Bakhmut, una ciudad en ruinas de la que salen columnas de humo tras los últimos ataques rusos.

Bakhmut, una ciudad en ruinas de la que salen columnas de humo tras los últimos ataques rusos. Reuters

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Hielo y temperaturas extremas: semana decisiva en las hostilidades en Kreminna y Bakhmut

Las próximas horas dirán si a estos avances le seguirán nuevas retiradas o si las tropas rusas consiguen controlar al menos una parte de Bakhmut.

10 enero, 2023 02:59

Máximas de nueve bajo cero y mínimas de catorce bajo cero. Eso es lo que les espera a los combatientes en las inmediaciones de Kreminna en las próximas 48 horas. Después, la ola de frío extremo desaparecerá sin que los termómetros alcancen en cualquier caso los cero grados. Tiempo ideal para que el agua se convierta en hielo, el terreno se congele y la nieve cree autopistas en todos los sentidos y direcciones, un asfalto blanco sobre el que deslizar los tanques contra el enemigo.

Todos los expertos coinciden en que buena parte de esta sensación de agotamiento en ambos bandos tiene que ver con una igualdad absoluta en tropas y en armas… y, sobre todo, con la incapacidad práctica para avanzar en determinados frentes. Ahora mismo, los dos puntos de disputa son el eje Svatove-Lisichansk, donde Ucrania lleva semanas intentando sortear el bosque que rodea a la citada ciudad de Kreminna, y los pueblos que rodean la ciudad de Bakhmut, donde el ministerio de defensa ruso ha decidido contentar a Eugeni Prigozhin, dueño del Grupo Wagner, mandando tropas propias que están ayudando a los mercenarios allí desplegados.

Cada batalla tiene sus circunstancias, pero todo apunta a que ambas pueden vivir una semana decisiva. De entrada, en el oeste de Lugansk, como apuntábamos, las tropas de las fuerzas armadas ucranianas se encuentran a dos kilómetros de Kreminna y en posición de ataque… pero el barro, junto a lo irregular de por sí del terreno, ha hecho muy difícil el avance en estos últimos días. En ese sentido, se espera que la llegada del hielo cambie por completo el escenario, especialmente cuando lleguen los anunciados carros de combate franceses.

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Para Ucrania, es decisivo romper cuanto antes la defensa de la ciudad, pues esta divide en dos la autovía P66, clave en el transporte de tropas, armas y suministros entre los asentamientos rusos de Svatove y Lisichansk/Sievierodonetsk. Desde hace tiempo, se dice que la toma de Kreminna supondría un derrumbe de las defensas rusas en la zona. Aunque eso nunca se puede asegurar, teniendo en cuenta los rumores de una nueva movilización para esta primavera e incluso la tentación de un nuevo ataque desde Bielorrusia, bueno sería para el gobierno de Kiev ir recuperando todo el territorio posible en este impasse. Para ello, insistimos, necesitan frío, nieve y hielo. Es lo que tendrán esta semana.

El cerco a Bakhmut

La situación en Bakhmut es diferente. Allí, las tropas del ejército ruso junto a las del Grupo Wagner tienen la ciudad ya casi rodeada y, en principio, el mal tiempo no debería afectarles ni en un sentido ni en el contrario, pues hablamos mayoritariamente de tropas de infantería que se manejan con mayor facilidad sobre cualquier superficie. Eso no quita, obviamente, para que los blindados que hayan podido desplegar en la zona tengan ahora una mayor movilidad sobre terreno congelado.

Zelenski condecora a un soldado en el frente en Bakhmut.

Zelenski condecora a un soldado en el frente en Bakhmut. Reuters

Siempre que hablamos de Bakhmut, tenemos que ser muy precavidos porque es un centro de propaganda constante para los medios no oficiales rusos desde el mes de agosto. Son ya casi cinco meses de combates en la zona y de afirmaciones constantes de que la ciudad "está al caer". Aunque nadie termina de entender la importancia estratégica de Bakhmut en el conflicto -se rumorea que el empeño es puramente personal: Prigozhin estaría interesado en las explotaciones mineras de la zona-, lo cierto es que Surovikin al final ha decidido responder a la campaña de peticiones de apoyo y ha mandado tropas de refuerzo. Si luego necesitará esas tropas en otro lugar, ya lo veremos.

Aunque las informaciones son confusas, las tropas rusas podrían haber llegado ya a Bakhmutske y estarían combatiendo por el control de Soledar. El objetivo podría ser hacerse con las minas de sal cercanas y rodear así Bakhmut por tres lados, complicando muchísimo su defensa. El gasto en vidas que ha podido suponer el empeño en conquistar esta ciudad relativamente apartada del escenario actual de la guerra (es cierto que en verano sí pudo tener su importancia, antes de que cayeran Limán, Izium y buena parte del noreste de Sloviansk) es tremendo.

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Un 15-20% de supervivientes 

Al respecto de esta cruenta operativa del Grupo Wagner y su desprecio absoluto por la vida propia y ajena, Vladimir Osechkin, del sitio web gulagu.net y activista de la oposición a Putin durante los últimos doce años, manifestó este domingo su convencimiento de que solo en torno al 15% de los presidiarios reclutados por Prigozhin en la movilización de verano habrían conseguido sobrevivir a los combates. Según Osechkin, estos delincuentes son enviados al frente de cualquier manera, se les dispara desde la retaguardia cuando intentan rendirse al enemigo y cualquier amago de deserción se castiga con la vida.

Estos cálculos cuadran con las informaciones que llegan desde el frente y las imágenes de la propia crueldad de los mercenarios más veteranos de Wagner. Solo la falta de escrúpulos a la hora de convertir el combate en una auténtica trituradora de carne explica la capacidad de mantener un cerco así durante tanto tiempo pese a la práctica ausencia de avances. Aquí, también, las próximas horas nos dirán si a estos avances le seguirán nuevas retiradas o si, por fin, las tropas rusas consiguen controlar al menos una parte de Bakhmut.