Aparcar frente a tu propio garaje puede salirte muy caro: el motivo por el que podrían multarte con esta cantidad

Muchos conductores creen erróneamente que pueden estacionar su vehículo frente a su propio garaje o vado permanente sin consecuencias legales. Sin embargo, esta práctica puede llevar a  sanciones económicas significativas, ya que se considera una infracción de las normas de tráfico y uso del espacio público.

La confusión radica en la interpretación del vado permanente. Este no otorga propiedad sobre el tramo de vía pública frente al garaje, sino que es una licencia municipal que garantiza el libre acceso y salida de vehículos del inmueble durante las 24 horas del día. Por tanto, estacionar en ese espacio, aunque sea el propietario del vado, constituye una obstrucción del paso y una ocupación indebida del espacio público. 

El artículo 91.2.c del Reglamento General de Circulación establece que está prohibido estacionar cuando se obstaculice la utilización normal del paso de salida o acceso a un inmueble de personas o animales, o de vehículos en un vado señalizado correctamente. Esta normativa se aplica sin excepciones para los propietarios del vado. 

Estacionar frente a un vado permanente, incluso si es propio, se considera una infracción grave y puede conllevar una multa de 200 euros. Además, las autoridades pueden ordenar la retirada del vehículo por parte de la grúa municipal, lo que implicaría costes adicionales por el servicio de grúa y el tiempo que el vehículo permanezca en el depósito. 

¿Pero qué pasa si el garaje no tiene vado? En el caso de garajes sin vado permanente, la situación es más ambigua. Aunque no exista una señalización específica, estacionar frente a un acceso a un inmueble puede considerarse una infracción si se obstaculiza la entrada o salida de vehículos. La interpretación de esta situación queda a criterio de las autoridades locales, pero en muchos casos se puede imponer una multa similar a la de estacionar frente a un vado señalizado.