derecho y un estado democrático. La democracia es la expresión de la voluntad popular que hay que respetar para crear unas instituciones fuertes, unido a la responsabilidad de la revisión de cuentas. Y la separación de poderes; la autonomía y la independencia de un sistema judicial es fundamental para nosotros.

La segunda cosa es la lucha contra la corrupción porque hace perder muchos medios a un país como Marruecos. Por ejemplo, el monopolio, el pase del rey, la gente no paga siempre la hacienda pública, y hay una fuga seria de dinero al extranjero.

En tercer lugar, poner en marcha una sociedad ciudadana y de conocimiento; una sociedad donde se pueda llevar a cabo la justicia social. Marruecos tiene 12 regiones y todas tienen la posibilidad de desarrollarse en función del potencial humano. Hay mucha gente formada que está en el paro. Hoy en día en la ciudad hay un 45% de jóvenes sin empleo, además tenemos dos millones y medio de personas dedicadas a la economía informal, y cerca de dos millones de personas discapacitadas. Hay que hacerse cargo de toda esta gente.

Además, con la pandemia de la Covid19, hemos visto que 23 millones de marroquíes han necesitado ayuda. 23 millones sobre 35 millones de población es una cantidad enorme.

P. ¿Cómo se puede cambiar todo un sistema?

Para nosotros es fundamental poner en marcha la base de un estado social, y por eso, hay que actuar primero sobre la educación. Apostamos por una educación pública, gratuita, de calidad y unificada. Cada año en Marruecos, entre 20.000 y 25.000 profesores se jubilan, por lo que demandamos que sean sustituidos por profesores formados. También es necesario cambiar los manuales escolares para que los jóvenes adquieran una cultura general y un espíritu crítico y ciudadano, que se aprenda la cultura de la igualdad, de la diferencia y del respeto de la diferencia, para vivir en paz entre nosotros y con el resto del mundo.

P. Otro escollo para avanzar es el papel de la mujer, la desigualdad. ¿Qué propone el PSU?

R. Pedimos que se cumpla el artículo 19 de la Constitución, que es la igualdad total entre los hombres y las mujeres. Así que demandamos que se ponga en marcha un sistema de igualdad en todas las listas, no es 50% de hombres y 50% de mujeres, sino ese porcentaje a todos los niveles del poder, también al de después de las decisiones. Hay mujeres marroquíes que son profesoras en Medicina, pilotos de avión, están en los grandes laboratorios de investigación mundial, son físicas, astrónomas… ¿Por qué esas mujeres inteligentes y brillantes no pueden dirigir un país, una región, o estar a la cabeza de un consejo? Es una discriminación.

La mujer marroquí sufre mucho. Le doy una sola cifra, hay un 47% de analfabetismo entre mujeres, mientras que entre los hombres es de 27%. Las mujeres son víctimas de mucha violencia. Por eso, demandamos que todo tipo de violencia y acoso tiene que ser castigado por la ley, pero también hace falta la sensibilización con campañas de igualdad y respeto de la mujer, porque estamos en una sociedad patriarcal.

P. Su proyecto es progresista, cercano a países como Francia o España, ¿cree que tiene cabida en Marruecos?

R. Sí, como proyecto de izquierdas, como dice, es progresista. Si nuestro proyecto existiera en España, Francia o no importa en que país desarrollado, tendríamos éxito. Aunque nuestro primer objetivo hoy no es convertir a Marruecos en un país socialista, eso es difícil; sino tender a la democracia y poner en marcha una sociedad ciudadana, de igualdad y de conocimiento. Porque eso va a hacer evolucionar a nuestro país.

P. Es la única mujer que podría llegar a ocupar el puesto de primera ministra en estas elecciones, ¿es posible que haya una mujer que dirija Marruecos?

R. Marruecos es el país de las paradojas por excelencia. Hemos llegado a tener cierta estabilidad, pero vivimos todavía en una democracia desfasada. En cuanto a las elecciones, ya está todo hecho por delante, los escenarios están ya preparados. Para ver a una mujer a la cabeza de un gobierno marroquí hace falta la democratización del estado, y hoy en día todavía no estamos ahí.

“Para ver a una mujer a la cabeza de un gobierno marroquí hace falta la democratización del estado, y hoy en día todavía no estamos ahí”

Hace falta una constitución con la separación de poderes, porque nosotros no estamos preparados para participar en un gobierno si no hay una separación de poderes. No queremos estar en un gobierno que nos trate como marionetas, si participamos o compartimos el poder es para intentar aplicar nuestro proyecto. Si entramos en un gobierno que nos dice que tenemos que hacer cualquier cosa contraria a nuestros principios, vamos a entregar la llave y vamos a salir. Sin embargo, nuestras camaradas mujeres pueden estar a la cabeza de las regiones, de los consejos locales, y ser una fuerza a nivel del parlamento para constituir la oposición y para avanzar hacia la democracia.

Hay movimientos sociales, como el del Rif o Jedada, que piden la democratización, pero no los escuchan. Y los intereses estratégicos mundiales están hoy en día en Marruecos, no solo la Unión Europea, igualmente los Estados Unidos, China, Rusia… todo el mundo quiere venir a África porque es rica, hay muchos recursos.

Eso limita nuestro margen de maniobra. Lo que se puede hacer hoy en día es intentar desarrollar una oposición muy fuerte. De momento, la gente ya nos escucha, conoce nuestro discurso. Me siento orgullosa de oír hablar a algunas mujeres, parece que soy yo quien habla. Sin ser militantes del partido, son ciudadanas normales que se unen a nuestro proyecto y que piensan que hoy, sobre todo después de la pandemia del Covid, necesitamos un proyecto de izquierdas.

P. Mencionaba un escenario electoral preparado, y algunas esferas altas en el poder en Marruecos apuestan por usted para formar parte del ejecutivo, ¿podría ser ministra en un gobierno de coalición?

R. Cada vez que hay elecciones dicen que soy la preferida, y después no soy elegida. He participado en todos los comicios desde 1997, y no sé por qué lo dicen, quizás lo piensan, pero viendo el proyecto que yo aporto, no sé si están preparados para la verdadera democratización del estado y la sociedad, para poner en marcha una monarquía parlamentaria.

La separación de poderes es la única condición para que nosotros participemos, no con partidos políticos que compran a la gente o reparten dinero entre la población. Si sale a la calle y mira la campaña, todos los otros partidos, salvo raras excepciones, no explican el programa. Nosotros vamos a los barrios y hablamos con la gente, una campaña muy limpia, pero luego no se refleja en los resultados. Ayer -domingo 5 de septiembre- estuve en el barrio más sensible de Casablanca, de donde parten los terroristas, y pude comprender el porqué se puede llegar a ser terrorista, cuando no tienes menos de nada.

“La separación de poderes es la única condición para que nosotros participemos en e gobierno, no con partidos políticos que compran a la gente o reparten dinero entre la población”

Nos hemos convertido en la principal oposición en Marruecos, y nos quieren eliminar. Aunque puede haber cambio porque hay muchos marroquíes que están enfadados; pero veremos. Mis hijos dicen: “Mamá, estamos seguros que pasas”, pero yo no estoy segura de nada.

En todo caso, estoy contenta porque nos hemos ganado la simpatía de la gente, nos estiman, y hay jóvenes que han hecho la campaña con nosotros en diferentes barrios. Algo que no pueden decir el resto de los partidos.

P. De hecho, el PSU es el único partido que estuvo en Alhucemas, en el Rif, acogido por las familias de los detenidos del Hirak. También ha denunciado la detención de periodistas.

R. Detenidos del Rif que son inocentes, lo reclamamos bien fuerte. Hemos estado también al lado de los periodistas que han pasado por los tribunales, los hemos apoyado y hemos acompañado a sus familias.

En el mundo entero hay un retorno del despotismo, pero en los países donde no hay verdadera democracia es más fuerte. Hay protestas de profesores, médicos, parados... Los movimientos sociales son la nueva forma de lucha social y de lucha de clases porque hay una fractura enorme, por eso los apoyamos.

Hemos salido en manifestaciones en Casablanca y Alhucemas, allí donde nadie va. Acompañando a las familias, y cuando tienen que asistir al tribunal de Casablanca se quedan a dormir en casa de los militantes. Nuestro proyecto es humanista y solidario. Para nosotros la libertad de expresión, el buscar la verdadera información, es una libertad fundamental.

Se vive una represión muy feroz. No entendemos por qué Marruecos ha evolucionado de esta manera cuando nos hemos reconciliado con las personas que sufrieron en los años de plomo.

P. Usted misma ha sufrido acoso, insultos, toda una campaña de denigración. ¿A que lo achaca?

R. Porque estamos en una sociedad patriarcal, un sistema de dominación masculina, política, económica, social y cultural. Cuando hago una declaración del partido muy importante, que los otros no pueden decir nada, solo quedo yo, por ejemplo, y vienen los ataques.

Por otro lado, hay periodistas también, que están a disposición de ciertos partidos, que se han especializado en mi persona, y que divulgan mensajes y publican cosas increíbles sobre mí. No sé qué les motiva a atacarme. Durante el Ramadán, que es el mes sagrado en Marruecos, muy religioso, cuando la gente es muy respetuosa, esperaron el momento de la ruptura del ayuno para enviarme fotografías pornográficas sobre mi sitio web. Mis hijos estaban locos, por qué hacen eso.

Han cruzado la frontera, no somos un partido radical, queremos la sanidad para todos, la educación para todos, la posibilidad de trabajo para los jóvenes. Creo que molesto a muchos colectivos y esa es la razón por la que hacen esto. Además, desde el gobierno no amonestan a estas personas que acosan. Simplemente, me aconsejan que ponga una denuncia.

P. Marruecos y España acaban de vivir la mayor crisis diplomática del reinado de Mohamed VI, ahora en vías de recuperarse tras el discurso real. ¿Cómo ve esa relación bilateral?

R. Primero hay que arrepentirse de lo que pasó entre España y Marruecos. Nuestra esperanza es mucho más grande, la normalización de la relación, porque Marruecos es la continuidad africana de España, y España para nosotros es el país para entrar a Europa. Es importante ver nuestra historia común, después de lo que pasó.

Marruecos que es un cruce entre dos continentes, es un país muy rico, pero hay una gran incomprensión entre España y Marruecos. Conocemos la lucha estratégica en el mundo, y la posición geográfica de Marruecos le predispone a ser sujeto de todo tipo de aspiraciones de otros. Después de la independencia, la relación entre Marruecos y España no se pudo establecer sobre una verdadera base de cooperación, a pesar de que España es el socio privilegiado. Marruecos fue descolonizado parte por parte. Y ahí entran las provincias del sur, Sidi Ifni y el Sáhara. Creo que en España hay un sentimiento de culpabilidad que nunca se reconoció cara a cara con los saharauis.